|Capitulo 78|

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Me dirigí hacia la mesa en donde se servían todos los aperitivos y me metí cinco de los que se veían más sabrosos en la boca. Mastiqué como un camello hasta que los pude tragar y me serví un poco de ponche, porque se habían quedado atrapados en mi garganta y dificultaban mi respiración. 

- ¡Princesa! 

¿Por qué los hombres tenían que llegar en el peor momento de mi vida? 

- No. - Dije como pude. El chico, vestido de Jack Sparrow, frunció las cejas mientras le daba un buen sorbo a mi riquísimo ponche de alguna cosa rara. 

- Ni siquiera te pregunté nada. - Revoleé los ojos, ante su irritante voz. - ¿Quieres bailar? 

- Otra vez, no. - No conocía persona más simpática que yo. 

- ¿Estás segura que quieres perderte de mis movimientos? - Sobé mi frente mientras lo veía bailar como un retrasado y sorbía otro poco de ponche. 

- Segurísima. - No entendía cuál era el problema con los hombres. Cuando una chica decía que no, era no. A menos que dijera que no, pero en realidad significara sí. Aunque este no era uno de esos casos. 

- ¿Y si sólo nos besamos y listo? - Mis ojos se achicaron e intenté transmitirle la mirada asesina más poderosa que pudiera, a pesar de la oscuridad. Su sonrisa arrogante y su guiño me hicieron exasperar aún más.

¿Quién se creía que era? ¿Johnny Deep? 

- Uh, hermano. Acabas de cometer un grave error. - Ambos dirigimos nuestra vista hacia un chico que estaba junto a mí, también bebiendo ponche. No lo había notado antes de que hablara. Llevaba un traje perfectamente planchado, de color rojo como la mismísima sangre. Tenía una camisa del mismo color y una corbata negra, completamente impecable. Llevaba una máscara que cubría la mitad de su rostro, y, por los cuernos que se asomaban de su cabello, adiviné que era el diablo. 

- ¿Perdón? - Dijo el falso y para nada educado Jack Sparrow a mi lado. Aunque agradecía que hubiera hablado para que no me lanzara encima de él a matarlo, aborrecía el hecho de que otra persona más se unía a una conversación de la cual no quería formar parte y de la que también yo era el tema principal. El diablo se volteó hacia nosotros, y observó al muchacho como si supiera todo lo que sucedía en el universo. Noté que sus ojos eran rojos y supuse que llevaba puestos lentes de contacto. Nadie podía tener los ojos de ese color naturalmente.

- Si estás intentando llegar a ella de forma altanera y arrogante, créeme que no llegarás a ningún lado. Jamás. - Fruncí mis cejas sin poder creer que hablaban de mí como si fuera un jodido objeto. 

- ¿Perdón? - Mi voz sonó aún más indignada de lo que quería y mi mirada asesina se afiló ante su sonrisa de superioridad. 

- ¿Y cuál crees que es la mejor manera? 

¿Esto estaba ocurriendo en serio? 

- Bueno, para empezar, 'princesa' es estúpido. - Dio un sorbo de ponche y dejó el vaso sobre la mesa. - Tampoco 'belleza', ni 'preciosura', ni ningún apodo estúpido que se te ocurra. No parece de las que les gustan los nombres. - No entendía por qué todavía no le había estrellado el vaso en la cabeza y me había ido. Me crucé de brazos, y sentí que toda la furia se posicionaba en mis mejillas. - Tal vez un 'hola', o algo que suene más amistoso, y luego le preguntas qué le pasa, porque definitivamente le pasa algo. - Abrí la boca, sin encontrar las palabras correctas que quería decir y observé que sus ojos se dirigían a mi rostro y lo estudiaban hasta el más mínimo detalle. - Ha salido del baño con la cara completamente pálida y se estaba a punto de ir hasta que sonó su teléfono. Luego vino aquí, y se comió seis de esas cosas en menos de treinta segundos. Sin contar que se ha terminado el vaso de ponche sin darse cuenta. Y bueno, tu pobre actuación para hacer que se fije en ti no funcionaría nunca, porque definitivamente no eres su tipo. - Su sonrisa me estaba comenzando a irritar como nunca jamás me había irritado nunca y me enfurecí aún más al notar que había tenido razón en todo lo que había dicho. 

Luke; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora