Cap. 32: Pesadilla

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"Vivimos, morimos y la muerte a nada pone fin; seguimos viaje hacia la pesadilla"

- Jim Morrison


Llevaba semanas sin saber de ella, no era un evento que me sacara de mis casillas, pero, lograba colocarme en un estado latente de alerta...

¿Acaso la habían descubierto?

¿Alguien se atrevió a lastimarla?

Sin embargo, al pasar de las horas; como si ella supiese de mi angustia, recibía su contacto...

Su voz siempre sonaba tan animada; parecía feliz; aun cuando mi presencia no estaba a su lado, ella irradiaba cierto regocijo; me gustaba, pero a la vez, me aterraba...

Los meses pasaron de a pocos, no obstante, desde su brillante perspectiva; el tiempo había transcurrido muy rápido, pues sus brazos, estaban llenos de la diminuta criatura que no pudo emanar de sí misma, es decir, Tom.

En casi todas las ocasiones, por no decir que en cada una de ellas; Clare pasaba las horas diciendo lo hermoso y calmado que era ese pequeño; decía que no le interesaba que ese bebé no hubiese sido engendrado en su vientre, porque ella lo sentía como suyo.

Me tranquilizaba, sus palabras cargadas de entusiasmo y verdad; lograban apaciguar mis miedos de perderla; pues al enterarse de que era estéril, Clare entro en un estado de resignación tan palpable, que temí por su vida; sin embargo, ahora gozaba de toda la alegría que podía ser ofrecida, y eso, a manos de un pequeño, que según ella, era la creación más perfecta sobre la Tierra.

¿Irónico, verdad?

Mi esposa hablaba con tanta fluidez sobre un niño que ni siquiera tenía relación sanguínea; y a veces, parecía olvidarse de mi propia existencia; en ocasiones me lastimaba su desinterés, pero, no podía reclamarle; Tom, era sólo un bebé, una criatura inocente, en medio de esta realidad plagada de miseria.

¿Qué culpa tendría él al respecto?

Sí Clare era feliz, yo también debía serlo.

¿Cierto?

Aunque, no podía mentir que la extrañaba con fiereza...

Me hacía tanta falta sentir su piel en contacto con la mía, su corazón latiendo por la sorpresa de verme, y sus hermosos ojos observándome, como si no tuviese nadie más en el mundo.

Por eso, cuando sentía la frustración de su lejanía, aprovechaba para dirigir ese sentimiento oscuro de odio y rencor, hacia los responsables de nuestra separación...

Jörg y Simone.

Aun no conseguía entender, como habían sido capaces de jugar sin tener la certeza de ganar, y entonces, mi subconsciente respondía de forma automática:

- Sus hijos lo valen.

¿Podía contrariar eso?

No, ¡Por supuesto que no!

Jamás podría ir en dirección inversa a la seguridad que un padre le brinda a su hijo; sobre todo, porque yo mismo, había sido salvado, por encima de la vida de mi progenitor; y eso, era un hecho que marcó tanto mi existencia que, me propuse a formar una familia, a como dé lugar.

Al principio, imaginé que sería difícil, es decir, mi profesión no es algo que llame la atención en el sexo contrario, ¿Verdad? No obstante, sabía que en algún momento, llegaría una persona que no le prestaría atención a esos detalles; y no me equivoque.

DestinyWhere stories live. Discover now