Capitulo 33

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Ojo por ojo

Los dioses jadearón, ninguno esperaba aquella respuesta tan explosiva de la chica, bueno, Ares la esperaba, era obvio después de ver aquello

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Los dioses jadearón, ninguno esperaba aquella respuesta tan explosiva de la chica, bueno, Ares la esperaba, era obvio después de ver aquello.

Los dos grandes estaban incómodos, principalmente Poseidón, él había creído que su hijo había traicionado el Olimpo (Aun que debía decir que le había costado entender aquello) algunos miraban a Annabeth como si mereciera que le metieran el tiro entre las cejas.

— Entonces...— comenzó Artemisa algo molesta, el Perseus Jackson seguía ahí, estando sin traicionar a nadie. — Caímos en el juego de una chica que quería tener el centro de atención, y deshacerse del héroe más leal que tuvimos — siseo la diosa mientras miraba a Atenea, ella también debía de tener algo que ver.

— ¡Mi madre también ayudo! — chillo Annabeth aireada.

Entonces un caos mayor explotó. Hefesto tiro lo que estaba haciendo cuando escuchó el grito que soltó Poseidón, pronto hubo una pelea demasiado estúpida.

La hija de Raymond Reddington sentía que su cabeza estaba a punto de explotar por todo lo que parecían decir. Demasiadas cosas.

Se culpaban...aún cuando todos eran culpables.

Gruñó y tomó a Annabeth del cabello, sabiendo que si la dejaba solo un segundo ella escaparía. Su chillido alertó a una chica que casi que se acercó corriendo, pero, los dos disparos que retumbaron después, hizo que toda le pelea se detuviera.

— ¿¡Qué demo-!?— Ares se vio interrumpido.

— ¡Oh! Lo siento — dijo la pelinegra con fingida pena — ¿Arruine su diversión y estúpida pelea de niños? — siseo con molestia.

— ¿Quién te crees que...?— Zeus también se vio interrumpido.

— Cállate, sólo están peleando, buscando a un culpable donde todos son culpables, primero — tiro del cabello de Annabeth con demasiada fuerza haciéndola caer en el suelo, la rubia se quejo, pero, poco le importo. — La perra sarnosa la cual los hizo ver más estúpidos de lo que ya son, y también su madre hija de perra...la cual fue parte de este lindo teatro...así que si quieren culpar a alguien culpenlas a ellas, pero de la rubia me encargo yo — dijo con una sonrisa macabra.

Pasaron unos minutos y todos volvieron a sus lugares, los mestizos volvieron al campamento y los dioses se quedaron discutiendo acerca de que castigo darle a la diosa de la sabiduría.

Y parecía ser, que Artemisa y Ares se habían hecho una tregua donde ambos iban a por darle un buen escarmiento y tal vez, hacerla ver que no todos sus caprichos debían cumplirse.

Al llegar al campamento la mayoría de mestizos que en el pasado habían culpado a Percy, lo miraban algo perdidos.

También habían caído en una trampa. La hija de Raymond Reddington, miro a la hija de Atenea, sonrío, y aún tirando de su cabello la llevo a la entrada de este. La mayoría de mestizos los siguió, curiosos.

Una camioneta negra estaba en la entrada. Raymond Reddington estaba ahí. La chica le dio un asentimiento, por el momento no quería hablar con él.

En ese momento entraron Alerick y Joe, ambos sonreían levemente.

Para sorpresa de todos, ambos chicos saludaron a Percy, y entonces tomaron a Annabeth.

— Bienvenida a tus últimos momentos de vida rubia...— comenzó Joe.

— Debiste de pensar mejor esto antes de hacerlo, ¿Creías que nuestro Percy quedaría en medio de la nada medio muerto? No, no, llegó a una mejor familia, que no teme derramar sangre por su venganza. — le dijo Alerick y su sonrisa se volvió macabra.

— Lo siento Rubia, pero, tu sabes que Percy se gana la confianza de todos, en la mafia también lo hizo...será divertido verte gritar...— dijo Little Red mientras sonreía y río cuando Annabeth se encogió en su lugar. — ¿Me tienes miedo? No lo hagas...soy dulce hermana...— dijo ella y los dos chicos arrastraron a Annabeth a la camioneta.

Entonces Percy sonrío acercándose a la chica y beso su mejilla, miro a los siete, excepto a Nico y Hazel los cuales los miraban con algo parecido al orgullo.

— ¿Necesitan que su cuerpo quedé de forma que la reconozcan? — preguntó sonriendo el azabache y guiño un ojo — debemos irnos, tenemos cuentas que saldar...— dijo y los dos subieron a la camioneta, está arranco rápidamente y Percy y Little Red miraron a la rubia la cual tenía una mirada de horror en el rostro.— No tengas miedo Annie, sigo siendo yo, Percy, el chico idiota...oh, espera...sigo siendo Percy, pero, ahora, te atravesare con una bala en cuanto me aburra. — le sonrió y le guiño un ojo.

— Percy...por favor...no me mates...te amo...— dijo la rubia mientras tomaba su mano.

— No me amas, lo sabes, sólo crees que te ayudaré si lo dices, pero, no te ayudaré, estoy casado, tengo una buena vida, no la dejaré por una rubia que no sabe jamás lo que tiene hasta que lo pierde — escupió el azabache con odio.

— Yo no quería Percy...mi madre...

— Tú madre no fue jamás, algo le dijiste para que te apoyará, porque su parte inteligente, claramente le decía que deshacerse de Percy Jackson no haría nada bueno para ella ni él Olimpo — dijo la chica.

Alerick rodo los ojos cuando la rubia intento zafarse del agarre, y la hizo sentarse de nuevo con brusquedad.

— Estamos siendo pacientes, así que estate quieta niña, no quieres morir tan pronto...— siseo él y Annabeth se encogió aún más en su lugar.

Tenía una sentencia de muerte segura.

En el campamento, Piper salto algo preocupada.

— ¡Debemos detenerlos, no podemos dejar que la maten! Es nuestra amiga...— dijo con los ojos llenos de lágrimas.

— Percy también era su amigo y no lo defendieron... — dijo Hazel algo molesta. Todos la miraron sorprendidos, ese no era un comportamiento de ella.

— ¡Cállate Hazel! ¡Tú eres igual a ellos! ¡Estás con ellos! Eres una perra, no eres de verdad uno de nosotros, nos diste la espalda y se la estás dando a Annabeth... — dijo la chica, tenía su daga entre las manos y se tiró sobre ella.

Pero antes de poder llegar, cayó dando un chillido, tomaba su hombro, y Raymond Reddington, bajo su pistola, Dembe miro a los hijos de Hades y les hizo el ademán de irse.

— Nadie se meterá con ellos, su amiga se lo busco, nuestro mundo es ojo por ojo. Es momento de cobrar. Recen porque de verdad vuelva su cuerpo aunque ya no tenga vida — dijo el hombre y se giro, caminando a la camioneta negra.

Dejando a los mestizos muy perdidos.

Nota:

Well, creo que esto no era lo que esperaban, no sé si matar a Piper, una parte de mi no quiere, pero, otra, quiere llevar a Jason a la Mafia y que el de alguna manera arrastre a Reyna, but no lo sé...

Me voy!

Por cierto, les gustaría una historia donde se narren los problemas de Nico y Will? Y otra de Hazel y Dalilah? (Aún que creo que la mayoría preferiría solo la de Nico y Will)

Chau! Comenten que les pareció y que esperan xd

¡Oh! dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora