Tiempo.

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22 de Diciembre de 1989.

Jim despertó debido a los quejidos provenientes de su pareja, bajo su mirada y pudo ver como Freddie se removía entre sus brazos.

— Freddie –lo llamó.

Al ver que no respondía, lo movió.

— Freddie –dijo acariciando su cabello.

Freddie despertó asustado, miró a Jim y lo abrazó.

— Jim, ¿Estás aquí? ¿Eres tú? Dime qué eres tú –suplico el mayor.

— Sí, Freddie, soy yo –dijo Jim, pegando al mayor a su pecho.

— No te vayas –susurro el mayor, aferrándose al pecho de Jim.

— Nunca –respondió rodeándolo con sus brazos.

Jim sintió como Freddie se iba relajando y su respiración y los latidos de corazón se calmaron.

— ¿Qué soñaste, Freddie? –pregunto el menor.

— Fue horrible, Jim, no quiero recordarlo, no me hagas recordarlo, por favor –pidió el mayor.

— Está bien, pero intenta descansar un poco más –dijo Jim.

El mayor solo volvió a asentir y dejó que Jim lo arrullara.

-

— ¿Ya tomaste tus medicamentos? –pregunto Freddie, mirando a Jim a su lado.

— No, aún no, me los puedes traer, por favor –pidió Jim, tomando un poco de jugo.

— Claro –dijo Freddie, levantándose y saliendo del comedor.

Freddie subió hasta la habitación de Jim, donde tomo sus medicamentos y volvió a salir.

Estaban a punto de entrar al comedor hasta que escucho el timbre del teléfono y rápidamente contesto.

— ¿Hola? –dijo contestando.

— ¿Señor Mercury? –se escuchó del otro lado.

— Sí, el al habla –dijo.

— Señor Mercury, soy el médico Smith, lamento molestarlo, pero es algo importante –dijo el médico.

— Sí, ¿Qué pasa? –pregunto el mayor.

— Es sobre el señor Hutton, sus exámenes ya dieron los resultados y no son nada buenos –dijo suspirando.

— ¿Qué? –pregunto el mayor.

— Los exámenes revelaron el avance de su enfermedad, el tiempo se le está acabando –dijo el hombre.

Freddie al escuchar aquello se sintió dolido.

— ¿Cuánto tiempo? –pregunto en un susurro.

— Una o dos semanas más, no es muy preciso –respondió– la enfermedad lo deterioro muy rápido –dijo el profesional– lo lamento.

Freddie se quedó sin palabras, simplemente colgó el teléfono y entro al comedor.

— Pensé que tendría que ir a buscarte –dijo Jim sonriendo.

Freddie al escuchar la voz de su pareja, dejo los medicamentos sobre la mesa y se acercó a Jim, para abrazarlo.

— Je... Freddie ¿Qué pasa? –pregunto Jim.

— Solo abrázame –dijo Freddie, ocultando las lágrimas.

Jim solo obedeció y abrazo a Freddie.

Un Año Para Amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora