6:30pm, Miércoles
Los señores Park estaban frente a la puerta principal con sus maletas en manos y un taxi esperándolos.
—JiMin tartamudea cuando se asusta, especialmente cuando mi otro hijo le canta una canción, así que por favor no permita que Jimmy esté a solas con él.
—Entiendo señora, no se preocupe.- sonrió el jóven castaño y tomó una nota con varias instituciones, números y direcciones.
—Bien, les encargo mucho a mis hijos... Por favor no los dejen solos.- repitió nerviosa.
—Prometo que los cuidaremos bien.- aseguró y se despidió con su mano.
El taxi se alejó y SeokJin entonces borró aquella amistosa sonrisa.
-¡Apúrate!- gritó una mujer de cabello blanco.— Las cervezas no se traen solas.El hermano mayor de tan sólo 22 años, caminó hacia el refrigerador para sacar varias latas y llevarlas a la mesa donde su madre apostaba de nuevo junto a algunos otros borrachos, hombres y mujeres.
SeokJin sabía perfectamente que por el bien de él y sus hermanos debían irse de ahí. Sin embargo, no tenían dinero ni algún lugar al cual ir.
La mañana siguiente, caminaba por la calle cuando un letrero se apareció en su camino. Era un lugar con ofertas de trabajo. El jóven caminó dentro y una persona se acercó.
-¿Qué desea?
-Bueno... Yo estoy buscando empleo pero...
-¿Para qué es bueno?
SeokJin lo pensó un poco
-Yo sólo soy bueno cuidando niños y cocinando... También se lavar, planchar y...
-Suficiente.- le interrumpió el hombre que lo atendía - Me parece que hay algo... Una mujer requiere de una especie de niñera... ¿Te interesa?.
El jóven asintió rápidamente y luego de eso le hicieron varias preguntas además de una previa investigación, no había nada sospechoso así que después de algunos días, le dieron finalmente el empleo.
La noche en que sería la cita, miraba el reloj, eran las cinco de la tarde y debía llegar a las ocho treinta, tenía tiempo suficiente. Planeó escapar con sus hermanos una vez llevara la última ronda de cerveza a los ebrios amigos de su madre, así no lo notaría.
Preparó sus mochilas y abrazó a sus hermanos, Taehyung y Jungkook, ambos de diecinueve años, aunque JungKook era menor por algunos meses.
-Éste es nuestro pase a la libertad... No puede fallar.
-Pero Jin.- le interrumpió el jóven de cabello anaranjado - ¿Estás seguro de que podemos ir?
-Si no los dejan quedarse, nos vamos los tres.
Los menores asintieron y abrazaron a su hermano.
De pronto la mujer llamó a sus hijos y éstos se quedaron estáticos por unos segundos. Cuando sus piernas al fin se movieron, caminaron a la sala donde se hallaba la mujer, esta se encontraba parada junto a un hombre corpulento, bastante alto.
-¿Qué pasa madre?.- preguntó SeokJin escondiendo a sus hermanos tras su espalda.
-Perdí el juego, John quiere estar con uno de ustedes.— la mujer miró al hombre.- Puedes escojer a cualquiera de mis hijos.- habló bebiendo la cerveza que aún quedaba.
-¡¿Estás loca?!- gritó el castaño y retrocedió con los menores.- ¡Usted no va a tocar a mis hermanos! - gritó.
El hombre se acercó hasta estar frente a ellos y tomó a SeokJin del mentón.
—Tal vez quieras ir tú conmigo.— el tipo se mojó los labios con la lengua y el castaño sólo podía sentir su mirada nublarse por el llanto.- Es una pena, porque yo quiero al pelirrojo.-¡No!- el hombre apartó al castaño de un empujón y a Taehyung lo arrojó al suelo. Jungkook lo miraba fijamente, estaba aterrado y ninguna parte de su cuerpo respondió, se quedó en shock - ¡No por favor! - suplicó SeokJin tratando de alejarlo de su hermano, pero el hombre lo volvió a quitar del camino.
SeokJin miró hacia un punto muerto recordando lo que pasó, recordando que pudieron escapar pero no todo salió bien, no todo resultó como quisiera, hubo cosas que jamás podría borrar, como las expresiones de miedo en los rostros de sus hermanos, como la desesperación inigualable de ese momento al no poder hacer nada.
-Oye Jin.— lo llamó YoonGi sacándolo de sus pensamientos - ¿No harás de cenar? Me estoy muriendo de hambre.
El castaño limpió las lágrimas rápidamente antes de darse vuelta y sonrió.
-¡Si claro! Ya voy.- dijo con entusiasmo.
Caminó hacia la cocina y de reojo vió a Jungkook a lado de Jimin, quien parecía tener cara de confusión.
-¿Porqué no me dices cuál es tu nombre?- preguntó por tercera vez el rubio y frunció el ceño - ¿Porqué no dices nada?
-Cariño, él no habla.- intervino SeokJin captando la atención de ambos.
-Ohh... ¿Es mudo?
-Algo así... Su nombre es Jungkook.— sonrió.— Hace cinco años papá murió y no habla desde ese día.
En ese momento la vista de Jungkook se desvió y se separó del lado de Jimin para caminar a otro lugar.
-¿Está triste?- preguntó con inocencia el rubio.
-Si cariño, pero es una linda persona, tengo la esperanza de que algún día vuelva a hablar.
SeokJin caminó de nuevo hacia la cocina y Jimin miró en dirección a Jungkook.
El pelirrojo miraba sus manos, recordar tantas cosas lo ponía en mal estado, de pronto sintió una pequeña mano tomar la suya.
Bajó la vista y vió a Jimin sonriéndole, con una mano sujetaba la ajena y con la otra una flor que tomó del florero de su madre.
-Es para ti.
Jungkook la agarró y se sonrojó hasta las orejas, le regaló una pequeña sonrisa a Jimin y mientras el rubio lo soltaba y empezaba a empujar su silla hacia el comedor, el pelirrojo se preguntaba porqué su corazón latía con tanta rapidez.
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Mala Compañía
FanfictionCuatro jóvenes llegan a trabajar a la casa de los Park mientras estos están de viaje por dos meses. Los señores dejaran encargados a sus dos hijos. Sin embargo no les dicen nada sobre ellos y no tardarán en descubrir lo que pasa. ¿Sabes guardar un s...