Capítulo Treinta y cinco.

1.9K 88 14
                                    

Para que no odien tanto los lunes... ♡

-Harry, ¿quieres calmarte? - Harry respiró profundamente ante el tono de voz de Charles, quien le había acomodado el moño de su traje más de cinco veces ya. - Es la última vez que lo hago, si lo destruyes, no lo volveré a hacer. - Advirtió y Harry asintió, intentando relajarse.

James y Mark acomodaban los pantalones del rizado y lo sacudían para que ninguna pelusa se pegara a éste. Niall, se encargaba de peinarlo. 

-¿Qué pasará si me deja plantado? - preguntó nervioso y Niall rodó los ojos

-Por dios, Harry... Llevan más de cinco años juntos, Louis te ama más que a su propia vida, no creo que te deje plantado. - James hablaba ahora, mientras se levantaba y también se sacudía el traje.

-Lo peor es que seguramente él esté pensando lo mismo... - susurró Niall soltando una risita al final -Cosa que ninguno de los dos deberían de pensar.

-Exacto, ahora cállense y sigan en lo suyo. - Mark sugirió y todos riendo le hicieron caso.

A decir verdad, todos estaban nerviosos, era algo tan grande y tan hermoso que daba miedo que algo saliera mal. La puerta de la habitación del hotel se abrió, dejando ver a una hermosa mujer con cabello lacio y la mirada muy parecida a la de Harry. La mujer sonrió ante la vista y mordió su labio.

-Quince minutos Hazz. - susurró ella y Harry le asintió sonriente.

-Gracias Gemm, ya casi estoy listo. 

Si, era Gemma. Después de ignorarla durante bastante tiempo por lo que había hecho, Harry y Louis decidieron perdonarla, y entonces la relación de Harry con su hermana había mejorado demasiado. Gemma ahora aceptaba a su hermano tal y como era, y entendió que nunca debió no hacerlo. Un hermano es un hermano.

Sin embargo, Anne y Desmond seguían encaprichados con su único hijo varón. Harry decidió dejarlos finalmente en su pasado, como los señores que le dieron la vida y ya. Le habían dado la vida, más no lo habían dejado vivir. 

En cuanto a Louis, seguía sin saber nada de su familia, y aunque muchos lo alentaban para buscarla, no lo quería hacer. No era por orgullo, era porque simplemente su familia eran Harry y los chicos. Nadie más. 

--

-Lou, ya es hora. - la organizadora de eventos le avisó y Louis le asintió, agradeciendole. 

-¿Estas nervioso? - preguntó Joseph mientras acomodaba su corbata.

-Me estoy cagando de nervios.

-Louis, eso es asqueroso. Procura no hacerlo en tus pantalones, son blancos y no va a ser agradable. - Liam se rió ante la voz de Zayn y terminó de abrocharse los zapatos.

-Okay, es hora. - Los cuatro salieron de la habitación y se dirigieron a la playa que estaba después del área de la alberca del hotel, veinte minutos antes del atadecer.

Liam, Zayn y Joseph se quedaron en la primera fila, mientras que Louis se preparaba frente a todos los invitados, saludando con la mano a algunos tíos y primos que habían ido. Puede que la familia que lo vio crecer le había dado la espalda hacía algunos años, pero los demás siempre lo habían aceptado y querido tal cual.

Louis miró a sus demás amigos caminando por detrás de la gente hasta que llegaron a sus asientos asignados. Niall se sentó a un lado de Liam y besó ligeramente su mejilla. Louis sonrió al gesto y recordó los primeros meses que Harry y él estuvieron juntos. Sintió mariposas en el estómago. Éste era su día.

El juez se acomodó frente a Louis, los dividía una mesa. Se saludaron con un apretón de manos y Louis escuchó cómo la gente comenzaba a levantarse de sus asientos. Se le hizo un nudo en el estómago.

Write about us.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora