Cap. 20: Recompensa

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La noche me acobijo de una manera excepcional...

A mi lado, dormía un ángel...

Un ser tan sublime e irreal...

Puro e inocente...

Y era mío, sólo mío...

Mis brazos lo retenían para que no se moviera de mi pecho, su respiración era calmada, y sus largas pestañas, acompañaban sus parpados cerrados...

Él es hermoso a mis ojos...

Lo que había sucedido entre nosotros, horas atrás, era lo que yo podía categorizar como: Amor.

Nunca había sido tan cuidadoso con alguien, de no estar profunda e innegablemente, enamorado...

Bill parecía una obra de arte, digna de admiración; sus gestos, la manera en la que su cuerpo se retorcía por el placer, su despertar, todo, era muy provocativo; él había sido la única persona capaz de generar nerviosismo en mi...

No quería lastimarlo, no deseaba traumarlo, no pretendía presionarlo; por eso, no insistí, pero su decisión y valentía, me llevaron a tener la mejor experiencia de mi vida...

Esas mejillas rosadas me cautivaron, esos dedos paseándose por mi espalda, esa voz en el punto máximo del placer...

Eran suficientes para generar calidez en todo mi ser...

Continuaba admirando al niño que dormía junto a mí, y sólo pude, cerrar los ojos por un momento, sumiéndome en un sueño compartido...

Me encontraba en paz, en medio de un bosque enorme, con árboles de gran esplendor, y a lo lejos, vi a una mujer preciosa; la cual, se asomaba a través de la vegetación, como si deseara jugar conmigo...

Sus cabellos rubios se mecían con el viento, y tras ella, estaba él...

Bill lucia algo diferente...

Su apariencia era radical; con un estilo algo gótico, un cabello largo y negro...

No obstante, su rostro seguía siendo muy delicado y frágil; con facciones algo femeninas, e incluso, llevaba maquillaje...

Me sentí atraído por su aspecto, y cuando me levanté para acercarme; el escenario cambio...

La oscuridad gobernaba el ambiente, la neblina cubría el aire, y al caminar, di con ese lago que había vislumbrado en otras ocasiones; en un extremo, se encontraba Bill encadenado, y en la otra punta, la mujer del vestido blanco...

Ella se limitaba a observarme, e intente ver su rostro para saber, ¿Quién demonios era y por qué me atormentaba de esa manera?

¿Qué carajos tiene que ver Bill en todo esto?

¿Por qué guardo una imagen de su adolescencia, si no le conozco?

La mujer dejo ver su herida en el abdomen, de la cual brotaba sangre sin parar; sonrió como si no le doliera, y antes de desaparecer de mi cabeza, dijo:

"Por mí, Por ti, Por nosotros"

Desperté sobre exaltado, el sudor corría por mi rostro, y mi corazón estaba muy agitado...

Bill estaba frente a mí, con una expresión de preocupación; sus ojos me observaban con detenimiento, hasta que lo escuche decir:

- Tom, ¿Estás bien?

DestinyWhere stories live. Discover now