Capítulo 1: Un delito, un chantaje y un secreto.

206 13 0
                                    

Golpeo mis manos contra mis muslos al ritmo del coro Cool For The Summer de Demi Lovato que se reproduce en mis auriculares sin dejar de caminar por el amplio pasillo frente a mis ojos.

Hoy estoy saliendo tarde. No suelo hacerlo seguido pero hoy tuve que quedarme para terminar un trabajo sobre la importancia del movimiento y la expresión corporal; podría haberlo hecho el fin de semana de no ser que mi compañera de trabajo tiene que salir este fin, así que no nos quedó más remedio que hacerlo después de clases, puesto que obviamente yo no iba a ser toda la tarea sola, no señor.

Los pasillos de Princeton se ven medianamente vacíos, logro ver uno que otro estudiante o profesor rondando por el lugar quién sabe para qué o por qué. La facultad de Artes queda en la parte Este de la Universidad por lo que debo pasar el tramo central del campus para luego poder dirigirme hacia el pasillo principal que guía a la salida, lugar el cual es mi meta.

Por la hora, debo suponer que desde hace rato Maddie ya se encuentra en el que es nuestro departamento. Espero que haya preparado la cena porque la verdad no tengo ganas de prepararla, si no es así lo más seguro es que termine ordenando una pizza de queso con peperonis. Sí, eso suena bien.

Doblo una esquina justo cuando la canción Two Ghosts de mi hermoso Harry Styles inunda mis oídos, más detengo en seco mis pasos al encontrarme con una escena peculiar no muy lejos de mí.

William Sanders, estudiante de Cinematográfía de 2° año, se encuentra saliendo del salón de cine. Lo extraño obviamente no es eso sino el rollo cinta de cine que esconde deliberadamente y con manos temblorosas en su bolso, cual ladrón que esconde su delito. Una sonrisa se abre paso en mi rostro ante eso.

Quién diría que el niño bueno tiene sus momentos de rompe reglas.

Termino de acercarme, aun sin que me note, o no lo hace hasta que aclaro mi garganta reclamando su atención. Da un respingo y me mira rápidamente, el miedo tiñe su rostro juvenil, brilla en sus lindos ojos color azul bebé.

Okey, voy a admitirlo. El chico me gusta desde hace mucho, más nunca logré nada porque es tan tímido que cada vez que yo ―o cualquier chica― se le acerca, o tartamudea o sale huyendo como si fuera la misma peste. Y sé que sólo le ocurre con el género femenino puesto que lo he visto hablar con otros chicos de su clase con completa normalidad y naturalidad.

Su cabello castaño oscuro, piel clara y aparentemente tersa ―y digo aparentemente porque no he tenido la dicha de tocar―, labios provocativos, sumado con esos hermosos ojos claros y cara de bebé lo hacen ganador de muchos suspiros. Incluyendo los míos. ¡El condenado es extremadamente atractivo y ni siquiera lo nota! Y cuando usa sus lentes, uff, no quieren saber lo que le pasa a mis bragas.

«Por el bien de los dos creo que lo mejor será detener esos pensamientos, Nessa

Aunque odie admitirlo, mi conciencia ésta vez tiene razón.

― ¿Qué haces? ― pregunto ante su estado de mutismo, mi tono es calmado aunque realmente retengo las ganas de echarme a reír debido a su rostro de horror. ¿Tan mal me veo? No lo creo.

― Na-nada.

Y ahí está su tartamudeo. Debo decir que igual me resulta tierno. ¡Infiernos! Este chico me la pone mal.

― Ajá, y yo nací ayer ― ruedo los ojos sin borrar mi sonrisa ―. Déjate de excusas, muñeco ― chasqueo mi lengua ligeramente, disfrutando tener el control de la situación ―. Te atrapé.

Ojalá fuera en todo el sentido de la palabra.

― Por favor, no le digas nada a nadie ― dice atropelladamente, tan rápido que casi me pierdo en tantas palabras juntas.

Una idea brillante y algo intrépida surca por mi cabeza. Sonrío más, y creo que eso lo pone más nervioso porque aparta su mirada de mí y la guía a sus manos, las cuales frota como si intentara que no note su temblor en ellas. Tarde.

― No lo haré... ― hago un silencio de suspenso y entonces agrego: ― con una condición.

Su mirada va rápidamente a la mía, el temor sigue presente en él.

¡Rayos! Parece un cachorrito abandonado. Yo lo adoptaría con gusto. Aunque si lo fuera no podría hacerle las cosas que quiero hacerle...

― ¿Cuál? ― cuestiona bajo.

Hago como si lo estuviera meditando aunque no es así.

― Que salgas conmigo.

Su expresión de miedo se convierte en total sorpresa, sus ojos se abren mucho, como si no creyera lo que acaba de escuchar.

Qué inocente es. Tal vez yo pueda corrom... No, no no. Déjate de eso, Vanessa.

― ¿Qué? ― medio grita finalmente, saliendo de su conmoción, más o menos.

― Lo que oíste. Pero no será hoy, tranquilo ― sin más, empiezo a reanudar mi caminata, pero unos cuantos pasos más adelante vuelvo a hablar ―. Tu secreto está a salvo conmigo, muñeco ― digo a sabiendas de que me escuchó. Seguro sigue shockeado por todo lo sucedido.

Llego a la entrada con una sonrisa en mi rostro que estoy segura que nadie podrá borrarme por el resto del día. Aspiro hondo llenando mis pulmones de aire limpio mientras le doy una corta mirada al hermoso cielo que se cierne sobre mi cabeza.

Hoy resultó sin duda alguna un día muy productivo. Sí, señor.

Río por mis locos pensamientos y reanudo mi marcha para dirigirme a buscar un taxi que me lleve hacia el departamento donde he vivido los últimos tres años y medio, sin dejar de pensar en ningún momento en lo ocurrido con Will.

Voya hacer que ese chico se enamore de mí o me dejo de llamar Vanessa Wells. Y megusta mucho mi nombre así que no perderé.    





Hi, people!! aquí el primer capítulo de esta nueva historia. Quiero aclarar que esta es una historia corta ―así como Donde Estés―, por lo que los capítulos no contendrán muchas palabras y la trama es más concreta. Igualmente espero que les guste, y de ser así no dude en dejarlo saber mediante un comentario o un voto :D

Este cap tiene dueño incluso antes de que fuera escrito jajajaj Es para ti, cielo; porque fuiste quien me dio la idea y sin ti esta historia no existiría, así que u beso enoooorme para ti. Ti amu <3

Dejarse Llevar [Trilogía Buenos Amores #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora