Cap. 3: Infraganti

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¡Esto era jodidamente increíble!

El tipo con complejo de "Perfección", llevaba más de una hora hablando sobre la espontaneidad literaria y el cómo se debe apreciar la textura con la que escribe el autor; y yo, no sólo había caído rendido ante la manera tan seductora en la que sus palabras cautivaban a todos; sino que, me era imposible apartar la mirada de su figura...

Si de algo estaba seguro en la vida, era sobre mi sexualidad.

Y ¡NO!

Ni de coña soy gay.

¿Entonces?

¿Alguien puede explicarme qué demonios hago observando, no peor aún, DETALLANDO; cada centímetro del cuerpo de ese infeliz que llamé: Vagabundo?

¡Esto no tenía sentido!

Debo confesar que no me he sentido atraído con fuerza hacía una mujer desde que tengo memoria, pero, eso no significa que me vayan los hombres.

No, no, no...

Andreas solía molestarme diciendo que yo me la pasaba reprimiendo mis verdaderas tendencias; sin embargo, ese no era el caso, la simple idea me resultaba, repugnante.

No estaba en contra de la comunidad homosexual; de hecho, tenía muchos amigos con esa clase de intereses dentro de mi círculo social; pero, yo no pertenecía a esa camada.

Entre más lo observaba, menos podía apartar la mirada; me tenía hipnotizado...

La manera con la que sus manos se movían de forma sutil, y el cómo sus ojos iban de un lugar a otro, inspeccionando la atención que cada quien estaba colocando al desarrollo de su clase; lo hacían verse, terriblemente encantador.

¿Encantador?

¡DIOS!

Debo salir cuanto antes de esta clase de los cojones, y pedirle a Andy que me golpee tantas veces como quiera, a ver si a causa de la fuerza se me va tanta estupidez...

De repente, sentí como mi móvil comenzó a saltar en mi pantalón; arriesgando mi vida, mire disimuladamente la pantalla del celular para rectificar el propietario de aquel mensaje y al leer el nombre de aquella mujer, sin duda alguna, me dejo sin aliento.

Pero, ¿Qué hice yo para merecer esto?

No entendía los motivos por los cuales mi madre se había tomado la molestia de viajar desde Portland hasta Nueva York...

Esa mujer no hacia otra cosa que dedicar cada segundo de su vida a su "Revista de Moda"; ni siquiera en mi infancia. Mi madre es más una especie de familiar extraño, que distingo de toda la vida, pero, que me es desconocido por completo; y ni que decir de mi padre; él no sabe hacer otra cosa que no sea trabajar, por eso, he repudiado la existencia de "Millonario" desde la escasa edad de 6 años.

- Bien Jóvenes, eso es todo por hoy, espero que las dudas hayan sido aclaradas; y que sus trabajos sobrepasen mis expectativas, de lo contrario, lo que les espera en el transcurso de esta materia, no es para nada alentador.

¡Pueden retirarse!

Tenía pensado enfrentarlo de una buena vez para que me soltara la sarta de insultos que deseara, y que sin rodeos, me afirmara la profunda sospecha que poseía sobre mi más que evidente reprobación de la materia; no obstante, el constante movimiento de mi celular me lo impidió.

DestinyWhere stories live. Discover now