Capitulo 2

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Hospital Escuela La Asunción.

Logré llegar en pocos minutos al hospital, mi hora de entrada era a las 7:00 am, llegué con 25 minutos de anticipación, los cuales aproveché, para llamar a mis padres para informarles que ya estaba en el hospital más que lista para iniciar esta nueva etapa.

-Adriana, estamos muy orgullosos de ti- Me dijo mi madre, en un tono muy sincero.

-Te amamos bebé- Escuché decir a mi papá

-También los amo papis, ya me tengo que ir, los llamaré cuando llegue al apartamento en la noche, Cuidense, y disfruten el hermoso Caribe- Les dije con una sonrisa y enviándoles besos a través de la pantalla de mi celular.

-Doctora Montearraza- Escuché detrás de mí, cuando me di la vuelta y mire de quien se trataba, no pude evitar plasmar una enorme sonrisa y correr a abrazar a el hombre que me había llamado.

-Joel!!! Que felicidad poder verte- Le dije mientras él me elevó por los aires, a vista de todos los que se encontraban a esas horas en el pasillo, era más que obvio que nos extrañábamos, él siempre había sido como un segundo hermano mayor para mí, y yo una hermana para él.

-Han pasado 9 meses, ¿quién lo diría? El tiempo ha pasado, muy rápido- Cuándo pronunció las últimas dos palabras, pude sentir como algo comprimió toda mi caja torácica, y en su rostro pude notar el mismo dolor que yo sentía –Pero bueno- Dijo Volviendo a plasmar su sonrisa encantadora- Primer día como interna no?

-Efectivamente, Doctor Torres, hoy es mi primer día como interna, ¿Algún consejo de supervivencia?- Dije en un tono muy divertido

-JAJA, sólo haz lo que tus superiores te digan, ellos están aquí para enseñarte, algunos olvidan que un día fueron internos y a veces querrán humillarte con sus grandes títulos, pero demuéstrales de que estas hecha, siempre has sido una gran persona y estudiante, estoy seguro que esta no será la excepción- Sus palabras me llegaron al corazón, a pesar del tiempo que teníamos de no vernos, el amor fraternal de este hombre por mí, era infinito y podía sentir verdaderamente que creía y confiaba en mi-

-Gracias Joel- Le dije, y lo abracé- Y ¿qué tal tu último año de residencia? Jefe de residentes, eh?

-Acá entre nos- Dijo acercándose para susurrarme algo- Aún no me acostumbró, esto es algo que Marcos quería, yo sólo quería estar aquí, hacer mi trabajo, operar y ya, esto del liderazgo no es lo mío.

-Sé que puedes con todo esto Joel- Dije muy sincera- Siempre has sido un gran hermano, un gran amigo y alguien muy servicial, esas son características de un gran líder.

-Si eso fuese cierto, nuestros hermanos no estuviesen muertos- Dijo en un semblante combinado de seriedad, culpa y dolor, justo cuando iba a decir algo para tratar de que dejará de pensar en ello, apareció un joven muy apuesto, de unos 1.75 metros de altura, ojos color miel, cabello castaño que tenía el largo ideal para hacer lucir cada mechon de si perfecto, sus labios de una finura tentadora y de un color rosado, en su cuello se dejaba ver un lunar, no tan musculoso a como lo era Joel, al contrario era algo delgado, y sus manos de dedos largos, gritaban masculinidad desde lejos. Usaba una pijama médica verde y sobre ella su bata blanca con su nombre impreso en ella, Dr. Martin Zapata.

-Doctor Torres- Dijo el joven- El Dr Zapata Ortíz lo esta buscando.

-Martin-Dijo Joel en un tono familiar- Ven, deja esas formalidades y acércate, te quiero presentar a alguien muy especial para mí- El joven se acerca a Joel con cierta familiaridad, se notaba que se llevaban bien, por la manera en como Joel le habló, él era el Jefe de residentes de cirugía y eso le daba bastante autoridad sobre el resto de ellos, autoridad superada únicamente por algún médico de base, así que lo primero que imaginé es que eran colegas, al mismo nivel o de mayor rango, aunque parecía unos pocos años menor que Joel y mayor que yo. 

Yo recién había cumplido mis 23 años, Joel y mi hermano eran de la misma edad. Yo nací cuando mi hermano y él  tenían 7 años. Así, cuando ellos ingresaron a la facultad de medicina yo tenia a duras penas 11 años, pero el estar en la universidad y yo seguir estar en secundaria no impedía que estos dos seres me mantuviesen vigilada de cualquier "buitre" que se me quisiese acercar. 

-Tu novia? Muy linda por cierto- Joel y yo lo quedamos viendo a él por unos segundos y luego nuestras miradas se encontraron y empezamos a carcajearnos, obviamente este doctor se sintió muy apenado- Qué? Qué es tan gracioso?

-No es mi novia Martin, es mi hermana, bueno es como si lo fuese, la conozco desde que se hacía pipis en los calzones, es la hermana de mi mejor amigo.

-Mucho gusto- Dijo él, muy apenado- Creo ya haber escuchado cosas muy buenas de usted, si no me equivoco, el Doc... Joel me comentó que iniciaría su internado este año en este hospital.

-Así es, hoy es mi primer día- Dije, tratando de restarle importancia.

-Él es el mejor R1 que he tenido desde que soy R2, es el Doctor Martin Zapata Morales, comenzó la residencia hace un mes, pero ha avanzado y aprendido mucho más que muchos R3 que conozco de este maldito hospital- me dijo refiriéndose al joven doctor.- Así que R1, lo sospeche desde un principió, pensé en mis adentros.

-Es un gusto poder conocer al primer doctor del cual escucho buenas referencias por parte del Dr. Torres- Le dije en tono gracioso

-Ninguno había sido digno- Dijo Joel, encogiéndose de hombros- Y por cierto, ya les dejare muy en claro a estos maricones que ni se les ocurra, poner su mirada en tí, son unos malditos calientes que sólo andan en busca de sexo.

-Cirugía- Dijo divertido Martín.

-Bueno, caballeros, los dejo, en 5 minutos inicia mi clase, nos vemos allí por el hospital, fue un gusto conocerlo doctor- dije refiriéndome hacia Martin

-El gusto es mío-Dijo amablemente.

Me retiré del pasillo dónde había estado con los dos médicos, y me dirigí hacia el cuarto de reunión de internos, el cuál ya sabía como llegar gracias a las indicaciones de Joel

Entre y ya estaba un grupo de estudiantes, entre todos logré ver a mi mejor amiga, que había hecho desde el primer semestre de la carrera.

-Hola Maria, lista para esto?- Le pregunté.

-No estoy lista- Dijo ella- Pero es lo que toca

En ese instante hizo presencia en el lugar un señor de unos 50 años que se presentó como el Doctor Matamoros, responsable del grupo de internos de este año y encargado de distribuirnos en cada una de nuestras rotaciones.

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