Cap. 5: Controversia

190 32 186
                                    

Quería jurar que mi mente me estaba jugando una mala pasada...

¡Si! De eso se trataba, yo sólo imagine la voz de Tom a través de la línea telefónica...

Todo fue una simple y llana equivocación...

Porque tú finalizaste la llamada, ¿Verdad, Bill?

No fuiste tan estúpido como para ponerte en plan lujurioso a sabiendas de que quizás te estaban escuchando ¿Cierto?

No soy tan imbécil...

No puedo ser tan...

- ¿No dices nada, mi amor?

Y yo que creí que mi nivel de idiotez no tenía limite que superar, pero ahora veo que siempre se puede ser más retrasado...

¡Esto era una broma muy pesada!

Preciso cuando decido disfrutar de lo que sea que me provoca el vagabundo con complejo de deidad, justo cuando quiero brindarme algo de atención, ¿Él tenía que escucharme?

De verdad, Dios debe guardarme mucho rencor.

Ya no escuchaba nada que no fuera el latido descontrolado de mi corazón, sabía que mi respiración estaba más que agitada, y era consciente que él aún se encontraba del otro lado, pensando en quien sabe que...

Esperen...

¿Se habrá cabreado?

Él bastardo tenía una personalidad exótica, pero, no creo que lo emocione la idea de que otro hombre lo ande convirtiendo en el anhelo de sus fantasías sexuales...

¿Fantasías sexuales?

¡DIOS, BILL! ¡Reacciona como un demonio!

- No tienes nada de qué preocuparte, a fin de cuentas, es normal que te toques pensando en alguien tan irresistible como yo.

Sus palabras ingresaban a mi subconsciente y se estancaban allí, repitiéndose una y otra vez; y yo, no pude sentirme más vulnerable al respecto; no sólo había tenido que estimularme pensando en él, sino que, el mismísimo vagabundo fue testigo de ello...

No era vergüenza, sino frustración.

Desesperación de saber que además de las exigencias impuestas por él, para que accediera a ser mi "Novio", ahora debía lidiar con lo que fuera a pedirme a cambio por ser descubierto.

La presión cedió un poco, y sin querer, me inundaron unas profundas ganas de llorar...

¡Todo por una venganza en contra de la mujer que me dio la vida!

¿Esto lo valía?

¿Cuánta dignidad más debo perder?

No sólo accedí a convertirme en su esclavo personal, sino que quizás, él me obligué a satisfacer sus necesidades bajo la premisa de que yo lo disfruto...

¡Todo era tan confuso!

Colgué el móvil, y revise infinidad de veces que en efecto, la llamada hubiese finalizado; por nada en el mundo, deseaba que él me escuchara inundarme en la miseria de la que era parte en esos momentos.

Apagué el celular, fui hasta el baño y quite todo rastro de lágrimas que pudiese observarse en mi rostro; tomé un abrigo, saque las llaves y me dirigí hasta el único lugar donde tal vez, conseguiría dispersar mi mente.

DestinyWhere stories live. Discover now