Subidas y bajadas.
Regina acariciaba el cabello de Hazel mientras escuchaba la pequeña conversación entre Will, Nico y Percy. Sabía que Hazel ahora estaba muy, muy mal, y no podía hacer mucho por ayudarla ahora, primero, Hazel debía dejar salir todo su dolor.
—Debemos de encontrar su cuerpo. Solo eso pido, Hazel no estará bien si simplemente lo olvidamos...— dijo el hijo de Hades. Percy se paseó un poco por la habitación.
—A Red tampoco le gustaría que la dejáramos tan mal. Todos le tenemos...bueno...teníamos cariño a Dalilah. — dijo Percy en un susurro mientras suspiraba, era difícil pensar en que jamás volverían a ver a la pelirroja, o a escuchar su extraña manera de mandar a todos a la mierda cuando estaba en confianza. Había tantas cosas que ahora cambiarían gracias a que la chica ya no estaba viva.
Todos se quedaron en un silencio sepulcral. A ellos no les era difícil aceptar la muerte, la veían como una vieja amiga, pero, sabían que para Hazel no era "muerte" era...dejar de tener a una persona que le importaba. Una de las pocas personas que le aceptaba tal cual era. Una persona que crecía junto a ella, Dalilah era esa chica que había aceptado a Hazel como era, con sus inseguridades, con sus temores a ser rechazada, con todo lo que implicaba el pasar de gustar de un chico a una chica. Con todo lo que implicaba dejar de lado las creencias de la época en la que ella vivía.
—Estamos todos de acuerdo en que no dejaremos a Hazel sola en esto, que la ayudaremos a salir adelante, ¡Pero! — dijo Little Red y señalo a los tres chicos — pongan atención en esto, porque sé de qué son capaces. No la trataremos como si fuera una muñeca de cristal, todos en esta habitación estamos de acuerdo en que Hazel es una chica fuerte. Lo podrá superar, pero, debemos estar para ella, y saber que tendrá días buenos y días malos, que habrá días donde le deberemos de tener paciencia y otros en los que veremos a una chica que quiere vivir todo. — dijo la chica con seriedad, Percy se sintió babear al verla con aquella mirada fiera que decía "Intenten llevarme la contraria y los hare rogar clemencia" — Ahora me pondré en contacto con mi gente, seguramente ellos saben algo...— dijo y se levanto para salir de la habitación.
Tomo su móvil de su bolso mientras comenzaba a teclear el número.
—¿Hola? — pregunto alguien del otro lado de la línea, la chica sonrió de forma inconsciente, había caído rápidamente, algo raro en el chico, que solía ser más precavido, seguramente creía que se trataba de algún amigo, después de todo nadie conseguía ese número.
—Hola Maverick —dijo con calma y no escucho nada del otro lado de la línea. —¿Sabes? No me agrada mucho enviarte mensajes, lo sabes perfectamente. Mucho menos me agrada llamarte a este número, por lo cual, has esto mas llevadero para ambos hablándome sobre las ultimas cosas importantes que han pasado en Florencia — dijo con seriedad. Se escucharon algunas maldiciones del otro lado de la línea.
—No se nada...—dijo en un susurro. —Y si quieres que te diga algo deja de estar del otro lado del mundo y ven aquí, eso es ser una rata rastrera — dijo con algo de molestia.
—Deberías dejar en el pasado lo que llegamos a tener, fue algo corto, y sabes que no funcionábamos porque tu amabas tener el control de todo lo que pasaba a tu alrededor, y yo, sigo siendo una bomba incontenible —se encogió de hombros.
—Sabes perfectamente que tú y yo pudimos trabajar mejor, éramos perfectos en lo que hacíamos...
—Éramos jóvenes y tú ya planeabas una boda, los nombres del perro e hijos —rodo los ojos ella. Bien, ¿Quieres que deje de estar del otro lado del mundo? Es fantástico. Entonces tomemos el té para hablar juntos, ¿Te parece? —dijo la chica sonriendo con calma. Colgó y camino de vuelta a donde estaban los chicos. Sabiendo perfectamente que él no creería su amenaza. Se asomo por la puerta y sonrió. —¿Jason? Ven conmigo, tengo hambre, y tu eres el que conoce Italia. —dijo de manera encantadora. Jason asintió y se levantó, para acercarse a la chica. Port también camino de forma firme hacia ambos. —Port también viene.
Tomo su abrigo y camino rumbo a la salida del lugar. Jason se veía incomodo a su alrededor, ella rio levemente.
—Descuida rubio, yo no muerdo...a menos que quieras —dijo con calma y entro al auto en la parte trasera. Jason se quedo congelado durante algunos segundos, aun veía algo shockeante las diferencias entre la esposa y la ex de Percy. Jason subió también mientras se removía. Port entro de piloto y observo a la chica, preguntando a donde iban. —Vamos a la dulcería Naped — dijo con calma.
—Alto, ¿Tu conoces Italia? Se supone que me traes contigo porque no la conoces...—dijo mientras Port comenzaba a conducir de forma lenta.
La chica soltó una risita burlona.
—¡Oh por...! —rio un poco más. —Que patético creer que no conozco Italia. Viví parte de mi vida aquí, querido Jason, yo conozco todos los lugares del mundo, se a donde llevarte si necesitas desaparecer...—dijo ella mientras alzaba las cejas.
—Tal como tu padre. — dijo el rubio mientras la observaba de reojo.
—Tal como el, pero, con tetas y sin estar detrás de una torpe agente del FBI que es extremadamente creída y cegada por la idiotez. —dijo la chica con algo de molestia. —Ahora vamos a hablar con alguien que seguramente sabe que paso con Dalilah. — dijo mientras sonreía un poco. —Oh, mira ese es el restaurante de la familia Dumbarch, ellos son de Estados Unidos, pero, hace 30 años, cuando los dos dueños se enamoraron, tuvieron que escapar, sus familias no se querían ver ni en pintura, y estuvieron a punto de matar a la pareja del contrario demasiadas veces. Dejaron de ser Francis Dell y Sabrina Powell, para pasar a ser Alejandro y Renata Dumbarch — dijo la chica. —Hacen una pasta exquisita, y unos pasteles aun mas deliciosos. — suspiro la chica —De regreso hay que pasar con ellos, por favor, Port — dijo la chica haciendo un puchero.
Se detuvieron unas cuantas calles después, Jason había escuchado todas las historias que la chica le venía contando y al llegar, esta sonrió levemente.
—¿Alguna vez has ejecutado a alguien? —pregunto la chica con calma mientras ladeaba la cabeza.
—Todavía a nadie. —dijo mientras fruncia el ceño.
—Bueno, prepárate para todo, en este mundo todo puede pasar...—sonrió la chica con algo de calma. Entro a la pastelería y sonrió a la chica que estaba en recepción. —Hola dulzura, ¿Esta Maverick? —pregunto mientras ladeaba la cabeza. La chica asintió.
—Esta trabajando en un pastel de bodas...— dijo la chica. —No creo que pueda ser molestado.
Jason estaba listo para irse de vuelta, pero, Regina lo tomo del brazo y sonrió de forma dulce.
—Es mi pastel...—sonrió ella con emoción. —Me casare pronto, el es mi prometido... solo queremos ver como va el pastel, debe de ser perfecto...por favor...—dijo Regina mientras observaba a Jason, este se quedó mirándola algo perdido, ¿Cómo es que no le causaba nada el hecho de estar fingiendo que eran prometidos?
—Bueno...yo...pasa— dijo la chica finalmente.
—Gracias, descuida, no tardaremos mucho...— le dijo mientras sonreía y tiro de su brazo para que Jason caminara junto a ella. —Camina, rubio —dijo en voz baja mientras seguía tiraba de él.
Camino con calma hacia la cocina de aquel lugar, soltando el brazo de Jason. Siguió su camino hacia donde se escuchaba la música sonar.
—Si llego a salirme de mis casillas, recuérdame que hay gente a fuera...—dijo la chica a Jason y abrió la puerta.
Nota:
¿Hola :D? Perdón por la gran desaparición...no me maten :c ¿Les tengo una buena noticia? Sí, les tengo tres capítulos, así que, disfruten ugu
Me voy!
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¡Oh! dulce venganza
FanfictionByr: Esta historia está siendo editada, en cuestión a nombre de la protagonista. Del inexistente nombre a Regina. Además de que estoy retocando algunas cosas. Y se agrega a que solo esta terminada la parte I, descuida, las siguientes partes estará...