Retorcido

VII

―Hola, Clara. ―saludó amablemente Jongin.

―Tu amigo ha llegado. ―anunció la señora de la casa. Ella se estaba conteniendo por dentro.

―Hola, Kim. ―él no era digno de que su familia o ella le dirigiera la palabra, no obstante, su familia no se percataba de ello.

―Ven hija, siéntate con nosotros. ―ordenó el padre.

―Sí. ―el espacio era grande en el sillón, así que se sentó al otro lado lejano de Jongin, o Kai.

―¿Quieres algo para beber, Kim? ―ofreció el papá de Clara.

―Claro ―cerca del comedor, un espacio pequeño contenía licores, vinos de exportación y todo tipo de alcohol; para las visitas mayores―. Vodka, por favor.

―Yo lo traeré ―habló la señora―. ¿Tú, Clara? ¿Vas a querer también...? ―por un momento su madre pensó que tenía la misma edad que Kim―. Te traeré un jugo, Clara.

―De acuerdo.

―Bien, todavía no comprendo tu visita inesperada, Jongin.

―Más que nada ―decidió hablar Kim―; vine a agradecerles a ustedes por parte de mi madre y mía, su ayuda.

―¡Ay! No tienes que agradecernos nada, Clar es la que te acompañó más. ―aclaró la madre, mientras entregaba los vasos con líquido.

―Sí. Prácticamente la vine a ver a ella. ―observó a la chica tiernamente, casi agradeciéndole con el rostro. «Debería estar actuando en los dramas este imbécil.» rechistó en su mente la chica.

―Gracias, pero no hacía falta... ―ella también tenía que actuar, no era capaz de declarar la infinidad de cosas a la luz―. Seguramente tu madre te necesitará en este momento. Deberías ir a acompañarla ya que se volvió viuda, más que nada necesita a su buen hijo.

―Clara. ―interrumpió disimuladamente su madre.

―Claro que no. Le dije que vendría, le pedí permiso...

―¿Tú, pedir permiso?

―No interrumpas. ―con un tono mandón y enojón dijo el padre.

―Bueno ―Kai sentía la incomodidad de la familia, más que nada por parte de Clar y, eso le gustaba―. Como les decía, ella me dejó venir a agradecerles. Mi agenda está completamente desocupada; no tengo nada que hacer, y aproveché de venir.

―Si es así entonces, quédate aquí por toda la tarde, cena con nosotros.

«No había mejor idea que esa, maldición.» Clara renegaba por dentro. Su madre se levantó del sillón y anunció.

―Por mientras que preparo la cena, puedes acompañar a nuestra hija en su habitación y esperar ahí. Mi hija es solitaria. Sería bueno que pases tiempo con Kim; Clar.

―Mamá.

―Clara, recuerda lo que hablamos antes. ―recordó de inmediato el padre.

―Está bien. ―la mujer fue a la cocina mientras que Jongin subía con Clara a la pieza.

***

"¿Para qué la sigues si ni siquiera quiere que existas?

―No lo sé con precisión.

Ella es mucho menor que tú, pedófilo. Sigues igual de malo como siempre, Kai.

―¡Hay está!, ella es menor que yo, nunca entenderá en que movimientos ando. Y no me digas pedófilo, imbécil.

Soy tu amigo, somos de confianza para hablarnos así, solo por unos meses eres mayor que yo.

―Ajá, pero no soy pedófilo. Sé que ella es mucho menor que yo, que la diferencia de edad es grande; se nota, pero no me importa, ella ni sabe de la realidad, a su edad no entiende el verdadero mundo que hay.

ERES MUCHO MAYOR QUE ELLA, ENTIÉNDELO.

―De hecho, yo tomé vodka y ella jugo. Creo que todavía no toma alcohol.

Eres un Hijito de su madre. Pobre chica, ni la conozco y ya me da pena. Eres un malo; Kai, seguramente te arrepentirás si le haces algo, sabes que todo se devuelve.

―Ya empezaste con tus cositas Jong. Creo que ya tengo suficiente que aguantar con esta niñita que me dice de todo, que sin darme cuenta se amarró con mi vida y día a día.

Porque eres un tonto y un inmaduro. No andes jugando con chicas, ensuciarás el apellido de tu difundo padre y el mío.

―¡No voy por la calle jugando con chicas! ¡Ni tampoco voy ilusionando chicas con apellidos extravagantes y que tengan dinero al igual que empresas y eso!

¡Oye! Yo no hice eso, solo que al último minuto no funcionó, eso fue y ya, pasó hace años. Ya que no me dejas salir.

―Claro. Mejor dejo esta conversación hasta aquí. Estoy con ella.

De acuerdo, pero no pienses que te olvidarás de mí."

***

―¿Qué pasa Clar? ¿Por qué no me dices nada? Ni siquiera me insultas o me preguntas por qué vine. ―volvió a la realidad luego de estar pegado en su mente. Él estaba sentado en la silla con ruedas del escritorio y ella recostada leyendo un libro repetido.

―Casi me castigaron por tu culpa, Kim.

―¿Y qué hice yo?

―¿Qué hiciste tú? Empeoraste todo. Me obligan a ser tu amiga y no quiero. ¿No puedes irte y ya? Te juro que si no vuelves a mi vida no diré nada de lo que pasó y haré como si no ocurrió.

―No, no me gusta ese trato. Por qué digas que se olvidó, no significa que realmente yo lo hice. Lo hecho, hecho está.

―¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso conmigo y en ese momento?

"No empecemos." replicó en su rostro el hombre.

―No lo sé, en ese momento necesitaba hacerlo, necesitaba desahogarme, no tenía a nadie más.

―Vete de mi habitación. ―mandoneó la chica.

―Tus papás te regañaran si me echas.

―¿Estás dispuesto a que diga la verdad del maldito Kai?

―Dilo... ―exclamó con tranquilidad. Ella lo miró bastante sorprendida.

―No podrás ni decirlo al aire. Sabes que tú saldrás más perjudicada que yo. Te verán como una zorra, pensaran que lo haces para sacarme dinero, y sería peor si lo dices ahora, tu imagen y la de tu familia se mancharán y lo malpensaran con la muerte de mi padre.

―Qué vergüenza tendría tu papá. ―asqueó ella.

―Ya que murió, no tanto. ―a Kai no le importaba nada, realmente nada.

―¿Alguna vez pensaste en alguien verdaderamente?

―¿Qué te importa? Estás hablando cursi.

―¿Entonces por qué me atormentas a cada segundo?

―Solo yo lo sabré.

―No seas cínico. Tú ensuciaste la situación.

―Si pudiera borrar eso, lo haría, pero no hay marcha atrás y seguiré esto hasta que me canse o me lleve la maldita situación. Haré lo que este a mi alcancé para que deje de ser nuestro centro de conversación lo que te hice, lo que pasó.

―Eso no es posible. ―dijo ella.

―No te creas la héroe, porque no lo eres, ni lo serás ―declaró él. Algo había salido en esa conversación que cambio el tema a uno más turbio―. Sacaré provecho de esto.