Un Año Para Amar.

Tomándole el pelo.

12 de Diciembre de 1989.

Jim despertó por la luz que entraba por su ventana, miró en todas direcciones dándose cuenta que se encontraba nuevamente en su camilla y al no encontrar a Freddie supo cómo había llegado ahí

— Freddie –lo llamó.

Nadie respondió.

— ¡Freddie! –volvió a llamar.

Jim suspiro con aburrimiento, solo le quedaba una solución y sabía que está era cien por ciento eficaz.

— ¡Farrokh! –grito.

Espero unos segundos a alguna reacción, hasta que de la planta inferior provino un estruendoso grito cargado de reproche.

— ¡Es Freddie! –respondió el mayor.

Jim sonrió con satisfacción, mientras se volvía a acomodar en la camilla antes de que Freddie entrará a la habitación.

— ¿Cuántas veces te he dicho que me llames Freddie? –dijo acercándose a él.

— Mientras no respondas a mis llamados, seguiré llamándote así –reto Jim.

Freddie lo miró con molestia, mientras Jim sonría ampliamente.

— ¿Qué necesitas? –pregunto Freddie cruzándose de brazos.

Jim podía sentir la frialdad en las palabras del mayor y eso le dolía.

— ¿Qué pasa? –pregunto el mayor.

— Nada –respondió el menor.

Jim tenía la mirada baja y se sentía cansado, su buen estado de humor cambio solo con el comportamiento de su pareja.

Freddie suspiro y se acercó a Jim.

— Jim, perdón, no era mi intención contestarte así –se disculpó– es solo que estoy bajo mucha presión en este momento, dentro de poco tengo que volver a grabar y no quiero separarme de ti, ¿Qué tal si estoy grabando y algo te pasa mientras estoy lejos? –pregunto preocupado.

Jim no respondió, solo lo miró.

— Freddie, no quiero que estés cargando con esto, si quieres puedes dejarme en una clínica o con mi familia, lo entiendo, tú ya tienes bastante carga con tu trabajo –dijo Jim con una gran tristeza.

Freddie al terminar de escuchar las palabras de su pareja sintió como su corazón se partía, no quería que el menor se sintiera como una carga, pero el estrés del trabajo lo estaba acabando.

El mayor abrazo el cuerpo de Jim y dejó que este llorará, quería que se desahogara.

Freddie acariciaba los cabellos negros de su pareja y le susurraba palabras de consuelo o simplemente palabras de amor, no quería que el menor volviera sentirse mal o se sintiera solo.

[Flash Back]

Freddie escucho el timbre del teléfono y también noto que nadie respondía.

Con molestia se levantó y salió del estudio para poder contestar, mientras susurraba una sarta de maldiciones hacia sus empleados.

— Todo tengo que hacerlo yo... –susurro antes de descolgar el teléfono.

Apenas el mayor se colocó la bocina cerca del oído, escucho la respiración nerviosa de alguien y como después colgaban.

— Bastardos –susurro antes de colgarlo nuevamente.

Freddie camino hasta las escaleras para seguir con sus ilustraciones, pero fue interrumpido por el teléfono.

‹Otra vez› pensó con fastidio.