Fracaso.

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Victoria o fracaso, orgullo o decepción, sentimientos humanos con el único objetivo de hacernos humanos. Sea cual sea el que te pertenezca, ¿por qué sentirse mal al respecto?

La carrera comenzó, salí del edificio como pude sosteniendo a Alton de la mano. Relámpago tras relámpago caía del cielo dando como hecho que una gran batalla se estaba ejecutando dentro, pero en discrepancia con anteriores veces, esos truenos a mis espaldas ya no eran un misterio, y para agregar, se trataba de una ventaja que había demostrado ser merecedor de obtener.

El plan era correr lo más lejos que pudiera hacía un lugar en el que solo Alton y yo pudiéramos estar seguros, un lugar en el que ni Saly o nuestros padres pudieran sospechar de nuestra estadía; se trataba de la cima en la que alguna vez pase tiempo con Alton, era desconocida y segura, la única persona capaz de encontrarnos era Daren.

Pero penas y nos alejamos un poco el ambiente se tornó extraño, una silueta a lo lejos se avistaba frente a la noche, un reto más, un enfrentamiento más difícil que cualquier otro. La figura que la noche ocultaba era Lem Walker, la persona más orgullosa de todas. Nos detuvimos para evitar el peligro, quien sabe de qué era capaz un Walker para lograr sus objetivos, y más él, la cabeza de toda una familia increíble.

—Hasta aquí —Reclamó —No pienses dar ni un paso más, estúpido Relish.

La noche apenas y dejaba ver lo inevitable; otra pelea. ¿Pero qué podía hacer?, ¿como si quiera podría ser rival para alguien como él?

—Han sido muy tercos desde el principio. Y los demás han sido muy incompetentes también, supongo que tendré hacer esto yo mismo —Lem abandonó su saco de vestir y lo hecho el suelo, reveló un arma del bolsillo y apuntó. —¿No están de acuerdo?

—¿Un arma?, ¿crees si quiera que permitiré que nos dispares? —Trataba de provocar a Elm con unas cuantas preguntas sobre si era capaz de superar mi carácter, pero ni siquiera se inmuto.

El estallido de un arma salió del cañón de su pistola, la centella de un disparo se mostró por un momento, y la sangre salió de uno de mis cachetes. Apenas y me había dado cuenta de que la bala rosó mi cara cuando Elm dio su siguiente monologo.

—Bueno, Nathaniel. No tengo de idea de cómo es que siquiera escapaste, pero como puedes ver, tu imaginación ni siquiera llega a mis verdaderas capacidades. ¿Qué si dejaras que te dispare? Creo que no puedes ni sostener lo que dices. —Mencionaba soplando el poco humo que salía de su arma

—Imposible —Negué de inmediato. —No creo que haya disparado solo para que esa bala me rosará y me amenzará

—¿Eso crees? —Preguntó —Has visto relámpagos caer del cielo a causa de un chasquido, has regresado de la muerte, e incluso, has descubierto la verdad sobre Saly porque supongo que tu padre te habrá contado todo. Y a pesar de eso, ¿sigues creyendo que el rose de una bala como amenaza es falso?, ¡Por favor! Además, te sorprendería lo que la puedes lograr con la práctica.

No había forma de tomar el control de la situación, aun teniendo la muerte a mi lado, lo más probable es que al matarme él asesine a Alton de inmediato.

—No importa —Recalqué, solo para que mi remolino me envolviera una vez más. —Cualquier ventaja la usaré a mi favor

—Jajajaja —Se burlaba Lem —¿Crees que podrás absorber estas balas?, ¿Por qué no lo probamos? Te dispararé directo al corazón.

Lem volvió a apuntar, pero esta vez iba a disparar sin fallar. No había salida, aunque me moviera y sin avisarle a Alton podría haber riesgo de dejarlo descubierto en peligro de un segundo disparo. Mordía los dientes esperanzado en una obra milagrosa, no me retendría ni por un segundo contra lo que podía ser mi última oportunidad, y desesperado, con todo y piernas temblando, un milagro fue exactamente lo que me salvó.

Un Ocaso Sin Sentido [Furry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora