Un Ocaso Sin Sentido [Furry]

Tiempo Con Daren.

Las personas son interesantes, me gustaría conocerlos a todos. Pero nadie quiere conocerme a mí.

El ocaso estaba teniendo lugar, el sol se estaba ocultando mientras subíamos tranquilamente. El cielo estaba lleno de nubes, pero un tanto más oscuras de lo normal. Tenía un mal presentimiento.

El viento seguía con la misma corriente, pero al contrario de lo que pasaba con Alton, no se sentía fresco el ambiente, se sentía frío e incómodo.

El heredero seguía mis pasos sin decir ni una sola palabra, me sentía por alguna razón acosado a la par que el misterio de Adler mataba mi mente.

Hasta que llegamos. Las nubes cubrían el acto en el que el sol podía tomar un descanso, pero incluso así, sus rayos se expresaban alrededor de la oscuridad, permitiendo dar una escena bonita. La belleza puede ser expresada de distintas maneras creo.

— Es aquí — Señalé — Estamos seguros y no hay nadie a los alrededores. ¿Qué es lo que quieres decirme?

— Ya veo — El canino se sentó a contemplar como la luna salía al descubierto —¿Habías estado aquí antes?

— Sí —Contesté —Solo una vez

El viento colisionó con nuestros pelajes, y el sol por fin se escondió

— Es un bonito lugar — Procedió a tomar asiento en el césped y relajarse. Dio un enorme suspiro y me hizo espacio

— ¿Para qué querías verme? — Cuestioné — Quiero decir, ¿qué es lo que querías decirme que necesitábamos espacio?

— Nathe, ¿qué crees que haya después de la muerte?

El canino también me interrogó con el mismo tipo de preguntas que Alton, pero ahora bajo un contexto un tanto diferente; el resurgimiento de Adler. El ambiente era casi el mismo, pero había una gran diferencia entre ellos dos y las situaciones que protagonizaron. Por una parte, el Edevane expresó en todo momento alegría y esperanza, mientras que, por el otro, el Dagger no expresó en su mayoría nada. Simple apatía y melancolía. Misma situación, distintas personas. Había una gran diferencia respecto sus identidades.

Y ahí fue cuando lo supe, mi respuesta no podía ser la misma que le di a Alton. Tuve que improvisar de nuevo.

— Mhh, no sabría decirte. Jamas he logrado comprender cualquier concepto religioso, pero tampoco rechazo la idea. Me gusta más pensar en cosas existenciales supongo. — Le di vueltas al asunto. Tal vez podría conseguir un poco más de charla — Ya sabes, renacimiento, polvo estelar etc. Pero en general, lo más probable es que no haya nada. — Revelé con el brillo de las estrellas siendo reflejado en mis ojos.

— Entiendo — Respondió sin más — ¿Creerías que estoy loco si te digo que hay algo después de la muerte?

— Algo... Supongo que dependería de lo que me dijeras que hay

Guardó silencio por un momento, miró al cielo y pensó un momento. Por un momento se nos olvidó la razón por la que estábamos ahí. Todo fue relajante y hasta cierto punto cómodo, pero esa incomodidad nunca desapareció.

— ¿Tienes alguna idea de cómo es que Alder regresó de la muerte? — Me preguntó olvidando totalmente el tema anterior

— No... — Respondí decepcionado — Lo vi morir con mis propios ojos, incluso escuché sus gritos de dolor, es imposible que todo eso haya sido falso.

— Lo sé — Complementaba Daren — Pero es que, en realidad sí hay algo después de nuestra muerte

— ¿Después de "nuestra" muerte? — Interrogué confundido. No había razón para cambiar nuestro destino y no el de los demás, ¿estaba insinuando que eramos una excepción?

— Sí, por eso la pregunta de hace rato

— Sigo sin entenderlo, ¿sabes cómo es que Adler está vivo?

— Algo así — Afirmó a medias — Fue un gusto conocerte, Nathaniel

Daren estaba actuando de manera extraña, no solo sus palabras se volvieron turbias y extrañas, sino que también su lenguaje corporal y sus expresiones faciales lo hicieron. Él realmente no quería hacer lo que se venía

— ¿De qué estás hablando?, ¿hay algún problema? — Cuestioné asustado

Sin embargo, no replicó ante mis palabras. Solo estaba observando el frío paisaje que protagonizaba la noche. Con arrepentimiento y pena, entonces, cerró los ojos y agarró coraje, empuñó su mano como símbolo de valentía y se preparó.

Es una persona interesante, sus méritos y sus acciones son sinónimos de su persona, hasta ese punto siempre creí en las personas que se me obligó a conocer. Siempre pensé que en lo increíble y admirables que son. Siempre había creído en las palabras de todos imaginando y convenciéndome de que estaban hablando con la verdad.

Pero entonces, pasó. Daren, sin discreción y sin vergüenza sacó un arma de su playera.

Cuando la vi, no supe que pensar. ¿Qué podría hacer con ella, dispararme? El heredero de los Dagger procedió a apuntarme directamente a la cabeza. Sus intenciones eran totalmente desconocidas para mí. ¿Habré hecho algo malo?

Coloqué mis manos en alto, totalmente descubierto. Mostré debilidad al expresar mi miedo y mi sorpresa, pero ninguna palabra salió de mi boca.

— ¿Qué pasa, Relish? No creí que te asustara la verdad. ¿Quieres saber qué hay después de la muerte?, ¿por qué mejor no lo averiguas?

«¿La verdad?» ¿Qué estaba diciendo? Permanecí tan asustado que no pude responder. Mi cuerpo temblaba y mi corazón latió como nunca. No estaba preparado para eso y menos para lo que estaba por pasar.

El Dagger, con una cara que reflejaba la pura definición de apatía, acercó el arma y la cargó.

—¡Bang! —Exclamó con tono sarcástico. Jaló el gatillo y... se acabó. Mi historia terminó.

Toda la vida desperdiciada, siendo subestimado e infravalorado, sin tener nunca ánimos para demostrar de lo que realmente soy capaz. Pero sería muy egoísta de mi parte pensar eso. La vida no tiene un significado, Alton tenía razón. Mi muerte no tuvo un significado, solo llegó y acabó con mi existencia. Tan simple y que ningún sentimiento se afilo a mi persona. Simplemente morí porque sí, ese día tenía que llegar en algún momento, sin importar cuando, como o donde, así como todo en el universo, en forma aleatoria.

Supongo que fue algo que tuve que aceptar, nadie velaría por mi inexistencia, y nadie sufriría por aniquilamiento. Fui tan débil que un pedazo de plomo fue suficiente para terminar conmigo, que dilema.

Daren observaba mi cadáver. Contempló como la sangre se escurría gracias al agujero en mi cabeza, y que mi cuerpo, en una pose totalmente dramática, no iba a ser capaz de moverse nunca más. Pero él no era un psicópata, a pesar de lo que podía aparentar, era diferente a los rivales de la casa, Adler y Elm. Quienes disfrutaron hacer sufrir a su contrincante.

Daren, a diferencia de ellos, sintió culpa. Sintió pena y vergüenza después de sus actos; estaba arrepentido. Y sintiendo miedo fue como cometió el acto más incomprendido. Se suicidó.

Nunca supe porque exactamente, pero frente a mi cuerpo sin vida, jaló el gatillo de nuevo y... disparó.

¿Cuál era el sentido? Lo más probable es que tenía como misión el asesinarme, y después de eso se quitó la vida. El clásico equilibrio para los asesinos.

¿Qué es lo que hice mal?, ¿por qué sintió miedo Daren? La respuesta estaba lejos de mi alcance, quiero decir, estaba muerto. La oscuridad era el único destino disponible para mí, no hay nada más allá de la muerte, o eso pensaba antes de morir.