Me dirigí hacia la mesa en donde se servían todos los aperitivos y me metí cinco de los que se veían más sabrosos en la boca. Mastiqué como un camello hasta que los pude tragar y me serví un poco de ponche, porque se habían quedado atrapados en mi garganta y dificultaban mi respiración.
- ¡Princesa!
¿Por qué los hombres tenían que llegar en el peor momento de mi vida?
- No. - Dije como pude. El chico, vestido de Jack Sparrow, frunció las cejas mientras le daba un buen sorbo a mi riquísimo ponche de alguna cosa rara.
- Ni siquiera te pregunté nada. - Revoleé los ojos, ante su irritante voz. - ¿Quieres bailar?
- Otra vez, no. - No conocía persona más simpática que yo.
- ¿Estás segura que quieres perderte de mis movimientos? - Sobé mi frente mientras lo veía bailar como un retrasado y sorbía otro poco de ponche.
- Segurísima. - No entendía cuál era el problema con los hombres. Cuando una chica decía que no, era no. A menos que dijera que no, pero en realidad significara sí. Aunque este no era uno de esos casos.
- ¿Y si sólo nos besamos y listo? - Mis ojos se achicaron e intenté transmitirle la mirada asesina más poderosa que pudiera, a pesar de la oscuridad. Su sonrisa arrogante y su guiño me hicieron exasperar aún más.
¿Quién se creía que era? ¿Johnny Deep?
- Uh, hermano. Acabas de cometer un grave error. - Ambos dirigimos nuestra vista hacia un chico que estaba junto a mí, también bebiendo ponche. No lo había notado antes de que hablara. Llevaba un traje perfectamente planchado, de color rojo como la mismísima sangre. Tenía una camisa del mismo color y una corbata negra, completamente impecable. Llevaba una máscara que cubría la mitad de su rostro, y, por los cuernos que se asomaban de su cabello, adiviné que era el diablo.
- ¿Perdón? - Dijo el falso y para nada educado Jack Sparrow a mi lado. Aunque agradecía que hubiera hablado para que no me lanzara encima de él a matarlo, aborrecía el hecho de que otra persona más se unía a una conversación de la cual no quería formar parte y de la que también yo era el tema principal. El diablo se volteó hacia nosotros, y observó al muchacho como si supiera todo lo que sucedía en el universo. Noté que sus ojos eran rojos y supuse que llevaba puestos lentes de contacto. Nadie podía tener los ojos de ese color naturalmente.
- Si estás intentando llegar a ella de forma altanera y arrogante, créeme que no llegarás a ningún lado. Jamás. - Fruncí mis cejas sin poder creer que hablaban de mí como si fuera un jodido objeto.
- ¿Perdón? - Mi voz sonó aún más indignada de lo que quería y mi mirada asesina se afiló ante su sonrisa de superioridad.
- ¿Y cuál crees que es la mejor manera?
¿Esto estaba ocurriendo en serio?
- Bueno, para empezar, 'princesa' es estúpido. - Dio un sorbo de ponche y dejó el vaso sobre la mesa. - Tampoco 'belleza', ni 'preciosura', ni ningún apodo estúpido que se te ocurra. No parece de las que les gustan los nombres. - No entendía por qué todavía no le había estrellado el vaso en la cabeza y me había ido. Me crucé de brazos, y sentí que toda la furia se posicionaba en mis mejillas. - Tal vez un 'hola', o algo que suene más amistoso, y luego le preguntas qué le pasa, porque definitivamente le pasa algo. - Abrí la boca, sin encontrar las palabras correctas que quería decir y observé que sus ojos se dirigían a mi rostro y lo estudiaban hasta el más mínimo detalle. - Ha salido del baño con la cara completamente pálida y se estaba a punto de ir hasta que sonó su teléfono. Luego vino aquí, y se comió seis de esas cosas en menos de treinta segundos. Sin contar que se ha terminado el vaso de ponche sin darse cuenta. Y bueno, tu pobre actuación para hacer que se fije en ti no funcionaría nunca, porque definitivamente no eres su tipo. - Su sonrisa me estaba comenzando a irritar como nunca jamás me había irritado nunca y me enfurecí aún más al notar que había tenido razón en todo lo que había dicho.
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Luke; lrh |Adaptacion|
Fanfiction- Aléjate de mí. - Su voz era firme, como si lo que acababa de pasar no hubiera pasado. Como si él no me hubiese empujado en contra de los casilleros exigiéndome respuestas de preguntas que no comprendía, y como si después él no hubiera hecho ese li...