Capítulo Trece

53 7 0
                                    

Ya han pasado más de un mes desde la muerte de mi querido amigo Taeyang, y lo único que sé, es que desde ese minuto, nunca volví a ser el mismo de antes. Dejé de comer y de preocuparme por mi bien estar, ya no suelo arreglarme ni ir a lavar mi cabello a alguna fuente cercana al lugar. El único por el que me sigo preocupando es Makki, que he hecho de todo para conseguirle al menos un poco de comida para que pueda mantenerse cada día.
Mi peso disminuyó considerablemente. Comencé a desnutrirme, y poco a poco mis huesos comenzaban a marcarse más de lo normal bajo mi piel.
Siendo sincero, ninguna de aquellas cosas me importaba, ni siquiera estaba preocupado de buscar empleo, ya que en esos momentos, nada tenía una verdadera importancia para mí.
La cafetería cerró. En múltiples ocasiones quise preguntar qué sucedía con aquel local, debido a que era muy reconocida en el lugar, y mayormente tenía una gran cantidad de clientes.
Lo que más me dolía después de todo esto de haber perdido a mi amigo, era que ya no tenía a nadie que me pudiese contener, o ayudar a solucionar mis problemas.
Momentáneamente, también dejé de preocuparme por HongSeok. No estoy interesado en buscarlo ni en tener noticias positivas de él. ¿Qué más da? Tengo asumido que nunca encontraré a HongSeok. A veces soñar sí es bueno, pero si aquel sueño comienza poco a poco a ilusionarte con situaciones que jamás serán reales, es mejor que lo dejes de lado para siempre.
No voy a negar que extraño inmensamente a HongSeok. Cuando dejas ir a una persona tan buena como él, un profundo vacío se adueña de ti, de tu mente, y de todo tu cuerpo en general.

- Prometo que esto será lo último que te voy a decir. Trataré de no seguir buscándote... Quiero que sepas que en toda mi vida, has sido el chico más importante para mí. Siempre estuviste a mi lado, a pesar de los malos momentos. Nunca me trataste mal... Siendo que yo era muy celoso y egoísta contigo mi pequeño. Sé que actualmente no quieres saber de mí, y menos querrás darme una segunda oportunidad... Finalmente te dejaré ir. Lo único que deseo, es que seas feliz mi bebé, este es el minuto en que me haré a un lado para dejarte libre el camino hacia la felicidad... Te amo -

Las lágrimas caían lentamente sobre mis mejillas.
De pronto, el mismo señor que me había informado sobre la muerte de mi gran amigo Taeyang se acercaba despacio hacia mí.
Una vez llegó al lugar, se sentó a mi lado cuidadosamente, y tomó entre sus manos un arrugado papel que llevaba escrito mi nombre en tinta negra. No quise preguntar nada al respecto, pero aún así, sentía muchísima curiosidad.

- Niño, tú eres Kang Hyung Gu, ¿No? - Preguntó el señor.
- Sí señor... - Aseguré.
- ¿Tú eras el gran amigo de Taeyang? - Insistió interrogante.
- Sí... Él era mi gran y único amigo cercano... Disculpe, ¿A qué van todas estas preguntas? - Manifesté un poco inseguro.
- Okay. Como ya sabrás, Taeyang no tenía hijos, ni esposa, ni ningún chico cercano a él. Dos meses antes de su muerte, decidió escribir esta carta en el caso que algo le pasara... Algunos amigos cercanos a él ya la leyeron, incluyéndome... Y creo que lo correcto será que tú la leas ahora - Afirmó el señor.
Tomé la carta con mucho cuidado para no estropearla, y comencé a leer.

"Kang Hyung Gu:
Niño. A pesar de que no nos conocemos hace mucho tiempo, sabes que tú has sido el único chico al que he amado tanto como un padre a su hijo. Sin embargo, yo ya soy un anciano, y sé que en cualquier momento, mi vida puede terminar.
Quise escribir esta carta para decirte que si en algún futuro esto sucede, quiero que tú seas el nuevo dueño de la cafetería, créeme que todos mis clientes te van a amar.
Te quiero mucho niño, mi corazón siempre tendrá un lugar especial para ti. Nunca dejes de luchar por lo que quieres hasta conseguirlo, y espero puedas conseguir encontrar a HongSeok. Sé lo importante que es ese chico para ti. Sin duda, es lo que más amas en todo este mundo. Nunca dejes de luchar por él, todo en esta vida tiene una recompensa.
~ TAEYANG ~

Al finalizar la carta, la aferré suavemente contra mi pecho, y en ese momento entendí que no todo estaba mal. Comprendí que debía seguir luchando por lo que quería, por Taeyang, quería que mi padre representativo estuviese orgulloso de mí, y no descansaría hasta conseguirlo.

Mi Único Destino Eres Tú (SEGUNDA TEMPORADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora