|Capitulo 67|

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- No puede ser. - Revoleé los ojos al escuchar la voz divertida de Calum detrás de mí. 

- Cállate y ayúdame antes de que lo mate. - Calum tomó al gato con sus manos mientras me mostraba las garras y parecía relajarse cuando lo alejaban de mí. - Esa bestia me odia. - Calum acarició su cabeza y le sonrió con ternura. - ¡No puedo creerlo! ¿Sabes hace cuánto tiempo estoy intentando tranquilizarla? ¡Más de una hora! ¡Sólo para que no termine comiéndose la cara de Luke! - Calum rió mientras la gata se metía uno de sus dedos a la boca y los tomaba con sus pequeñas patitas. 

- Tal vez es porque sabe que intentas meterla en una caja. - Fruncí mis cejas mientras acomodaba el moño. 

- No quiero que sepa lo que es. - Calum volvió a revolear los ojos mientras dejaba a la gata adentro de la gigantesca caja. Le sonrió por última vez y luego se alejó. La gata se acorraló en una de las esquinas y me mostró sus dientes junto con una de las garras. Hizo el ruido que seguía haciendo desde que la había recogido del refugio.

No entendía cómo a Luke le había parecido adorable. 

- ¡Al menos hazle agujeros para que pueda respirar! - Me dijo mientras salía de la cocina. Percibía una sonrisa que me ponía extrañamente enojada. 

- ¡CLARO QUE IBA A HACERLE AGUJEROS! - Fruncí el ceño aún más y miré a la gata. - ¿Necesitas agujeros? - Maldije en voz baja mientras tomaba de uno de los cajones de la cocina, un cuchillo. Con rapidez, lo clave repetidas veces haciendo agujeros lo suficientemente grandes como para que entrara oxígeno e intentando no desarmar el hermoso moño rojo que sobresaltaba demasiado en contraste a la caja negra. Apoyé mi mano sobre la tapa para mantener al gato encerrado antes de que intentara escaparse otra vez. Calum había sido el primero en recogerlo apenas abrí la puerta y saltó de mis brazos. 

Me odiaba. Y yo la odiaba a ella. Así que estábamos a mano. 

- ¡____ nos hizo la comida! - Escuché gritar a Michael, que estaba entrando por la puerta que se encontraba abierta. Niall venía detrás de él. Sus colmillos estaban afuera y tenían un brillo en los ojos que era espeluznante. 

- ¡Maldita sea! ¿Qué es lo que huele tan bien? - Niall se sentó sobre la mesada y me miró con atención. Michael se paró junto a mí y lamió sus labios. 

- ____, todavía no es Navidad. No tenías que regalarnos la cena. A veces eres tan considerada. - Antes de que alguno de los dos intentara tomar la caja, la agarré entre mis brazos y la puse sobre la barra. Michael y Niall fruncieron las cejas como si no entendieran nada. Escondieron sus colmillos hasta que ya no podía verlos e intentaron hablar. 

- No tienen ni idea de lo que me gustaría que se la comieran para sacar a esta pesadilla de mi vida, pero es un regalo para su hermano y no creo que tolere la idea de que ustedes dos se lo coman. - Michael caminó hasta mí con una sonrisa. 

- ¿Le regalarás a Luke un gato? A él no le gustan los animales. - Revoleé los ojos y me senté. Puse una mano sobre la caja para calmar a la fiera que intentaba sacar la tapa para escaparse de mí, otra vez. 

- Bueno, éste sí. Le encantó. Y yo lo odio. Pero como sé que lo hará feliz... - Niall me sonrió de una manera perversa y entrecerré los ojos. - ¿Qué? - Le dije de mala manera. 

- ¿Si eso lo hace feliz? - Dijo casi citando mis palabras. - ¿De qué película romántica te sacaron a ti? - Golpeé la mano de Michael que se acercaba peligrosamente a la caja. 

- De ninguna maldita película romántica. La mascota no odiaría a la maldita protagonista si fuera una jodida película romántica. Pero sé que a Luke le va a encantar y sólo es un regalo... - Me encogí de hombros. 

Luke; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora