Ya eran cerca de las 11 de la noche, había tanto trabajo en emergencias de ginecología que había perdido la noción del tiempo, había bajado acá desde las tres de la tarde, pero desde que llegué no había parado de trabajar, estaba muriendo de hambre, no me dio tiempo ni de almorzar bien, mi estómago había recibido únicamente un sándwich de pollo y una soda en todo el día, realmente me estaba empezando a sentir mareada del hambre.
Había visto una que otra vez desde lo lejos a Martín y a Joel en emergencias, ellos también estaban cargados de trabajo, a eso de las 2 de la mañana, gracias al Señor Todopoderoso y al doctor Amador, residente de tercer año, que me autorizó ir a comer, con la condición de llevarle algo de comer para él, lo cual, obviamente acepte, ¿Chantaje? ¡Si, pero estaba muriendo! ¡Necesitaba glucosa STAT!
Llegué a la cafetería, el joven que atendía estaba dormido, pero ME IMPORTO UN COMINO, podría seguir durmiendo luego, yo tenía mucho trabajo que hacer y pocas energías me quedaban, así que no dude ni un segundo en despertarlo, pedí una porción de pizza enorme de pepperoni, y un café bien cargado, ya sé, nada saludable, y mi entrenador, si se da cuenta me matará, pero ya qué, estoy muriendo.
Justo cuándo iba a empezar a comer, hacen acto de presencia mi amigo Joel y Martín, ¿Qué no podían comer solos? Siempre que los miraba en la cafetería estaban juntos. Me miraron, desde la puerta y me saludaron, procedieron a ordenar sus comidas y una vez servidas, se sentaron a mi lado.
-¿Una guardia de martes que parece de viernes no?- Dijo Joel bufando- Que noche esta, apenas hasta ahora logramos poder zafarnos un poco mientras enfermería termina unos papeles de ingreso a quirófano para poder comer, amo mi trabajo pero estoy exhausto.
Martín no hacía nada más que comer, también se miraba muy cansado, eran casi las tres de la mañana, entendía lo cansado que podrían estar, no pude evitar en cuántas veces mi hermano pudo estar en esta misma situación, a estas horas de la madrugada, muy cargado de trabajo, exhausto por todo la carga del día, sonreí para mi misma, recordando lo mucho que este hombre amaba su trabajo, y cada vez que me contaba cuando un día estuvo de locos en el hospital.
-¿Qué tal van las cosas en gineco?- Preguntó al fin Martín.
-Lo mejor que se pueda, apenas he logrado comer, muy ajetreado. - Logré contestar
-Que bueno que no somos los únicos valiendo el día de hoy, aunque en ginecología todos los días es así- Me dijo Joel.
-Tiene razón-Dijo Martín- Mi madre es ginecóloga, y recuerdo que desde pequeño siempre la mire llegar muy cansada luego de un largo turno- Es la primera vez que habla de su familia conmigo, así que ¿su madre era médico?, a lo mejor venía de una familia de médicos.
-Así que ¿tus padres son médicos, o sólo tu madre?- Pregunté bastante interesada.
-Ambos lo son, mi padre es Cirujano General, y mi madre ginecóloga, se conocieron durante mi padre estaba en el primer año de residencia y mi madre hacía su internado, se casaron cuando mi madre volvió del año rural, se embarazó de mí, así que espero darme a luz para luego ingresar a la residencia de Ginecología y Obstetricia, cuándo lo logró yo ya tenía un año y medio, y mi padre ya estaba en su último año de residencia.
-¿Eres hijo único?
-No, soy hermano mayor, cuando mi madre logro acabar la residencia volvió a dar a luz a un par de hermosas gemelas, yo tenía ya 5 años, ellas ahora son unas hermosas jóvenes, que decidieron no seguir la tradición familiar de médicos, están estudiando otras carreras, artes y cine respectivamente, fuera del país.
-Así que imagino, son tus consentidas.
-Efectivamente- Me contestó- Así que entiendo toda esta cosa de la protección y celo de Joel hacía ti. Conozco y he visto lo que algunos médicos son capaces de hacer con el corazón de algunas jóvenes que ya han pasado por este hospital, no te digo que seas una niña y no te sepas cuidar, pero en cuestiones de amor y del corazón, todo se vuelve una mierda muy complicada.
-Hablas como si tuvieras mucha experiencia Martín- Le dijo Joel, que a decir verdad me había quitado las palabras de mi boca.
-Es probable, pero la asunto en cuestión, es que tengas mucho cuidado a quien le entregas tu corazón- ¡DIOS! Martín me estaba aconsejando esto, cuándo había alguien que estaba jugando con el corazón de él, y le estaba viendo la cara, ¿Debería de decirle? NO, NO,NO no me creerá.
-Y ¿alguna de tus hermanas tiene novio? - Decidí cambiar de tema, el simple hecho de pensar en lo que la doctora Martinez le hacía a Martín me hacía sentir mal.
-Desafortunadamente, ambas lo tienen, una de ellas ya esta comprometida, ambas insisten en que debería de casarme antes de ellas, pero yo aún no estoy seguro de ello, o sea, de casarme antes de terminar la residencia.
-No te preocupes, te comprendo, mi hermano igual quería terminar su residencia antes de casarse, para dedicarse en cuerpo y alma a su amada, estaba muy enamorado, ¡WOW! Demasiado enamorado, él y su novia para mí eran mi esperanza de que el amor verdadero existe.
Pude ver como Joel, había cambiado su expresión, al igual que yo estaba nostálgico, no se como habíamos llegado a este tema, en el rostro de Joel, se podría reflejar el dolor, y yo lo entendía, nuestros hermanos significaban mucho para ambos, así que lo único que pude fue tomar su mano y apretarla fuerte, mientras que con mi otra mano sequé la lagrima que se escapaba de uno de mis ojos, MIERDA, esto aún nos afectaba.
Martín nos veía perplejos, pero decidió no decir nada ante esa escena. No sabía hasta que punto de la historia conocía, Joel, no resistió más y se puso de pie y se marchó, al igual que Martín quede perpleja con la última acción de Joel, mis ganas de llorar fueron en aumento, luego que Joel se fue, Martín se sentó a mi lado, y sin más, me abrazó fuertemente.
-Te juro que no entiendo que fue lo que le sucedió a sus hermanos, pero lo siento mucho de verdad- Aparte el rostro de su hombro, e inmediatamente seco mis lágrimas- Ojalá las heridas emocionales sanarán igual de rápido que las quirúrgicas, Joel nunca habla de su hermana, ni de tu hermano, más que lo que lo limita lo profesional. Así que puedo ver que esto aún les afecta. No te preocupes, algún día el dolor pasará.
-Gracias Martín- Dije sorbándome la nariz- Es que todo fue tan rápido y de repente que aún no logro asimilar toda esta mierda.
-No te preocupes, te entiendo de verdad- Sólo se limitó a sostener mi mano, mientras me recuperaba, extrañamente, esto me hacía sentir mejor, no sé si su compañía, o poder hablar de mi hermano con alguien más, pasaron los minutos y logré controlarme, atribuí mis ojos rojos al cansancio y justo antes de marcharnos Martín y yo, Joel apareció.
-Adriana, de verdad lo siento, es sólo que aún no puedo hablar de esto sin sentirme mal.
-Joel, de verdad, no te preocupes- Vamos a trabajar.
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Quédate Hoy
RomanceAdriana Montearraza esta más cerca de coronarse como médico general, una de las tantas metas que tiene en su vida, Este último año no ha sido el más fácil de su vida, Ella tendrá que aprender a sobrellevar la vida y superar los dolores de esta, per...