Un día estamos bien, al otro estamos mal. Se me hace tan difícil mantener una consistencia, y lo cierto es que creo que me enamoré. Y sí, se supone que no sea así, pero pasó. En el corazón no se manda
Un día estamos juntos y a los otros no sé nada de ti. Y es que, a pesar de saber que llevas una vida ocupada, muero por saber a cada segundo de ti, saber cómo estás, si comiste o no.
Un día estamos feliz, al otro ya estás molesto. Y me duele, no poder ser tu motivo para sonreír, no poder hacer nada porque eres tan terco de no dejarte ayudar. Y luego hablas de que yo no me dejo ayudar.
Un día pienso que no te importo, y al otro siento que soy todo para ti. Y esto de sentirme menos importante no es culpa tuya, es culpa mía, por saber que estás durmiendo, trabajando o jugando y querer que tú tiempo me lo des a mí. Por ser egoísta.
Un día estamos arriba, y al otro estamos cayendo. Como un sube y baja, como una montaña rusa; así es nuestra relación.
xx.