Capitulo 2;;

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ɪɴᴅᴜsᴛʀɪᴀs sᴏᴋᴏ

Cuando se comenzaron a alejar, Percy temía por su vida, temblaba un poco, de cierta manera porque su cuerpo de manera inconsciente se comenzaba a relajar, a la par, el héroe se sentía seguro, como si los monstruos ya no le pudieran seguir

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Cuando se comenzaron a alejar, Percy temía por su vida, temblaba un poco, de cierta manera porque su cuerpo de manera inconsciente se comenzaba a relajar, a la par, el héroe se sentía seguro, como si los monstruos ya no le pudieran seguir. La chica, la señorita Reddington, no lo miraba, ni tampoco decía algo cuando iban camino al coche.

Agradeció aquello, no quería que ella preguntará acerca de su pasado, todavía no tenía una manera de hacer no muy extraña su historia por si ella llegaba a preguntar.

Solo hay que descansar, cuando estemos descansados podremos pensar en una historia que parezca real dijo su subconsciente, mientras caminaban a la camioneta.

Percy imagino millones de tipos de coches. Imagino cosas extravagantes que llamaran la atención, pero en lugar de eso, había una camioneta negra. Era tan simple. Que le parecía irreal. Pero después de ver la mirada de la chica, supo que ese tipo de autos eran para misiones y no para su día a día.

El hombre abrió la puerta y la dejo entrar, y después lo miro a él. En ese momento reacciono y también subió.

Regina dirigió su mirada al chico.

Debía aceptarlo, le causaba curiosidad porque un chico como Percy; sí, sabía su nombre, pero, era divertido fingir que no lo sabía mientras observaba sus muecas. Suspiró de forma pesada, odiaba lo que estaba a punto de decir.

- Muy bien novato...te explicaré algo. - le dijo muy seria, e incluso ella temió de si misma, ella no era tan seria...bueno si...pero...agh, no tenía caso explicarlo - Papá apostó por ti, así que debes de ser bueno ambos; mi padre y yo; somos criminales que encabezan la lista negra del FBI así que mas te vale aprender y no defraudarnos - dijo la chica mirándolo fríamente. Era muy notable que no estaba contenta por esto. - A menos que quieras morir rápido - le dijo y por un instante ella se sintió mal.

¿Cuántas veces no había orillado a alguien a unirse a la mafia porque les daba las dos opciones? Había hecho lo mismo con Percy ahora. Era una perra...pero, ¡Mierda! Le gustaba ser una perra. Ah, era un caso pérdido.

- Esta bien...- dijo Percy asintiendo. La chica sonrió con maldad y Percy supo que tenía más miedo de ella, que a cualquier otro.

Después de eso. Regina no volvió a hablar.

Si tenemos que ser sinceros Regina, estaba perdida en sus pensamientos. Le gustaba su vida, pero Percy Jackson tenía ese aura de ser un torbellino y hacer todo a su manera, hacer que todo vaya a su ritmo, pero, ¿A qué ritmo vivía aquel chico?

Percy tenía más bien otra manera de pensar, extraña y de alguna manera se dejaba llevar por el enojo de la chica cuando estuvieron en el parque.

- Si que esta molesta... - pensó Percy. Pero él, no podía hacer nada.

Llegaron a un almacén, grande, que decía Industrias Soko aún que el no lo leyó. Fue mas bien la señorita Regina Reddington, que al ver que el no podía leerlo, se lo dijo.

¡Oh! dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora