Capítulo Ocho

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A la mañana siguiente, desperté con la voz de Taeyang susurrando en mi oído.

- ¡Niño, despierta! - Exclamó
- ¿Taeyang?... - Pregunté a la vez que me levantaba de la banca.
- Así es. Buenos días niño, venía para entregarte un poco de comida y café - Mencionó entregándome los alimentos.
- ¿Es en serio? - Añadí con voz dulce.
- Claro que sí niño - Respondió tiernamente.
- ¿Por qué haces todo esto? Casi no nos conocemos, pero tú a pesar de aquello, has sido muy bueno conmigo, Taeyang - Agregué curioso.
- Escucha. No te conozco casi nada, en eso tienes razón, pero en verdad que no pareces un mal chico. He estado en tu situación, niño, y no me vas a negar que es lo peor del mundo... Quizás ahora te sientas bien, pero en un futuro no muy lejano, la vida callejera comienza a empeorar. Comenzarás a sentir hambre, frío, y soledad... Yo no quiero que eso te pase. Apenas eres un niño, no mereces vivir todo esto - Afirmó en tono adorable.
- ... Creo que eres lo único bueno que me ha pasado después de perder a mi novio y empleo - Dije sonriente.
- ... ¿Quieres acompañarme a la cafetería? Allí podremos conversar más tranquilos. Puedes traer también a tu perrito - Propuso.
- ¡Claro que sí! - Acordé.

Me levanté de la banca y tomé a Makki entre mis brazos, ya que hoy no tenía intenciones de llevarlo amarrado a una correa.
Al llegar al destino deseado, Taeyang me invitó a sentarme al lado de él. Obedecí.

- ¿Cómo es que se llama tu mascota, Hyung Gu? -
- Su nombre es Makki -
- Ah... Que bonito nombre... ¿Y cómo te fue con la búsqueda de trabajo, niño? -
- Pues no muy bien. Caminé muchas horas para ver si encontraba alguna ocupación, pero en ninguno de los lugares en los que consulté necesitaban trabajadores... -
- No te preocupes, niño. Jamás ha sido fácil conseguir empleo, pero debes tener mucha perseverancia. Y yo creo que eso a ti te sobra -
- ... Muchas gracias Taeyang. En serio que eres lo mejor que me ha pasado en todo este tiempo -

Taeyang sonrió a la vez que me entregaba una taza de café y un par de deliciosas galletas para desayunar.

- ¿Y te gusta algún chico, niño? - Preguntó expectante.
- ... Sí. Me gusta un chico llamado Yang HongSeok. Antiguamente era mi novio, pero yo soy un idiota que jamás supo valorarlo. Es un chico hermoso, en todos los sentidos, y hoy más que nunca lo necesito... Ni te imaginas cuánto lo extraño -
- ¿Yang HongSeok? ¿El chico del Kia Morning color rojo? -
- ... ¿Lo conocías? -
- Pues claro, niño, era un cliente frecuente de este lugar, pero desde que se cambió de hogar, no ha vuelto a venir aquí... Con razón tu nombre se me hacía familiar, siempre que él venía a beber café me hablaba de un tal Kino. Estaba muy afectado ese chico, lo notaba en sus ojos y en su manera de actuar. Él realmente te ama, niño, y te voy a dar un consejo desde mi propia experiencia. Debes tener mucha paciencia, y no tienes rendirte hasta encontrarlo... Si el amor es real, el destino volverá a unirlos, pase lo que pase -

Me quedé paralizado al oír sus palabras, eran demasiado ciertas, pero hay algo que volvía a dejarme pensativo, como siempre. ¿HongSeok seguiría sintiendo algo por mí?. De pronto, mis pensamientos fueron interrumpidos.

- Niño, hoy no vayas a buscar trabajo, yo te ayudaré con eso, ¿Sí? Hoy aprovecha de disfrutar y jugar con Makki, eres muy pequeño como para sufrir de estrés buscando alguna ocupación -
- Gracias Taeyang... ¿Te importa si me quedo contigo esta tarde? Prometo no molestarte en nada -
- Claro que puedes quedarte aquí, niño. Quédate tranquilo, no eres ninguna molestia para mí, encantado de pasar esta tarde contigo, eres muy simpático y respetuoso, se nota que te han educado muy bien -
- Ay, muchas gracias. Tú eres lo más tierno del mundo -

Estuve toda la tarde acompañando a mi nuevo amigo, era una persona muy sabia, se podía hablar tranquilamente con él.
A pesar de que lo conocía hace muy poco tiempo, tuve la suficiente confianza como para hablarle de todos mis problemas, inseguridades, y hasta de las cosas ocurridas con Kwan. Él lo comprendió perfectamente y me aconsejaba muy bien, dándome a entender que el amor hacia mí mismo era muy importante, y que nunca más debía aceptar aquellos tratos.

La noche se hizo presente en la ciudad, es así como me despedí y agradecí a mi amigo.
Regresé a la banca con mi pequeño Makki, para luego quedarnos instantáneamente dormidos.

Mi Único Destino Eres Tú (SEGUNDA TEMPORADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora