― ¡Vanessa!
Doy un respingo, le lanzo una mala mirada, lo único que consigo es que sonría inocente a la vez que se encoge de hombros.
― No me estabas escuchando ― es todo lo que dice en su defensa.
― Dime ― murmuro, dándole mi atención.
Entrecierra sus ojos en mi dirección, con mirada perspicaz.
― ¿Qué pasó anoche que no me has contado?
Ante el recuerdo, no puedo evitar un suspiro risueño que la hace elevar sus cejas.
― Digamos que conocí a un héroe real ― digo, vuelvo a atrapar mi labio inferior.
Se inclina hacia delante pareciendo muy curiosa e interesada en el tema.
― ¿Cómo así?
Sin rodeos, procedo a contarle todo lo ocurrido en la noche de ayer en donde conocí a "Batman". De sólo recordarlo sonrío.
― Wow. Lo que me dices... Estoy un poco molesta porque existan tipos tan lascivos como de los que me hablas. Más también estoy en parte feliz por saber que todavía existe la caballerosidad ― expresa cuando he finalizado mi relato.
― Oh vamos, tú sabes perfectamente y de primera mano que la caballerosidad aún existe. Sólo ve a tu amado novio ― indico divertida.
― Sí ― y ahí está esa sonrisa de enamorada ―. Pero ese no es el punto. El caso es que conociste a un héroe enmascarado. Tu propio héroe enmascarado. No todas pueden decir eso ― bromea. Río.
― Lo sé. Lo sé ― murmuro sonriendo ―. Pero...
― ¿Pero qué?
No sé si contarle que por un momento aquel desconocido se me hizo no tan desconocido. Sé que probablemente sólo fueron ideas mías, pero no sé, por un instante llegué a pensar que... No, no es posible.
― Me hubiera gustado saber quién era en realidad, ¿sabes? Al menos saber su nombre ― suspiro.
Aún no puedo creer que haya logrado ser tan descarada como para besarlo de esa forma. Fue en la mejilla, pero eso no cambia el hecho de que realicé un gesto tan íntimo con un completo desconocido. Sin lugar a dudas cada día me supero.
― Quién sabe y algún día sus caminos se vuelvan a cruzar.
― Eso espero ― admito.
Los días transcurren sin falta. Ya es Miércoles, mitad de semana, y yo no puedo parar de intentar colocarle un rostro a mi héroe enmascarado. ¿Mío? Já, creo que cada día estoy peor.
― Vanessa, estás repitiendo el mismo error. ¿Estás aquí con nosotros o en otra parte? ― me reprocha por cuarta vez la profesora de Expresión Corporal, la señorita Snow.
― Lo siento ― digo, por cuarta vez ―. Lo haré mejor. Lo prometo.
― Eso espero porque no tengo toda la clases ― indica causando la risa de algunos de mis compañeros pero los ignoro y asiento ―. Bien. Vamos desde el principio.
La clase después de eso transcurre con normalidad y algo de aburrimiento. ¿Conocen esos días donde todo se siente pesado? Pues hoy es un día de esos. El rostro de algunos profesores y estudiantes lo reafirman.
― Temo que alguien quiera lanzarse de la azotea. Todos hoy parecen...desganados ― dice mi amiga dando una mirada a la cafetería.
― ¿La puerta está abierta?
La puerta que da a la azotea usualmente suele estar cerrada ya que las llaves solamente las tienen el Director y los conserjes de la Universidad.
― Vanessa ― me lanza una mirada seria. Sonrío ligeramente.
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Dejarse Llevar [Trilogía Buenos Amores #2]
Короткий рассказ― ¿Qué haces? ― Na-nada. ― Ajá, y yo nací ayer. Déjate de excusas, muñeco. Te atrapé. ― Por favor, no le digas nada a nadie. ― No lo haré...con una condición. ― ¿Cuál? ― Que salgas conmigo. ― ¿Qué?