Capitulo 9

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La situación de más temprano había sido extraña, pero nada incomoda, después de ese beso Joel y yo seguimos conversando y tomando cervezas. Hablábamos de cualquier cosa, de amores pasados, los chismes hospitalarios (que no podían faltar), me causa una gracia cuando escucho a alguien decir que los hombres no son chismosos, al parecer nunca ha estado en una reunión con ellos, o al menos en una que este Joel. La conversación estaba muy animada y como siempre entre él y yo había mucha confianza, así que me atreví a preguntar lo siguiente.

-¿Te parezco atractiva Joel?

-¿Estas de broma? JAJAJAJA eres de las mujeres más guapas que existen en este mundo, desde siempre he visto como llamas la atención de muchos hombres alrededor tuyo- Dijo escogiéndose de los hombres.

-¿Por qué me besaste? Te juro que no volveré a insistir, una vez esto acabe no volveré a preguntar

-No se Adriana- Bufó- Verás siempre me has parecido hermosa, pero nunca te he visto con ojos de lujuria ni nada por el estilo, te quiero muchísimo, siempre te he visto como una hermana, pero no eres mi hermana, la carne es débil, el momento se dio, estaba frágil, y tú estabas animándome que fue un impulso, de verdad lo lamento y no quiero que lo mal intérpretes.

-¡Pero tranquilo Joel! No te he preguntado cómo asesinar a alguien, sabes que también te veo como un hermano, además debes de saber que María está loca por ti. NO DEBE SABER DE ESTO JA-MAS, ¿ENTEDIDO?

-Tranquila, tu amiga se me hace linda la verdad, no le convengo, de hecho, no soy una buena pieza para nadie.

-Tendré que conseguirte una cita con el psiquiatra, eres medio depresivo.

-No lo soy- Dijo tirándome uno de los cojines del sofá- solo soy sincero, tengo un historial de mujeriego que no he podido vencer, y las mujeres no me creen cuando voy en serio, así que, ¿Qué le puedo hacer Adrianita?

-Mirar lo que tienes en frente, María es guapa y súper lista, bueno, no tanto para idiotozarce por ti- Dije riéndome- ¿Recuerdas cuando te la presenté?

-Adriana, por Dios, le llevo como 5 años.

-A mí me llevas 7 y no te importó hace rato- Rodó los ojos

-¿Vas a seguir jodiendo con eso?- Me miró bastante serio.

-Depende, hazle caso a Maria y olvidaré esto.

-Mierda, ¿De verdad?

-Te lo juro.

La conversación siguió y hablamos hasta que el cansancio nos venció, no me dí cuenta la hora en que nos quedamos dormidos, estábamos agotados, y aunque tratamos de seguir conversando por más tiempo, al final nos dimos por vencidos.

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