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Me trago el grito, lo corto justo antes de que pueda despertar a la señora Hennessey, que vendría corriendo.

-Hola, Jeongin.

El pavor impacta en lo más profundo de mi corazón al oír esa voz. Sabía que este momento terminaría por llegar, pero eso no significa que estuviera preparado. Después de todo, me prometió cinco semanas. Trago saliva a duras penas, consciente de que convencerlo por segunda vez de que se marche será más difícil. Mis pulmones arden. Mi tráquea se ensancha, se hincha de calor, listo para defenderme. El fuego de mi interior se intensifica cuando pienso en que me espera la mutilación de mis alas…, en que Siwon quiere llevarme de vuelta para soportar eso.
-Fuera de aquí -le digo con voz ronca. Sus ojos se dilatan y sus pupilas adelgazan hasta reducirse a líneas verticales.
-Tu madre te lo ha contado -declara rotundamente.
-Sí. Me lo ha contado.
-Ella no lo sabe todo. Ella no me conoce…, ni sabe cómo me siento. Yo jamás te obligaría a hacer nada en contra de tu voluntad, y nunca, jamás, permitiría que nadie te hiciese daño. Sus palabras me enfurecen. Estoy convencido de que son mentira. Levanto una mano, dispuesto a borrarle de una bofetada esa expresión de sinceridad. La misma expresión de sinceridad que tenía la primera vez que me mintió descaradamente. Él me agarra la mano y aprieta con fuerza la muñeca. Jeongin…
-No te creo. Me diste tu palabra. Cinco semanas…
-Cinco semanas era demasiado. No podía dejarte tanto tiempo sin saber si estabas bien.
-Porque eres un mentiroso -afirmo. Su expresión se resquebraja, y por las grietas brotan emociones. Siwon sabe que no estoy hablando solo de las cinco semanas. Sacudiendo la cabeza, parece casi pesaroso al admitir:
-Puede que no te lo contara todo, pero eso no cambia nada de lo que te dije. Jamás te haré daño. Yo deseo intentar protegerte.
-Intentar -repito. Siwon aprieta las mandíbulas.
-Puedo hacerlo. Puedo detenerlos. Al cabo de unos instantes, tiro de la mano para soltarme. Él me deja ir. Frotándome la muñeca, lo fulmino con la mirada.
-Ahora aquí tengo una vida. -Estiro los dedos y los curvo en forma de garras a mis costados, todavía deseoso de pelear con él-. Oblígame a irme, y jamás te lo perdonaré. Siwon respira hondo, elevando mucho el pecho.
-Bueno, no puedo cargar con eso.
-Entonces, ¿te marcharás? ¿Me dejarás en paz? -pregunto, esperanzado. Él niega con la cabeza.
-Yo no he dicho eso.
-Por supuesto que no -replico con desdén-. ¿Qué quieres decir entonces? -Me invade el pánico ante la idea de que Siwon se quede aquí y averigüe lo de Hyunjin y su familia-. No hay razón para que te quedes. Sus ojos oscuros relucen.
-Estás tú. Puedo darte más tiempo. Es imposible que te adaptes a este sitio. Al final vendrás.
-¡No lo haré! Su voz restalla como un trueno en el aire:
-¡No te dejaré! ¿Sabes lo insoportable que ha sido estar sin ti? Tú no eres como los demás. -Siwon golpea el aire con las manos de un modo casi salvaje, y yo me quedo mirándolo con los ojos dilatados y doloridos-. Tú no eres un cachorrito bien adiestrado que se contenta con aceptar lo que le dicen. Tú tienes fuego.
-Suelta una carcajada rota y añade-: No hablaba literalmente, aunque sea así. Hay algo en ti, Jeongin… Para mí, tú eres lo único real en la manada, lo único remotamente interesante. Me observa muy serio, y yo contengo la respiración. Parece a punto de cogerme las manos y estrecharme entre sus brazos. Yo me apresuro a retroceder de un salto. Incomprensiblemente, Siwon parece dolido. Deja caer sus inmensas manos y vuelve a hablar, con voz firme y tranquila:
-Te daré más espacio. Te daré tiempo para que comprendas que esto no es para ti -añade, señalando la sala de estar-. Necesitas brumas, montañas y cielo. Volar. ¿Cómo puedes quedarte aquí, donde no tienes nada de eso? ¿Cómo esperas sobrevivir? Si no lo sabes aún, lo sabrás. Veo a Hyunjin mentalmente. Pienso en cómo él se ha convertido en la niebla, el cielo, y todo, para mí. Aquí hago algo más que sobrevivir. Aquí amo. Pero Siwon no puede saber eso.
-Lo que tengo aquí supera a lo que me aguarda en mi antiguo hogar. Lo de la mutilación de mis alas, que tan convenientemente habías olvidado mencionar…
-Eso no va a suceder, Jeongin. -Se acerca más. Baja la cabeza para mirarme a los ojos-. Tienes mi palabra. Si regresas conmigo, no sufrirás ningún daño. Antes moriría. Sus palabras fluyen hacia mí como un viento helado.
-Pero tu padre… -Mi padre no será nuestro alfa eternamente. Algún día, yo lideraré la manada. Todo el mundo lo sabe. La manada me escuchará. Te prometo que estarás a salvo. ¿Puedo confiar de nuevo en Siwon? ¿Después de todo lo que me dijo? Si confío en él y me equivoco, el precio será demasiado alto. Mi vida.
-¿Esperarás a que yo acceda a regresar contigo? -Quiero dejar muy claro ese punto-. ¿No me obligarás de ninguna manera? ¿Ni revelarás tu presencia a nadie, sea quien sea?
-Esperaré -me promete-. Todo el tiempo que necesites. Siwon esperará, pero estará acechando por aquí. Cerca. Vigilando. Y no siempre lo sabré… Es curioso cómo cambian las cosas. Al principio, pensaba que jamás podría vivir aquí, y ahora no quiero marcharme. Básicamente es por Hyunjin, pero también porque he decidido dar a mi madre y a mi hermano lo que ellos desean.
Una oportunidad.
No puede ser que todo gire siempre en torno a mí. Si soy lo bastante fuerte, lo bastante listo, mi draki lo superará. Y, por supuesto, Hyunjin puede ayudarme con eso. Unos cuantos besos, una sonrisa, un roce de su mano, y mi draki revive. Y ya no tengo que mantenerlo oculto ante él. Puedo resistir en el instituto. Por mamá y por Jisung. Después de la graduación, puedo irme con Hyunjin cuando él corte los lazos con su familia. Solo dos años más. Ya iremos concretando los detalles. El cómo y el dónde. Por primera vez desde que llegué aquí, siento indicios de esperanza. No permitiré que Siwon estropee eso.
-Vas a tener que esperar para siempre -afirmo-. No pienso cambiar de idea. La boca de Siwon se curva enigmáticamente. Como si supiera algo que yo ignoro. Tiene dieciocho años, pero en este momento creo que me lleva muchos años más.
-Las cosas cambian sin cesar. La gente cambia. Correré el riesgo. Yo sacudo la cabeza.
-Tú verás. No voy a cambiar de idea. Y entonces Siwon se irá. Porque no puede esperar para siempre. Da igual lo que diga. Tiene una manada que liderar. No va a quedarse dando vueltas por aquí durante dos años. No importa lo interesante que yo sea para él.
-Ya veremos.
Lanzo una mirada al parpadeante reloj que hay en lo alto del televisor y le advierto:
-Será mejor que te marches antes de que vuelva mi madre.
-Bien. -Se dirige hacia la puerta y añade-: Adiós, Jeongin. Yo no me despido de él. No quiero fingir que hemos alcanzado un nivel en el que existe la cortesía entre nosotros. No somos amigos. Ni siquiera estamos unidos.
Y jamás lo estaremos.

🔥Alma de Fuego🔥 [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora