Perdidos en la nada

Capítulo 7

Delante mio veo muchísima vegetación. Arboles de diferentes tonos de verde, arbustos con diferentes bayas y debajo mio noto la arena de la playa.

Ahora tengo más fuerzas, ya por que he descansado un rato y por la alegría que me da tener esperanzas de sobrevivir.

El paisaje se ve natural, es decir, que no hay rastro de vida humana. Parece que estoy en una isla desierta.

Lo primero que me viene a la cabeza es que esto es un sueño, o más bien una pesadilla. Pero parece de lo más real, noto las heridas que tengo y por si acaso me doy un pequeño pellizco (me duele más de lo normal). Pienso que debo adaptarme a esta vida.

Lo primero que hago es encender una buena hoguera, por si pasa alguien que me vea bien. Recojo las ramas más verdes que veo y dos palitos. Froto los palos y van saliendo chispitas hasta que se enciende el fuego.

Me duele el corte del brazo, así que busco unas hojas lo bastante grandes para envolverme la parte sangrante.

Noto que me suenan las tripas, como si tuviera leones furiosos en el estomago. Observo los arboles... no los había visto en mi vida. Son muy extraños. Uno tiene el tronco muy, muy fino y de él salen unas hojas con forma de corazón. Pero también tiene una especie de uvas que le sale de las hojas... ¿serán comestibles? El hambre me dice que me las coma. Cojo una y me la meto en la boca. Esta buenisima, pero acontinuación noto que me pesan los párpados y me quedo dormida.