Mi Único Destino Eres Tú (SEGUNDA TEMPORADA)

Capítulo Uno

Los meses han pasado desde la última vez que vi a Yang HongSeok... Para ser sincero, nada ha vuelto a ser lo mismo, con él me sentía bien, protegido y feliz. Actualmente tengo una nueva pareja, es un chico que trabaja conmigo en la tienda de mascotas, su nombre es Kwan. Sin embargo, a pesar de que mi novio es un chico bastante guapo y responsable, jamás ha sido lo suficientemente tierno conmigo, de hecho, al contrario. Todos los días recibo gritos, quejas, y hasta golpes de su parte. Me duele tener que aguantar todas esas cosas, pero tengo miedo, ya que cada día que recibo malos tratos, me amenaza diciendo que va a matarme si llego a contarle aquello a alguien.
Hoy me pregunto, ¿Cómo estarás, HongSeok? ¿Estás bien? ¿Ya encontraste novio? ¿Aún piensas en mí?... Es verdad, son preguntas que jamás tendrán respuesta, debido a que ni siquiera he vuelto a hablar con alguno de nuestros amigos que teníamos en común, si bien, los chicos están muy molestos conmigo... De todas formas, no los culpo.
En este minuto, lo único que puedo pensar es que soy un idiota. Nada volverá a ser lo mismo de antes, ahora nadie me dirá palabras extremadamente hermosas, nadie secará mis lágrimas cuando esté triste, nadie me amará como HongSeok lo hacía.
Hoy más que nunca siento que te necesito. No sabes lo doloroso que es para mí asumir que hoy sólo vives en mis recuerdos, pero tengo claro que todo esto es mi culpa. Yo fui el estúpido que no supo valorar todo el amor que me diste.
Te prometo que todos esos momentos hermosos que pasamos juntos permanecen en mi mente, y siempre vivirán allí, pequeño. Te amo.

- Kino, ¿Qué estás haciendo? - Preguntó Kwan entrando de imprevisto a mi habitación.
- ¡NADA! - Exclamé nervioso, a la vez que arrugaba el papel en el que recientemente había plasmado todas esas palabras para mi ex novio.
- Eres un mentiroso, ¿Crees que soy imbécil? - Añadió enfadado.
- Claro que no amor... Pero no estaba haciendo nada, de verdad - Aseguré asustado.
- ¿ENTONCES QUÉ ES LO QUE ESCRIBES, INÚTIL? - Gritó furioso.
- N... Nada amor... - Afirmé mientras temblaba.
- Dame eso - Agregó arrancando con fuerza el papel de mi mano.

Se mantuvo un momento en silencio para poder leer aquella nota, mientras yo intentaba de todas las formas posibles quitar el papel de sus manos.

- ¿A quién pensabas entregarle esto? - Preguntó aún más enfadado.
- A nadie amor, te lo prometo - Aseguré.
- ¡NO TE CREO ABSOLUTAMENTE NADA, TONTO, ¿ASÍ QUE DICES QUE SOY UN MAL NOVIO? PUES AHORA SABRÁS LO QUE ES REALMENTE SER UN MAL NOVIO! - Manifestó. Enseguida golpeó mi nariz de forma bastante violenta, provocando que esta comenzara a sangrar.
- No fue mi intención, amor... - Afirmé con los ojos inundados en lágrimas.
- Eres tan torpe que ni siquiera sabes mentir, Kino - Añadió aún enfadado. Tomó el papel entre sus peligrosas manos, para luego tirarlo al bote de basura.

Apenas Kwan salió de mi habitación, me puse sobre la cama y comencé a llorar desconsoladamente, me dolía el hecho de tener que sufrir constantemente, pero lo que más me dolía era asumir que no tenía escapatoria. No tengo amigos, mi padre y hermanos dejaron de hablarme hace más de dos meses, y además, viven muy lejos del lugar en donde habito. Por último, no sé nada acerca del amor de mi vida, quizás, en este minuto él ya me haya olvidado por completo, o tal vez no, pero, ¿Cómo saberlo? Si ya es una realidad que no lo volveré a ver nunca más en mi vida.
La noche ya se hacía presente, mi habitación estaba totalmente oscura, y Kwan no había vuelto a verme en todo el día, seguro estaba muy molesto conmigo, pero no me arrepiento de haber escrito todas esas palabras. Y sí, actualmente el miedo se ha vuelto una costumbre en mi vida, ¿Qué pasa si algún día Kwan se decide por matarme? ¿Qué pasa si muero encerrado aquí y nunca nadie me podrá encontrar? ¿Qué pasa si nunca vuelvo a ver al verdadero amor de mi vida?. Necesito encontrar alguna escapatoria, pero debo planear todo perfectamente, porque si cometo al menos un error, sin duda las consecuencias serán las peores.