A veces me pregunto qué hice para merecerte. Te observo dormir y la pregunta vuelve a rondar por mi mente. ¿Qué hice para que me ames de la manera en que lo haces? ¿Qué hice para que me soportes como nadie más lo haría?
Ciertamente sé que no te merezco, que para mí vales demasiado, eres inalcanzable. Un precio demasiado alto el cual ni con mil años de vida podría pagar, porque mereces y vales más que todo el oro que se pueda encontrar en el mundo. Te observo y no puedo comprender cómo alguien tan maravilloso, hoy en día está aquí a mi lado.
Cuando me tomas de la mano me pregunto si te sentirás igual de afortunado que yo, si caminarás con el mismo pecho inflado que yo. Cuando me observas me pregunto qué rondará por tu mente, cuáles son esos pensamientos que acallas con tan solo una mirada.
No puedo comprender cómo la vida te puso en mi camino, y aún después de todo se empeña en que sigas en él. Es como si fuera algo inútil intentar separarlo, pues al final el camino vuelve a unirse y se convierte en uno solo, no importa cuánto tiempo estuvo separado. Simplemente todo vuelve a ser igual o mejor que antes.
Ha pasado tiempo y ciertamente aún me pregunto qué hice para merecerte, porque eres demasiado bueno para mí.
xx.