La música sonaba a un alto volumen, las luces de neón iluminan cada esquina en aquel antro. La gente bailaba en la pista mientras el aire se mezclaba con el humo del cigarro y el olor del alcohol se percibía desde que cruzaban por la puerta.
Un jovencito de cabello rosa movía sus caderas al ritmo de la música mientras más de un hombre se pegaba a él, siendo atraídos por sus hipnóticos y sensuales movimientos.
A él le encantaba ser el centro de atención y saber que sólo con morder sus labios podía provocar más de una erección le hacía sentir satisfecho.
Su cara tan inocente pero su mirada obscura era algo que captaba las miradas de los demás.
Un jóven mayor que él, lo tomó por la cintura y lo pegó más a su cuerpo, sintiendo como éste bailaba y frotaba su bien formado trasero en su hombría.
—¿Y si vamos a otra parte?— le susurró al oído y el peli rosa sonrió girandose para quedar frente a frente, abrazando al otro chico de cabello rubio teñido, por el cuello.
—Quieres acostarte conmigo ¿No?— preguntó con una expresión inocente pero una voz cargada de maldad.
El chico se quedó callado, sólo asintió avergonzado mientras mordía su labio inferior.
—Pero si no quieres yo...
—Shhh... Está bien... Vamos.
Ambos sonrieron y caminaron tomados de la mano hasta llegar a la salida, donde el cadenero miró sorprendido y desconcertado al peli rosa, quien le regaló una sonrisa burlona y le mostró el dedo del medio.
El hombre iba a ir tras él pero la multitud no le permitió caminar y esque le había prohibido la entrada y no supo en que momento se había logrado meter.
...
La obscuridad en la habitación del hotel cubría la mayor parte del lugar.
El cabello rosa del menor saltaba junto con él mientras daba pequeños saltitos sobre la erección del chico rubio recostado en la cama, sus cuerpos bañados en sudor, tocándose y acariciándose mientras las embestidas se volvían cada vez más rápidas y fuertes.
—Mierda... Me voy a correr— habló el rubio sacando su miembro del interior del peli rosa.
Los dos llegaron al orgasmo y para el mayor fue realmente placentero pero para el menor no fue nada especial.
Mientras trataba de regular su respiración, Park se levantó y caminó hacia el baño, se sujetó del lavabo y se miró en el espejo frente suyo.
Su rostro se veía bien, excepto por el delineador en sus ojos que se había corrido un poco.
Sonrió y miró hacia un lado encontrándose un rastrillo para afeitar usado, no le sorprendía, era un hotel de paso y no muy bueno, pero eso poco le importaba, lo único que deseaba era satisfacerse y aún así no lo había logrado del todo.
Tomó el rastrillo y safo las navajas con cuidado de no cortarse.
2:45am, sábado
El peli rosa terminó de ponerse su ropa.
—Fue agradable — sonrió al no escuchar ninguna respuesta, miró hacia la cama y vió al jóven de cabellos rubios, inerte, con sus ojos apagados, mirando a la nada — No debiste seguir a un desconocido.
ESTÁS LEYENDO
Mala Compañía
FanfictionCuatro jóvenes llegan a trabajar a la casa de los Park mientras estos están de viaje por dos meses. Los señores dejaran encargados a sus dos hijos. Sin embargo no les dicen nada sobre ellos y no tardarán en descubrir lo que pasa. ¿Sabes guardar un s...