|Capitulo 34|

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Necesitaba calmarme. Necesitaba dejar de temblar. Y necesitaba salir de esta etapa de autismo que de repente había aparecido en mí. 

Después de esa extrañísima escena en el bosque, había entrado en shock. Pero un shock muy profundo. Tanto, que ni siquiera me había dado cuenta que Luke me había cargado por todo el bosque y me había subido a su auto. No me había dado cuenta que estaba conduciendo. No me había dado cuenta que estaba prácticamente congelada. No me había dado cuenta que su chaqueta estaba en mis hombros y no me había dado cuenta que había prendido la calefacción por mí. 

Estábamos en un profundo silencio dentro de su auto. Sólo podía sentir su mirada de vez en cuando, penetrarme y hasta podría arriesgarme a decir quemarme la piel.  El auto paró en un semáforo destartalado y los ojos de Luke fueron a parar a mí. Lo sentía pero no iba a verlo. Y sólo para quitar la posibilidad de la tentación, miré por la ventana.

Divisé mi reflejo en el retrovisor y Dios que era fea.  Mi maquillaje corrido, mi cabello lleno de hojas y completamente despeinado, mi camisa desgarrada en una de las mangas y mi cara cubierta de rajuñones que las ramas habían causado. 
Era un asco, pero más de lo normal. 

Subí mis piernas en el asiento y me hice una bolita mientras el auto arrancaba. Me acomodé aún más adentro de lo que ya estaba de la chaqueta de Luke y mire al frente.  Me sentía...  No sabía cómo me sentía. Era algo tan extraño que no podía descifrarlo.
Era miedo, mezclado con confusión, más un poco de consternación y una pizca de desconfianza e impresión.
Y eso sin mencionar la adrenalina que seguía recorriendo todo mi cuerpo.  Quería salir del maldito auto. Quería abrir la puerta a pesar de que estuviera en movimiento, saltar y luego rodar para después correr lo más rápido que pudiera para salir de allí.  Pero sabía que no tendría sentido hacerlo.

Primero que nada, lo más probable es que con mi mala suerte y lo torpe que soy, muera en el intento. Y la segunda podría ser que estaba en tan mala forma que la grasa que excedía de todo mi cuerpo, hiciera que rebotase en la carretera y ésa sea la única causa de que no muera. Pero luego tendría que correr, y la grasa no servía para eso, sin contar que Luke era un maldito Flash y me alcanzaría en el momento en que quisiera alcanzarme. 
Recordar que Luke era rápido, me llevó directamente a lo que había pasado anteriormente en el bosque. Cerré los ojos con fuerza intentando que esa imagen saliera de mi cabeza. 

Maldita sea ____, ¿Por qué siempre te metes en problemas cuando no te llaman?  Y es decir, sí, siempre me metía en problemas.
¡Pero yo no tenía la maldita culpa! ¡Los problemas me perseguían a mí! ¿¡Qué se suponía que hiciera!? ¿¡Evadirlos!?

¿¡CÓMO MIERDA LO HACÍA!?

Necesitaba algo, pero no sabía qué. O sí lo sabía.  Necesitaba que nada de todo esto hubiera pasado.  Necesitaba que Luke no fuera lo que pensaba que era.  Necesitaba una máquina del tiempo para sacar mi culo del bosque antes de que ese loco apareciera. 
Necesitaba haber perdido todos mis sentidos por esa maldita hora o más en la que el maniático había aparecido.  Necesitaba que mis malditos padres no me hubiesen dejado en un maldito orfanato en el que me enseñaran a maldecir tanto y usar la maldita palabra de Dios en vano todo el maldito tiempo.  Pero sabía que lo que pedía era imposible.

¡MALDICIÓN! ¿POR QUÉ MIERDA NO LE HICE CASO A DYLAN?

Todo esto era una mierda. Siempre todo era una mierda para mí.  La mierda de padres que me tocó. La mierda de orfanato en que me pusieron. La mierda de personas que había allí. La mierda de escaparse para que no te vendan a un prostíbulo, o a tu mejor amiga. La mierda de robar a los ricos. La mierda de venir a esta mierda de pueblo. La mierda de conocer a Luke. La mierda de conocer a los Hemmings . La mierda de ser yo.  Era una maldita, asquerosa y absoluta mierda ser la maldita ____ Brooks que siempre maldice tanto, ama la comida y es anti social.  Y ahora que lo recuerdo, todo esto había pasado en un intento de ser social, ¿verdad?... Pues mierda a eso también. Desde el día de hoy, voy a encerrarme en una burbuja y no hablar con nadie nunca más (tal vez sí con Tris) y al que me hable, le voy a dar la patada de sus malditas vidas (tal vez no a Tris).  Mi vida era una completa mierda. Pero quejarse sobre eso no iba a arreglar nada. Así qué lo mejor era empezar a aprender cómo convivir con mi mierda, porque si no, mi vida iba a seguir siendo un desastre total. 

Luke; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora