🔥30🔥

299 56 1
                                    

Varios vehículos más convergen al pie de Big Rock al mismo tiempo que nosotros. Sale gente de los coches, figuras borrosas contra la oscura noche. Las portezuelas se cierran ruidosamente. Busco a Jisung mientras echamos a andar colina arriba, con la esperanza de llevármelo aparte y contárselo todo. Lo que haga falta para que se marche conmigo y con Hyunjin. Algunos van provistos de linternas para alumbrar el camino mientras ascendemos por la montaña. Vislumbro el llameante pelo de mi hermano. Incluso en la oscuridad, desprende luz. El me evita, avanzando exactamente en medio del grupo, sin mirarme ni una sola vez.
-Eh, ¿te encuentras bien? -me pregunta Hyunjin casi al oído.
-¿Qué es este sitio? -mascullo.
-Solo un sitio al que la gente le gusta venir de fiesta. Sacudo la cabeza, observando la persistente negrura, donde la luz no alcanza.
-¿Qué está haciendo Jisung aquí?
-susurro.
-Ha venido a divertirse un poco, igual que todos los demás. Sí, está comportándose como un adolescente normal. Buscando problemas. Solo que no podría haber elegido peor compañía. Vuelvo a preguntarme qué habrá estado haciendo mi hermano esta semana. ¿Habrá estado estudiando con Jackson todas las tardes que ha salido? Me dan náuseas al imaginármelo en su casa, sin duda cerca de una habitación de los horrores como la que hay en casa de Hyunjin. Me fijo en la gente que sube junto a nosotros, y reconozco a algunos de los primos mayores de Hyunjin. A otros no los conozco. Sus caras tienen los rasgos duros. Sus ojos son opacos y oscuros en la noche. Oscuros e inmóviles como el espacio negro. Cuando llegamos a lo alto, Hyunjin saluda a varios de ellos silenciosamente, manteniéndome cerca de su costado, casi detrás de él. Mi piel y mis músculos se ponen tensos y siento un hormigueo en la espalda, una intensa comezón. Mi cuerpo se prepara para volar. Para escapar. La mirada de Hyunjin va de un lado a otro. Está inquieto, vigilante, como todo un depredador. Libero mi mano para mirarlo a la cara. Mi corazón baja de ritmo y se detiene en mi encogido pecho mientras examino su rostro.
-¿Esto es…? -Miro a mi alrededor y reparo en algunos jóvenes que aparentan tener entre veinte y treinta y pocos años. Jackson, rodeando con un brazo a Jisung, los saluda a todos jovialmente, dándoles palmadas en la espalda. Me inclino hacia Hyunjin y le pregunto bajando la voz-: ¿Esto es una especie de reunión de cazadores? Le brillan mucho los ojos, que parecen pedir disculpas. Asiente una sola vez; ya tengo mi respuesta.
Cuántos lobos… Y yo acabo de meterme directamente en su guarida. Nos apiñamos en lo alto de Big Rock, una lisa y extensa cima que se alza en un extremo de Chaparral. Me quedo mirando hacia abajo, a la ciudad enclavada en el interior de la cuenca desértica. La vista es preciosa. Pasa una hora, pero se me antoja una eternidad. Se supone que ahora mismo debería estar disfrutando de mi cita, en algún restaurante de la resplandeciente ciudad que vemos abajo. En vez de eso, estoy aquí, con una multitud compuesta en su mayoría por cazadores. Las linternas forman un pequeño círculo desdentado. En medio hay un estéreo lanzando música a la noche. Me alegra que haya oscuridad. Me alegra que nadie pueda ver cómo mi piel reluce, parpadeando con una luz ambarina, cómo mi cuerpo me aconseja que huya. Y lo haría si pudiera, pero no sin Jisung.
-Podemos irnos cuando quieras -me dice Hyunjin. Me coge del brazo, desliza el pulgar por mi variable piel, y yo sé que es consciente de su constante cambio. Sigo la lisa y pequeña cascada del cabello rojo de Jisung cuando el se acerca al barril de cerveza. En un rincón de mi mente, me pregunto cómo habrán cargado con un barril durante todo el camino hasta aquí.
-Dame solo un minuto -le pido a Hyunjin. Me separo de él y voy hacia mi hermano, con los hombros tensos de determinación. La agarro del brazo y la alejo del escandaloso grupo y del círculo de luz. Jackson empieza a seguirnos, pero Hyunjin lo detiene. Los dos se enfrentan amenazadores, intercambiando palabras acaloradas mientras yo me interno más en las sombras con mi hermano. Jisung sujeta un vaso vacío. Miro con mala cara el vaso, y luego a el.
-Pero si ni siquiera te gusta el sabor de la cerveza -le espetó. En la casi total oscuridad, distingo su sonrisa. Sus ojos centellean en la noche.
-Solo estoy integrándome. Uno de los dos tiene que hacerlo. Paso por alto la pulla y sacudo la cabeza.
-Este no eres tú.
-Ten cuidado, Jeongin -me advierte con tono burlón-. Estás brillando un poco. Pero bueno, supongo que podrías contarle a tu chico que te has echado purpurina en el cuerpo…
-¿Qué estás haciendo aquí? -exijo saber.
-No. ¿Qué estás haciendo tú aquí?
-Estoy aquí por ti. Por Jackson Rutledge. Venga, tienes que conocer su reputación. Las chicas y donceles que salen con él…
-Ah, hermanito mayor, ahora estás dando importancia a esos once minutos que me llevas, ¿eh?
-Se inclina hacia mí-. Te desvelaré un pequeño secreto. Ya tengo madre. ¡Anda, si resulta que es la misma que la tuya!
-exclama, soltando una sonora carcajada. ¿Estará borracho?
-Ya sé que estás enfadado conmigo, pero no deberías estar aquí con esos… -¿Y tú sí deberías? -Estira una mano hacia el grupo, hacia Hyunjin, que está esperándome-. Se supone que tendrías que estar en casa. Mamá te ha dicho que no podías salir con él. ¿Qué estás haciendo aquí? Miro intencionadamente el vaso vacío que hay en su mano.
-Estoy seguro de que, ahora mismo, mamá no estaría contenta con ninguno de nosotros. Jisung se encoge de hombros y frota el zapato contra el suelo. Algunas piedrecillas ruedan pendiente abajo, hacia la oscuridad.
-Sí, bueno. ¿Y qué vas a hacer al respecto, Jeongin? ¿Llamarla?
Jisung, por favor. Ven conmigo…
-¿Y qué? ¿Estropearte tu cita? -Ríe brevemente-. Creo que no.
-A Hyunjin no le importará.
-No. -Ladea la cabeza y emite un desagradable sonido gutural-. A mí sí me importa. He vivido a tu sombra durante mucho tiempo. Jackson está por mí. Y yo estoy por él.
-Se le quiebra un poco la voz al decir eso, y no le creo. Ni un instante. A mi hermano no le gusta Jackson. Solo está dispuesto a hacer lo que sea para encajar aquí, y si resulta que para conseguirlo me toca las narices, entonces, mejor que mejor-. Lárgate y déjame en paz -añade, y da media vuelta y regresa a la fiesta.
-¿Jeongin? -me llama entonces Hyunjin, acercándose en la oscuridad. Temblando, me instalo entre sus brazos. Él me pasa una mano por la cara, me sujeta el pelo detrás de la oreja, me estrecha con más fuerza.
-¿Estás bien? ¿Quieres irte? ¿Irme? Sí. ¿Dejar a Jisung? Me recorre un escalofrío. Tomo aire y digo contra el pecho de Hyunjin:
-No soporto dejarla con…
-Jackson -concluye él muy serio. Asiento. Después de todo lo que Hyunjin me ha contado sobre su primo, estoy convencido de que este utilizará a Jisung. Le hará daño. No puede llegar hasta mí o hasta Hyunjin, pero puede llegar hasta el. Si cree que yo oculto algo, que podría ser una enkros, debe de dar por hecho que Jisung también esconde algún secreto. En el estado en que se encuentra mi hermano, será un blanco muy fácil para Jackson. Porque el está muy enfadado conmigo, harto de la vida que le han impuesto.
-¿No puedes convencerlo de que se venga con nosotros? -me pregunta Hyunjin.
-Está demasiado enfadado -susurro, atragantándome un poco.
-Ah, Jeongin… -Separa mi cabeza de su pecho, apoya su frente contra la mía y me besa con labios secos y frescos-. No puedes flagelarte por esto. No puedes evitar ser lo que eres. Asiento, pero no estoy muy convencido. La verdad es que no he intentado precisamente ser lo que mi madre y Jisung quieren. He luchado contra eso
-contra ellos- con cada paso. Me he aferrado a mi draki cuando habría sido más seguro para todos nosotros que lo dejara marchar. Incluso me quedé aquí cuando Siwon me localizó. Tal vez eso me convierta en un egoísta. Y ahora, pese a lo que me diga a mí mismo, la única razón por la que he decidido quedarme, la única razón por la que estoy aquí, es Hyunjin. Para mí, él es una sustancia adictiva a la que no puedo renunciar. De nuevo soy egoísta. Hyunjin me besa otra vez y dejo que eso me distraiga. Dejo que su beso se vuelva más ardiente, contento de olvidarme de dónde estoy. Aunque suene descabellado, Hyunjin es mi refugio. Es alguien que lo sabe todo sobre mí. Y, aun así, le gusto. Me ama. Me comprende. No busca cambiarme. Él es la única persona sobre la que puedo decir eso. Me separo para mirarlo, deslizando mis manos por sus firmes hombros. Nuestras respiraciones se unen, se mezclan. Se vuelven más rápidas y profundas. Sus ojos destellan, son como pequeñas antorchas en la oscuridad. Mis dedos se cierran sobre su camisa. Nuestras bocas se rozan de nuevo. Una vez. Dos veces. Paladeamos nuestro sabor. Pero de pronto sus labios cambian bruscamente. Se tornan fríos. Gélidos. Con un temor embotado, sé que se trata de mí. Hyunjin no está frío. Mi temperatura ha aumentado. Mi piel se tensa. Demasiado caliente, sisea como gotas de agua sobre una estufa encendida. El martilleo de la música se desvanece. Las voces y risas desaparecen mientras en mi interior se forma un incendio, como una retorcida lengua de fuego. Suspiro y siento cómo el vapor sale entre mis labios, se escapa antes de que pueda detenerlo. Hyunjin hace una mueca y se aparta de golpe.
Jeongin…
Antes de que pueda retroceder y refrescar mi interior para no chamuscar a mi novio, suena una voz que lo hace por mí. Al oírla, el ardor de mis pulmones se apaga. Despego mis manos de Hyunjin y me giro lentamente.
-Así que este es el motivo de que quisieras quedarte aquí… Mi mirada encuentra a Siwon de inmediato: es una gran sombra oscura que se alza en medio de la noche. Su pelo ondea, rozando sus anchos hombros mientras él avanza poco a poco.
-Ya veo lo que valen tus promesas -le espeto. Hyunjin se pone en tensión y me acerca más a su costado, en posición protectora. Siwon. Todos los poros de mi piel vibran de furia, laten, se dilatan. Él ni siquiera mira en mi dirección. Es como si no hubiera reparado en mi presencia. Observa a
Hyunjin con odio, enseñando los dientes con un gruñido.
-No lo toques -le ordena.
Siwon, no… -empiezo, pero me detengo con una mueca, apretando los ojos, deseando no haber pronunciado su nombre. Ahora Hyunjin lo sabe. Hyunjin se vuelve hacia mí. Un nervio brinca junto a su ojo.
-¿Siwon? -me pregunta. Yo no respondo. No respiro. No me arriesgo a liberar el vapor que me ha subido a la garganta, el vapor que quiero lanzar de lleno sobre Siwon. Miro a Hyunjin sin pestañear. Le advierto con los ojos que se controle-. ¿Este es Siwon? -repite Hyunjin, obsesionado con ese punto, y lo cierto es que no puedo culparlo por ello.
Hyunjin, deja que yo me ocupe de esto.
-¿Tú sabías que él estaba aquí?
-inquiere, apretando los labios-. ¿Y no me lo habías contado? Me estremezco al admitirlo.
-Él me prometió que se mantendría a distancia.
-Pero no prometí quedarme al margen y en silencio -interviene Siwon
-mientras tú te mezclas con un…
-¡Cállate! -exclamo, y me vuelvo hacia él echando humo por la nariz. Los ojos de Siwon siguen las volutas de humo. Sonríe con satisfacción. Ríe bajo, con una risa profunda y amenazadora. Su voz flota en el aire, casi como un susurro:
-Mírate, Jeongin, no puedes contener lo que eres.
-Lanza un vistazo a Hyunjin y su sonrisa se evapora, pues recuerda que tenemos público…, y da por supuesto que Hyunjin no sabe nada de mi verdadera naturaleza-. Ahora ven conmigo, antes de que hagas algo que los dos lamentaremos.
-Me miro los brazos y veo cómo mi piel me guiña, parpadeando, reluciendo como un fuego dorado en las sombras-. Tú eres como yo
-añade Siwon-. No perteneces a este lugar y no le perteneces a él.
-A mi lado, Hyunjin suelta un gruñido desde lo más hondo de su garganta. Su mano me aprieta el brazo. La piel de Siwon también varía, es una nebulosa de carbón centelleante. Me tiende una mano-. Acaba con este juego, Jeongin. Ven conmigo ahora. Yo abro la boca para hablar, para negarme, aunque me sale un pequeño carraspeo. Trago saliva y me humedezco los labios para probar de nuevo, pero no tengo la oportunidad de hacerlo. En ese momento, Hyunjin pasa junto a mí como una exhalación y se abalanza contra Siwon trazando un arco. Ambos caen al suelo con un sonoro chasquido y se eleva una nube de polvo rojo que los envuelve a los dos. Yo me quedo mirando, temblando, con los ojos dilatados y doloridos. ¿Qué he hecho?

🔥Alma de Fuego🔥 [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora