|Capitulo 50|

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- Es un chico muy especial, creo que ya lo sabes. - Gina susurró, mientras me pasaba un plato para que lo secara.

Habíamos terminado de comer y había insistido un millón de veces en ayudarla y después de unos cuantos minutos, ella había aceptado. Gina lavaba y yo secaba. Era un trabajo simple. Pero conociéndome, un plato podía resbalarse de mis manos, caer al suelo y causar una guerra civil. Y no, no estaba exagerando.

- ¿Especial? El primer mes en el que no conocimos ni siquiera me dijo 'hola'. - Gina rió mientras yo sonreía.

- Es muy cerrado ____. Ya sabes, no le gusta compartir. Ni siquiera conmigo ni con Jonathan. Llevo años intentando hacer que me diga mamá y no lo he logrado ni una sola vez. - Paré mis movimientos en seco.

- ¿En serio? - Gina asintió mientras suspiraba. Se notaba que era un tema del que le dolía hablar. - ¿Por qué? - dije horrorizada. Ella volvió a suspirar.

- No es una vida fácil la que llevamos, linda. Todos hemos sufrido. Cuando comienzas tu nueva vida como lo que somos ahora, tienes que tomar en cuenta, que toda la gente que quieres, va a dejarte en algún momento. O tú vas a dejarlos a ellos. La gente nueva que comienzas a conocer no te entiende o cree que eres raro. En otras épocas, y las he vivido en carne propia, eran capaces de matarte, amor. Y hablo de hogueras y antorchas. Comienzas a tener un extraño miedo de ser quién eres o a que no te comprendan. Es que nadie entiende que no hemos decidido ser lo que somos en realidad. Ninguno de nosotros. Nos lanzaron a este mundo sin preguntarnos nada de lo que pensábamos, ____. Pero no me quejo. - Sonrió. - Tengo un marido maravilloso y unos hijos estupendos que, a pesar de ser algo traviesos, son la mejor cosa que se pudo haber topado en mi camino, al igual que Jonathan. Es por eso que estoy tan feliz de que Luke te haya encontrado. Me pareces una chica estupenda y se nota que lo haces feliz, y más después de todo lo que ha sufrido en su vida...

- Pero Luke y yo no somos... - el ruido de la puerta abriéndose me interrumpió.

- ____, ven. Quiero mostrarte algo. - Luke hizo un gesto con su cabeza para que saliera de la cocina junto a él.

- Pero yo... - Gina me interrumpió.

- Está bien linda, puedo terminar yo sola. - Jonathan se hizo presente en la cocina pasando junto a Luke. Caminé hasta la puerta mientras veía cómo Jonathan tomaba a Gina por la cintura y enterraba su rostro en su cuello mientras ella reía.

¿Qué tan tiernos eran?

Luke tiró de mi brazo alejándome de la conmovedora escena que estaba ocurriendo en la cocina. Me arrastró hasta la sala y nos hizo pasar por una puerta que antes no había visto.

- ¡HEY! ¡LAS CHICAS NO PUEDEN ENTRAR AQUÍ! -Michael fulminó a Luke con la mirada mientras ponía pausa al videojuego que estaba jugando junto a Niall.

- Deja de molestar. Que tú seas un maldito solitario que necesita del sexo pero nadie quiere dártelo, no significa que Luke no pueda traer una chica aquí. -Calum me defendió mientras cerraba el libro que estaba leyendo y se acomodaba mejor en el sillón.

Luke me había traído a esta especie de sala de juegos que era jodidamente genial. El cuarto era bastante grande. Podrían entrar unas treinta personas si querían hacer una fiesta privada. Junto a la puerta, un poco alejado de allí, había dos sillones que se veían realmente cómodos. Calum estaba sentado en uno de ellos, en el medio había una hermosa mesa de madera oscura en la que se encontraba una computadora de último modelo (o eso creía) y luego el otro sillón en el que estaba sentado Ashton, leyendo tranquilamente, ignorándonos a todos, como usualmente.

Una gran biblioteca llena de libros se encontraba a su lado izquierdo que, de verdad, me tenía sorprendida. A unos cuantos pasos de donde me encontraba, había unos tres escalones que daban paso a un desnivel en donde se encontraban Niall y Michael sentados en unos extraños y negros sillones-almohadones que prácticamente los dejaban sentados en el piso y parecían ser cómodos y mullidos. Estaban geniales. En frente de ellos una gigantesca televisión se alzaba en su lugar, en donde un videojuego estaba en pausa. Las paredes estaban empapeladas de negro con unos pequeños detalles en blanco que le daban un detalle más moderno a todo el cuarto y el piso de madera recién encerado me encantaba. Unos grandes ventanales polarizados se alzaban detrás de la televisión, mostrando los árboles del bosque. El sol se ocultaba y la luna comenzaba a salir. Una hermosa media luna. Todo generaba un ambiente sensacional.

Luke; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora