Había pasado un tiempo desde todos aquellos cambios que tuvieron la pareja, había pasado tanto que ya estaban en primavera y habían dejado atrás ese frío y nieve que siempre tenía la ciudad.
En una casa rural, o mas bien caserón cuya fachada de piedra había visto varios siglos, perdido en medio de la nada se podía apreciar el buen tiempo y que la naturaleza estaba en todo su esplendor. Sin lugar a dudas era un sitio muy especial para celebrar aquella boda que llevaba tiempo planeándose y que en más de una ocasión se tuvo que retrasar debido a imprevistos o peleas sin sentido. Pero eso era el pasado y ahora estaban en aquel hermoso lugar donde habría una celebración de la unión de dos enamorados.
Richard en ese momento estaba en un cuarto finamente decorado y llevaba un elegante traje de color azul claro, una camisa blanca, chaleco gris claro y una corbata del mismo color a juego con un pañuelo que tenía en el bolsillo de la chaqueta. Connor estaba con él en aquel cuarto, lo cierto es que pasaron la noche juntos por las nupcias y ahora se estaban arreglando para el gran evento en el cual Connor parecía muy nervioso, estaba tan inquieto que ni se podía abrochar bien la camisa así que Richard se acerco a él y lo abrochó con parsimonia
– Déjame ayudarte – abrochó cada botón de aquella camisa blanca y ya que estaba le hizo el nudo de la corbata negra que llevaba
– Gracias – dijo mientras le ponía bien el cuello de la camisa – no paro de darle vueltas al asunto ¿de verdad crees que acabará bien?
– Ya te lo dije: lo que sea será – dijo muy tranquilo dejando espacio a Connor para que terminara de arreglarse aquel traje azul marino de camisa blanca y corbata azul claro – ¿todavía tienes dudas? – le miró el más alto detenidamente
– No me juzgues, además tú estas tan nervioso como yo – sonrió notando el imperceptible temblor de manos de su hermano y esa sutil mirada que parecía que quería huir en cualquier momento a pesar de que su rostro parecía estar totalmente tranquilo
– No sé por qué lo dice. Todo ha sido perfectamente planeado, nada puede salir mal – claramente mentía
– Claro – rió – estamos los dos juntos en esto ¿no? Ahora nos toca salir y disfrutar de este día – sonrió feliz por aquel ambiente y por lo que iban a presenciar – es la hora ¿salimos? – se acercó a la puerta para abrir todavía con miedo y muy nervioso.
Los dos androides salieron tal y como se había planeado y cuando pasaron por el umbral de aquella enorme sala donde estaban todos sus amigos.
La orquesta empezó a tocar una suave canción mientras que todos se levantaban para recibir a uno de los protagonistas del evento. Todos sonrieron salvo Richard que solo tenía ojos para aquel hombre que estaba junto con Hank.
Connor sonrió ilusionado por ver a su marido tan arreglado, estaba tan guapo como el día que se casaron hará cinco años.
Gavin, al igual que Richard, parecía nervioso; era increíble que los dos hubieran durado cinco años juntos siendo quienes eran y teniendo en cuenta sus personalidades tan dispares pero ahí estaban, listos para unirse en matrimonio y compartir oficialmente su vida el uno junto al otro. Los años sin duda no habían pasado en balde pues lo que sentían el uno por el otro cada día creció hasta límites insospechados. Ahora Gavin tenía alguna que otra cana y empezaba a tener pequeñas arrugas comunes a su edad pero no le hacían parecer menos atractivo, incluso todavía conseguía robar alguna mirada coqueta y ahora con aquellas ropas tan elegantes y esa sonrisa que intentaba disimular.
A los ojos de Richard era hermoso.
RK800 quiso avanzar junto a su hermano como el padrino que era pero no pudo ya que su versión mejorada estaba con el LED rojo sin apartar la mirada de su pareja, seguro que se habría bloqueado
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Maldita máquina (900Gavin)
FanfictionAl divergente RK900, el nuevo detective de la policía de Detroit, le asignan al peor compañero que podía tener en su vida; era una persona de mente cerrara, anti-divergentes, misógeno, misántropo y todo lo que no podía aguantar RK900 pero pronto se...