Cap. 17: Infancia

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Nunca me he considerado una persona con un carácter representativo; me refiero a que, suelo ir de acuerdo a la situación, sin anteponer una decisión sólida, sin dar a conocer mi punto de vista, y todo, gracias a que, por lo general, mi perspectiva esta algo distorsionada de la realidad; sé que no todos mis pensamientos son "Normales", por eso, debo simular ir con la corriente y no en contra de ella.

Respecto a mi familia, no tengo mucho que comentar...

Mi padre es un ejecutivo famoso, mi madre una Directora empoderada, mi hermana alguien de renombre, y yo, un doctor sofisticado; somos, la típica fachada de la sociedad actual, la relación que poseo con ellos, es todo, menos armoniosa.

Jamás hemos perdido el tiempo en cosas como el dialogo, o la convivencia; siempre nos dirigimos a nuestros respectivos caminos, sin ninguna clase de varianza, nadie opina de tu vida, ni de tus errores, ni de las estupideces que haces; todo esto cobra un sentido, sólo cuando afecta el apellido de la Familia, de resto, las cosas pueden continuar con su curso normal.

En conclusión, mi vida no ha sido para nada emocionante, dado que la relación con mis familiares es precaria, y mi sentido del "Honor" se ha visto infundido en mi ser, como si se tratara de una maldición, pues, no he logrado compaginar con personas del exterior; no tengo amigos, ni he llegado a establecer un vínculo con alguna mujer, nada me apasiona con fervor, y todo el contexto en el que vivo, me resulta aburridor, hasta que, le conocí.

Ya que mis padres no podían hacerse cargo de mí, tuve que vivir gran parte de mi existencia con mis abuelos paternos, los cuales residían en Sacramento (California); razón por la cual, no hubo eventos que dibujaran una sonrisa en mis días cargados de tanta cotidianidad.

Sin embargo, un día, Gordon se presentó en la casa de mis abuelos, y menciono el hecho que, era indispensable que regresara a Portland; en un comienzo, no entendía la razón por la cual, el hombre que me dio la vida, y que nunca se había interesado por algún tema referido a mí; venia ahora, buscando algo de "Ayuda".

En ese entonces, ya era un adolescente, tenía 21 y estaba por comenzar la carrera profesional, pero, tuve que aplazar esos planes para acatar la orden de mi padre.

Recuerdo que la despedida con mis abuelos no fue para nada emotiva; al menos, no de mi parte; ellos no paraban de llorar, implorando que regresara cuando quisiera, y aunque agradecía de sobre manera, el cariño y atención que me ofrecieron; no me sentía conmovido con la situación, pues mi mundo, sólo giraba en torno a mi...

La llegada a mi antigua casa, no fue nada sorprendente; Cate si acaso me saludo; hasta los empleados se mostraron más emocionados por mi regreso, que mi propia madre, nada de que alterarme...

Sin embargo, había algo diferente en el entorno...

Sentía una presencia distinta, algo muy, ¿Dulce?

Fui hasta mi habitación que se encuentra en la tercera planta, deposite mi equipaje y me senté en la cama por un momento; observaba las cosas de mi cuarto, y al parecer, nada había cambiado, todo era igual de neutral que siempre.

Solté varios suspiros, sin entender a ciencia cierta, porque mi padre había insistido en mi regreso; de momento, no comprendía el motivo que lo llevo a una medida tan desesperada como la de buscar la ayuda de otra persona...

¿Gordon Trümper pidiendo auxilio?

¡Imposible!

Pero, aunque resultara increíble, este era justo el caso; la cuestión era, ¿Por qué?

DestinyWhere stories live. Discover now