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SeokJin se tensó ante la cercanía del menor, colocó sus manos en el pecho del peli rosa con la intención de alejarlo, sin embargo éste sujetó sus muñecas y con una fuerza que sorprendió al castaño, guío su mano hacia su entrepierna.

—Que mierda...

El mayor no tuvo tiempo de reaccionar pues el gemelo estampó sus labios contra los suyos, moviendolos con brusquedad, invadiendo su cavidad bucal con su experta lengua.

Los dos se tambalearon hasta que el cuerpo del peli rosa se estampó contra la mesa de madera.

Las manos de SeokJin se escabulleron hasta la cintura del menor, no podía negarlo, los gemelos eran hermosos y tampoco podía negar su falta de intimidad en varios meses.

Se estaba dejando envolver por esos labios carnosos y rosados que le devoraban en un beso hambriento.

Con desesperación, empezó a tirar todo lo que se encontraba sobre la mesa para dejarla libre.

Tomó los muslos del peli rosa y lo impulsó hacia arriba para que éste quedara sobre la mesa.

—Jinnie — chilló el menor jalando de su cabello cuando sintió los labios del mayor sobre su cuello. — Ahh... Si...

Los gemidos inundaron el lugar, mandando olas de calor y placer a ambos cuerpos.

SeokJin desabrochó los pantalones del peli rosa y con rapidez se los sacó incluyendo la ropa interior.

Por unos segundos se quedó observando la dura erección del menor y se relamió los labios.

Cuando la pequeña mano del peli rosa comenzó a darse atención, SeokJin salió de sus pensamientos y miró al chico pequeño fijamente a los ojos.

—¿Qué es lo que quieres Ji? — preguntó acercándose un paso.

—¿No es obvio? — preguntó con lascivia y echó su cabeza hacia atrás mientras más gemidos salían de su boca.

—Dime qué quieres — insistió el mayor avanzando más, con sus ojos obscuros y un destello que reflejaba el deseo que sentía en ese momento.

—Tómame Jin... — pidió con una voz ronca y abrió sus piernas dando una vista exquisita al castaño.

Al mayor sólo le bastaron esas palabras para eliminar toda distancia entre sus cuerpos.

—Abre tu preciosa boquita— pidió con una sonrisa y acercó dos dedos a la boca del menor, quien los comenzó a succionar y lamer sin despegar su vista del mayor, hipnotizadolo con esos preciosos ojos azules.

La imagen era demasiado excitante para el mayor, sentía sus pantalones apretar cada vez más y su erección palpitando por ser liberada.

Retiró sus dedos y se acercó para besar de nuevo al menor.

Sus bocas moviéndose al mismo ritmo y sus lenguas rozando. SeokJin aprovechó el beso para bajar su mano e introducir sus dedos en la entrada del menor, sintió sus paredes contraerse y ahogó un gemido. Empezó a moverlos como si fueran tijeras y después bajó sus besos al cuello del peli rosa.

—Ahhh... Si... ¡Jin! — chilló cuando sus dedos se enterraron aún más.

—¿Te gusta eso bebé?

—¡Ahhh!... S-Si— el menor mordió sus labios y enterró sus uñas en los hombros del mayor mientras éste se desabrochaba el pantalón.

La excitación y el placer lo estaban volviendo loco. Volvió a gritar cuando sintió los dedos ser reemplazados por el miembro del castaño.

Mala CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora