Capitulo 13

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ᴀᴜɴ ᴀsɪ́, ɴᴏ sᴇ ϙᴜᴇ ᴅᴇᴄɪʀ...

La chica suspiró sobre los labios del azabache, mierda, sí, eran unos labios perfectos

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La chica suspiró sobre los labios del azabache, mierda, sí, eran unos labios perfectos. Era todo lo que había necesitado, y se sentía algo aterrada por eso. Jamás se había sentido así, le era...muy, muy extraño, pero que le gustaba. Le gustaba. Joder, estaba en sus propios problemas.

Menuda locura.

Percy por su parte, sentía que el besarla era lo correcto, era algo que habían querido hacer desde ese beso ebrios. Recordaba perfectamente como la había besado. Recordaba perfectamente como ambos se habían acariciado.

Y, le gustaba volver a sentirla así.

Sus labios se movían a la par, en un beso desenfrenado y Percy decidió volverlo sensual cuando paso su lengua por el labio inferior de la chica de forma lenta, haciéndola jadear y sentir que sus piernas temblaban, mordió suavemente el labio de la chica y tiró de el.

El beso duro ¿Cuanto? Ninguno lo supo exactamente, pero, sabia que aún que fuera mucho, le había parecido jodidamente poco.

Se separaron lentamente, ninguno quería dejar los labios del otro, eran su propia droga.

— Percy...— balbuceó ella mirándolo, sus mejillas estaban algo rojas por el calor y sus labios se veían rojos por aquella tarea que habían estado desempeñando.

— Eso fue jodidamente bueno — dijo Percy acariciando su mejilla, ella sonrió levemente, algo en ella se comenzaba a remover, a saltar a vivir por el simple hecho de el estando a su lado.

Alto...eso...era...¡Romanticismo! ¡Amor! ¡Cursilería!

Esto no podía estar pasando, no con Percy que era un perfecto chico para el bando...no quería arruinarlo...

Pero él era tan perfecto...

Maldito sea...

— Yo...bueno aún así no sé que decir...— balbuceó ella — No quiero que esto nos lleve a cometer locuras...— dijo ella.

— Cariño...ya cometimos las locuras. Es momento de dejar que todo fluya...— dijo Percy mirando a la chica y acariciando su mejilla.

Ella jadeó al sentir el tacto del chico, ese tacto era suave, le encantaba...

— Oigan chicos — Nico entró y ellos se separaron de forma rápida. Nico alzó las cejas, claramente notando que algo había pasado.

— Vamos, tenemos una misión. — dijo Percy de forma sería.

Rápidamente ambos comenzaron a guardar sus cosas para aquella misión que tenía algo curiosos a los dos chicos pues no sabían de que se traba de forma certera.

— ¿De qué trata la misión Little Red? — preguntó Percy sonriendo mientras la miraba.

— Bueno....— dijo ella sonriendo levemente mientras los miraba — La misión será para ir por ciertas personas...— dijo ella con una sonrisa malévola.

— Uh, eso suena muy interesante — dijo Percy con una sonrisa.

— Muy interesante — dijo Nico asintiendo levemente mientras miraba alrededor.

— Sí, interesante porque estas personas que estamos buscando, ya han intentado herir a mi...bueno a Reddington y por ende también a Dembe, por lo que ahora cobraremos venganza para que ellos sepan que lo que hacen, está totalmente prohibido.— dijo ella. — así que, vamos a terminar con ellos...— musitó y camino lentamente hacia la puerta.

En el campamento mestizo.

Hazel estaba algo preocupada, su hermano Nico, le había prometido que estaría ahí para cuando ella llegará junto a otros romanos, pero al llegar, Nico le llamo diciendo que estaba algo ocupado y que no podía ir al campamento hasta mañana.

Estaba preocupada, ¿Qué estaba haciendo su hermano que lo hiciera ocuparse tanto?

Miro la cabaña de Hades vacía y demasiado ordenada, como si Nico no hubiera pasado tiempo ahí, ni si quiera había ropa sucia de su hermano.

Esto era raro, muy, muy raro.

Escuchó la caracola de comida y suspiro, salió de la cabaña No.13 con una pequeña mueca mientras pensaba todavía en su hermano.

— Hola Hazel — escuchó la voz de Frank que lo saco de sus pensamientos, caminaba junto a sus hermanos, ella lo miró y sonrió.

— Hola Frank — dijo y se acercó mientras besaba su mejilla y se sonrojaba levemente.

— Hola pretores — dijo Reyna mientras se acercaba a ambos. — ¿Y Nico? — preguntó curiosa, pues el siempre estaba con Hazel cuando podían estar juntos.

— No lo sé Reyna... — dijo Hazel — no estaba en la cabaña y hace unos minutos me llamo diciendo que no podía estar en el campamento hasta mañana...— dijo, pues les tenía confianza. Verdadera confianza a ellos.

— ¿Qué no podría estar en el campamento? — inquirió Reyna — pero no está ayudando a tu padre en el inframundo, ¿cierto? — dijo ella mientras caminaban.

Hazel negó, ella le había preguntado si estaba con su padre, pero el le dijo que no era así y cuando ella preguntó donde estaba el evitó la pregunta y dijo que no importaba, que era algo que era de él, y algo que no tenía relevancia.

— El dijo que estaba en algo nada importante pero que no me podía decir que era exactamente — dijo con una pequeña mueca.

— Eso no suena a Nico — dijo Reyna mientras miraba alrededor.

Y Hazel no podía estar las de acuerdo, ese comportamiento no parecía digno de Nico. Nico no era así, se había comportado desde siempre muy atento con Hazel.

— Lo sé, no suena a Nico, pero, no se qué hacer para que vuelva a ser el Nico que tenía antes...ese hermano que estaba aquí para ayudarme a no sentirme fuera de lugar...— dijo Hazel y suspiro mientras caminaban y se sentaban en las mesas que les correspondían.

Hazel pidió su comida y estuvo largos minutos jugando con esta.

Nico se escuchaba raro.

Ella quería saber que estaba pasando con su hermano, necesitaba saberlo, parecía que la confianza que se habían dado, ahora era demasiado lejana.

Sentía que no lo volvía a conocer. Se quedó helada. En ese momento su respiración se volvió pesada, sintió como no podía respirar.

Soltó de golpe el tenedor, y se sintió temblar. Su cuerpo se sacudía en constantes espasmos.

Su hermano se estaba alejando de ella.

Lo único que tenía como apoyo se alejaba de ella.

— ¡Hazel!

Escuchó a lo lejos, pero antes de obligarse a si misma a mantener la calma, todo se había vuelto negro. Y ella se sentía ligera.

¡Oh! dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora