Todo lo bueno dura poco

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Seto y Yami llevaban 7 meses como pareja oficial, lo que no era bien visto por la sociedad machista, los inversionistas dejaron de interesarse en Kaiba Corp. Cuando supieron que el CEO era gay, lo que le importaba poco al gran Kaiba, pero Mokuba veia focos rojos y de seguir asi, perderian todo por lo que habían trabajado. Lo que no era justo ni para el ni para Seto, su hermano ya no pasaba horas frente al computador, solamente se la pasaba con Yami. Mokuba trataba de convencer a su hermano de que fuera un poco mas dedicado a su empresa pero, sus palabras se las llebaba el viento. Conforme pasaron los dias se dio cuenta de que Seto pasaba mas tiempo con Yami que con otra persona, incluido el. Su propio hermano lo hacia menos por estar con su noviecito, pero había un lado amable de esa situación.
Seto le compraba todo lo que queria, con tal de que dejara de fastidiar.
Un dia como otro Mokuba salio de su escuela, Ronald habia ido por el como otros días, Mokuba se puso sus auriculares conectandolo a su IPhone escuchando música a todo volumen. Ronald entro despues de Mokuba quedándose helado. Pues se lograban escuchar los jadeos y gemidos provenientes del cuarto del señor Kaiba. No habia que ser un experto, para saber lo que estaba pasando. Mokuba entro cantando a la cocina abriendo el congelador para comer un poco de su helado favorito. Pero casi se le salen los ojos cuando en el congelador solo se veian charolas de carne congelada. No estaba su amado helado, busco en el refrigerador y tampoco estaba. Decepcionado se hacerco al bote de galletas, y ahi a un costado de la alacena, estaba el bote del helado vacio. Furioso subio al cuarto de su hermano pasando por las narices de Ronald, quien tardo tres segundos en seguir al joven Mokuba. A una nada de que Mokuba entrara al cuarto Ronald logro detenerlo, justo en ese momento se escucho un sonoro orgasmo, sin duda esa habia sido la voz de Yami. Ronal se limpio el sudor de la frente, y vio como el niño lo fulminaba con la mirada mientras se quitaba los audífonos, entrando sin previo aviso al cuarto de su hermano.
Abriendo los ojos como platos al ver a su hermano con el torso desnudo, visiblemente agitado, y a Yami detras de la ancha espalda de Seto asustado y avergonzado.
-Mokuba...-
Mokuba se cruzo de brazos matando a Seto con la mirada.
-Quien se acabo mi helado!-
Seto rio en bajo para despues ver a Mokuba con ternura.
-Yami se lo comio, nunca había probado el helado de chocolate suizo. Toma dinero de mi cartera y ve a comprar otro helado.-
Mokuba salio muy contento de la habitación mientras el pobre Ronald, no sabía ni que hacer. Cerro la puerta y Yami cayo desmayado a espaldas de Seto, el ojizafiro miro con ternura a Yami besando su frente.
Habian pasado tres meses desde aquel bochornoso dia, Mokuba paso a ser de segundo plano para Seto, pues np habia alguien mas importante que Yami. Mokuba estaba harto de ver a su hermano actuar como un adolescente enamorado. Asi que dedico varios dias a un plan que tertminaria por separarlos.
Atem y Seto estaban sentados en el pasto mullido, el viento jugaba con el cabello de ambos, la suave caricia de los últimos rayos solares, daba un aire por demas romántico, Mokuba al verlos sintio un poco de culpa pero si los iba a separar, no habia tiempo para dudas. Al dia siguiente, Mokuba convencio a Akizara de invitar a comer a Seto y que en medio de la comida lo besara. Ya que el niño le habia dicho que su hermano, estaba con Yami para darle celos a ella, por que su corazón tenia el nombre de Kizara. Mokuba era muy convincente a la hora de hablar, para covencer a su hermano no fue complicado ya que habia mentido diciendo que Yami estaria ahi.
Seto estaba entusiasmado, contaba las horas para poder ir a esa cena especial, donde le pediria matrimonio.
El tan anhelado dia llego, Seto lucia de lo mas elegante, esperaba con ansias ver a su pequeño faraón pero en lugar de eso vio a Kizara, con un vestido blanco entallado con detalles en plateado. Su corazón comenzo a latir muy fuerte, olvidandose de Atem por completo. Yami llego a la hora acordada por Mokuba, el joven exfaraón usaba un traje muy elegante en color negro azulado, haciendo resaltar su palida piel. Entro nervioso al lugar acompañado por Mokuba, quien vio con una enorme sonrisa a Kisara siendo besada por su hermano Seto. Pero al ver a Yami su sonrisa desaparecio, los flequillos rubios tapaban sus ojos, aun asi las lágrimas salían presurosas. Saliendo a toda prisa del restaurante, Seto al sentirse observado, volteo a ver quien le tenia los ojos encima. Al ver a Mokuba lo invito a cenar con ellos, al volver a la mansión Kaiba. Seto llamo a Yami pero este no contestaba, el CEO subio a su cuarto probablemente lo veria dormido pero, la cama estaba hecha, sin señales de Yami. Buscaron por toda la casa y no habia rastros de el, lo que era raro ya que su ropa estaba en el closet. Era tarde posiblemente pasaria la noche con alguno de sus amigos, pero ninguno le sabia dar razones de el. Seto estaba aterrado eran las 4 de la mañana de aquel jueves lluvioso y no habia rastros de su Yami. Llamo a varios hoteles y hostales buscándole, no fue si no hasta varias llamadas mas tarde que un recepcionista, le dijo que habia un chico con las características que describia. Seto sin perder mas tiempo tomo su vehículo y se dirijio a aquel lugar. Al llegar abrio el cuarto y vio un pequeño bultito cobijado, se acercó a el para despertarlo con un beso. Al poner sus labios tibios contra la palida piel del exgobernante la noto fria como de un muerto, al prender la luz vio horrorizado lo que nunca esperaba ver. Quito las cobijas del menudito cuerpo, notando que se habia cortado las venas, muriendo desangrado. Seto cayo de rodillas al ver a Yami muerto, llorando con dolor desesperación. Lo había perdido de nuevo.

Corazón en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora