Capitulo 6;;

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¿ᴜɴ ᴘᴜɴᴛᴏ ᴅéʙɪʟ?

Ambos subieron a la camioneta emocionados, Percy, deseaba atravesar la cabeza de ese capullo con sus balas, por pensar que Regina, era un punto débil

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Ambos subieron a la camioneta emocionados, Percy, deseaba atravesar la cabeza de ese capullo con sus balas, por pensar que Regina, era un punto débil. Cualquiera podría ser considerado un punto débil, y tal vez Regina si lo fuera, pero...la chica era inteligente, sabía que cartas debía de mover a cada momento si es que quería seguir sobreviviendo. Tenia sus secretos guardados, y jamás los decía a menos, claro, que necesitara de ellos.

— Ah...disfrutaré de hacerlo sufrir — dijo Percy, la chica lo miró y sonrió.

— Yo también disfrutaré... Hoy traigo ropa que no me importa manchar de mucha sangre...— dijo con malicia.

Percy la miro de arriba a abajo, tenía unas balerinas blancas, vestido color plomo, algo ceñido en la parte alta y holgado en la parte baja, y un listón plomo en su cabello, para evitar que su cabello se fuera hacia el frente.

Regina se veía hermosa.

— Ambos disfrutaremos...será perfecto... — sonrió con emoción y relamió sus labios.

En ese momento se quedaron callados, pero, de la nada la chica brinco emocionada, y se colocó a su lado. Se giro, y busco algo en los asientos de atrás, dándole a Percy una vista perfecta del culo; bien trabajado de la chica.

— Deja de mirar mi culo — masculló mientras se sentaba bien.

— Acéptalo, cariño — dijo Percy, sonriéndole con burla — Tienes un culo hermoso. — dijo y en ese momento, recibió un golpe en el hombro; demasiado fuerte; por parte de la chica, que lo miraba sonrojada de forma furiosa.

— Vuelve a decir eso Jackson, y te meteré un puto tiro entre las cejas — dijo seria, pero Percy rio, era obvio que ella no lo haría.

— Sabes que no lo harás. — comenzó el chico. — Porque tu padre te mataría, soy uno de sus mejores hombres — dijo sonriendo con altanería.

— Maldigo a mi padre y me maldigo a mí, por hacer que tu ego se esponjara hasta las nubes — refunfuño la chica mientras rodaba los ojos, y rio al escuchar a Percy reír. —Pero, no me caías tan bien en ese entonces, eras algo tonto...— rio con suavidad.

Esto era lo que le agradaba de estar con Percy. Él no le temía por ser hija de Raymond Reddington, cosa que en un principio la sorprendió, pero después le agrado, pues además de su padre, Dembe y Port, Percy era su único amigo verdadero. No falso como todos esos chicos y chicas que se acercaban a ella en busca de tener más confianza y poder hacer más cosas, matar más. Percy se había hecho su amigo y la había aceptado aun con su humor de perros. Era la única persona que la comprendía.

— Tienes razón, no te mataría, me quedaría sin buzón de quejas — sonrió con sorna al pelinegro, este bufo y se cruzó de brazos, como niño pequeño haciendo berrinche.

— Llegamos — dijo Port, bajando del coche, y abriendo la puerta para que ellos pudieran salir.

Ambos sonrieron; y esta sonrisa era digna del gato sonriente; sabían que disfrutarían de hacer sufrir a ese, Umh, bueno, ya saben. Percy bajo de la camioneta negra y le tendió la mano a la señorita me quejo de todo lo que pasa, esta, batió sus pestañas de forma soñadora y suspiro de forma exagerada.

— Oh...mi príncipe — dijo sonriendo de forma soñadora mientras tomaba su mano.

Y por una extraña razón. Ambos se sintieron completos al tocar la mano del otro.

— Subamos — comento Regina intentando olvidarse de esa sensación y de paso, deshaciéndose del agarre de Percy.

Ambos entraron al edificio, el cual estaba vacío, tomaron el elevador, después de preguntarle a la recepcionista por el joven Tyler. Ella solo susurro que el regresaba dentro de cuarenta y cinco minutos, pues en la noche tendría un compromiso, y cuando llegaron al piso, Percy forzó la cerradura y ambos entraron.

Era un lindo piso...

— Ah, será una desgracia que este lugar se manche de sangre...— susurro la chica con falsa pena. Percy rio con diversión, y miro.

— Me parece que...le falta un toque carmín a su casa, nosotros solo venimos a dársela — susurro mirando las estanterías repletas de libros.

Antes que nada, ser verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie — cito la chica, con un libro en manos.

— Hamlet — dijo Percy sonriendo, y la chica asintió sonriendo — Lo sabía.

En ese medio año, había comenzado a leer libros cuando no tenía nada que hacer; y él estaba seguro de que, si todavía siguiera hablando con Annabeth, ella estaría encantada, pero ahora lo hacía por Regina la cual era fanática de los buenos libros.

Ambos vagaron por el lugar, comieron algo y después se sentaron tranquilos.

[***]

La puerta de la casa se abrió abruptamente, Percy sonrió, Tyler estaba en casa. Un chico castaño de tez bronceada entro a la casa, y busco alrededor con la mirada, pero al ver su esquina llena de libros y con dos chicos sentados allí leyendo tranquilamente, se detuvo y el color de su cara desapareció.

— Tyler Fray — dijo la chica con emoción, mientras dejaba el libro de lado, Percy la miro bobamente, pero de manera mecánica dejo su libro de lado y miro al chico. No le parecía la gran cosa; pero si algo había aprendido estando allí, en ese nuevo mundo, es que las apariencias engañan y que cualquiera puede ser tan peligroso como un dios.

— ¿Quiénes son? Y ¿Qué quieren de mí? — pregunto apretando los dientes.

— ¡Oh! Cariño, descuida, nosotros no queremos nada de ti, pero estoy segura que tu si quieres algo de mí, después de todo quieres dañarme para dañar a mi padre ¿No? — pregunto burlona mirando al chico, el cual tenso la mandíbula, estaba claramente molesto por esa chica la cual le estaba arruinando sus planes.

— La señorita Reddington — siseo con asco en la voz. — Sí, quiero dañarte, después de todo, en esta vida todo se paga y tú pequeña perra, debes pagar — dijo molesto, y Percy lo miro furioso. Nadie debía de insultarla.

— Retráctate capullo — dijo molesto, tirando un afilado cuchillo, que le dio en el hombro. — ¡Retráctate! — grito furioso, el chico lo miro con miedo y el supuso que esa aura oscura lo había rodeado, pero, salió de esta, cuando Regina coloco su mano en su pecho para calmarlo

— Sí, tal vez todo en esta vida se paga, pero déjame recordarte, que fue tu padre el que hizo mal al mover lo que papa le daba a donde él quería, así que, mi padre no debe nada, fue la estupidez de tu papi la que lo llevo a dormir para siempre, como te toca a ti ahora — dijo con frialdad, miro a Percy, y ambos alzaron las nueve milímetros, y dispararon, tres veces cada uno.

El cuerpo de Tyler cayo en un golpe seco, ambos sonreían felices.

— Port...— lo llamo la chica con voz melodiosa — Llama a los limpiadores por favor — dijo y ambos se sonrieron para después salir.

Y aunque Percy quisiera negarlo, sabía que Regina Reddington, comenzaba a atraerle.

Y se maldecía a si mismo por eso.

¡Oh! dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora