Capítulo Cuarenta y cuatro.

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Sólo habían pasado tres semanas desde que Niall había comenzado con la terapia, y ya había perdido 7 kilos. Sus clavículas y pómulos resaltaban como nunca antes y había perdido la mayor parte de su cabello. Sus manos se veían huesudas y largas y tenía ojeras.

Liam lo había ayudado a rasurarse la cabeza por completo y los dos habían llorado un poco. Pero fuera de eso, las cosas estaban normales.
Niall seguía la dieta que le habían dado al pie de la letra y había días muy buenos tanto como días malos.

Un día bueno, fue cuando Liam lo acompaño a la terapia y por primera vez Niall había salido hambriento del hospital, con ganas de una hamburguesa de McDonalds. Así que Liam lo había llevado por su hamburguesa y lo miro comer contento en la cabina del restaurante. Liam decidió que no podía estar más enamorado del ojiazul. Ese día también habían ido al cine y caminaron en el parque. Fue de hecho un día extremadamente bueno. Los dos se sentían tan bien por que Niall finalmente se sentía bien.

Y un día malo fue cuando, bueno, en realidad casi todos los demás días Niall se había sentido como la mierda. No podía comer porque si comía vomitaba y tampoco podía levantarse porque sentía que el abdomen le quemaba. No era algo muy lindo y a veces hasta se sentía tan mal que no quería ni que Liam lo mirara. Lo cual jamás pasaba porque Liam no lo dejaba ni un minuto solo.

Ahora estaban juntos en el hospital después del tratamiento y la doctora le estaba haciendo un chequeo general. Donde -obviamente- salía que Niall estaba bajo de peso.

-¿Del uno al diez como te has sentido esta semana Niall? - preguntó Elizabeth mientras le media la cintura

-Hmm ocho.

-Eso es muy bueno, ahora, dime la verdad... - Niall sonrió ligeramente y mostró 3 dedos. La doctora asintió.

-Eso es un poco más creíble, ahora, con el escáneo que te hicimos ayer, pude notar que el tumor en tu estomago redujo notablemente, y aunque todavía no es operable, podríamos internar extirparlo y dejar el tratamiento a un lado. Puede ayudarte a sentirte me-

-No. Quiero seguir con el tratamiento.

-Amor, puede ser lo mejor... - le dijo Liam frunciendo un poco el rostro mientras Niall lo miraba fijamente y decía que no con la cabeza.

-No. - se bajó de la camilla -Prefiero seguir con la terapia hasta que el tumor se reduzca lo suficiente para que no sea necesario abrir mi estomago y extirparlo, eso no va a pasar.

-Niall, sabes que la operación es necesaria en la mayoría de los casos. - le dijo Elizabeth y Niall asintió.

-Lo sé, pero tu lo has dicho, en la mayoría, no en todos. -sonrío aterrado y después de ponerse los zapatos, salió del consultorio con Liam siguiéndolo detrás.

Esa tarde, se pelearon. Liam le gritaba a Niall que no fuera necio y que la operación tenía que pasar tarde o temprano y Niall le seguía diciendo que no.

-¿Que no entiendes que tu miedo irracional a las operaciones no te va a hacer bien Niall?

-¿Y tu no entiendes que no quiero que me abran el estomago? ¡Podría morir en ese momento!

-Ni, por favor, las terapias solamente te están destrozando. No has comido nada bien y todo lo vomitas, has bajado de peso impresionantemente, tal vez sea mejor que te operen.

-No. Es mi ultima palabra Liam. Voy a seguir con el tratamiento hasta que me digan que no hay nada mas que hacer...

-Después de las terapias va la operación. Todavía tienes esa opción.

-Dije que no.- Y Liam vio como Niall azotaba la puerta de su habitación, dejándolo sin palabras afuera de esta. ¿Había mencionado antes el pavor que Niall le tenía a los hospitales?

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