Un Año Para Amar.

Deseos.

A veces siento.
Que regreso a los viejos tiempos, tiempo atrás.
Cuando éramos niños cuando éramos jóvenes.
Las cosas parecían tan perfectas, sabes.
Los días no tenían fin éramos "locos" éramos jóvenes.
El sol siempre brillaba, vivíamos por diversión.
A veces se ve como últimamente, simplemente no lo sé.
El resto de mi vida ha sido simplemente un show.

31 de Diciembre de 1989.

Freddie se acercó de manera lenta a la camilla de Jim, el cual estaba dormido, tomo su mano y la besó con temor de despertarlo.

Freddie sentía como su corazón latía acelerado y sus manos empezaban a temblar, en su interior había toda una montaña rusa de emociones.

Frustración, tristeza y melancolía eran algunas de las emociones que le acompañaban.

— No te vayas –susurro.

Trataba de mantenerse estable, pero simplemente no podía, toda su fortaleza lo había abandonado cuando la preocupación se apoderó de él.

Acerco la mano de Jim a su rostro y la volvió a besar, cuidando de que esta no rozará contra su barba.

— No sabes cuánto te amo y lo bien que me hace sentir al estar a tu lado –susurro Freddie con melancolía.

El mayor mantuvo la mirada clavada en la mano de su marido y se quedó ahí, velando por él, hasta que el cansancio lo venció.

+

Freddie despertó y miro a Jim, quién seguía dormido, bajo su mirada hasta sus manos y noto como seguían entrelazadas.

El mayor sintió un terrible dolor, pero no era físico sino emocional, sentía un gran vacío.

Sus ojos se pusieron llorosos y sus manos temblaron.

— ¿Qué puedo hacer? –Pregunto– estoy atrapado en este sueño que se apaga mediante más te alejas –dijo.

Freddie trataba de evitar que sus lágrimas rodarán, pero simplemente no lo lograba.

— Simplemente soy un cantante con una sola canción –recito mientras observaba a su esposo– ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo decir? –preguntar.

— No tienes por qué justificarte, conozco lo que tienes en tu defensa –dijo Jim– y eso me alegra –finalizo con una débil sonrisa.

No puedes retroceder el reloj, no puedes retroceder la marea.
¿No es eso una pena?
Me gustaría regresar una vez en un viaje en la montaña rusa.
Cuando la vida era solo un juego.

Freddie miro directo a los ojos de su esposo y noto la tristeza en ellos.

— ¿Cuál es tu último deseo del año? –pregunto Jim.

— No deseo nada más que dormir contigo y que te quedes conmigo para siempre –respondió Freddie.

— Freddie –susurro Jim tocando el rostro del mayor.

— No te vayas –suplico Freddie.

— Freddie... No puedo evitarlo –respondió Jim.

Freddie al escuchar las palabras de su esposo se entristeció aún más.

Jim tomo el rostro de Freddie lo obligó a que lo mirará.

— Mientras tú y Seamus vivan, yo también lo haré –dijo Jim juntando su frente con la de Freddie.

Freddie cerró los ojos y colocó su cabeza sobre el pecho de Jim y escucho sus latidos como si fuera la más hermosa melodía.

Jim por su parte solo suspiro y abrazo a Freddie y acarició su cabello.