Midnight in Seoul · KTH · |+18| · #1 Sorcery Saga

· C U A T R O ·

Youra estaba loca si pensaba que iba a obedecer todas sus exigencias. Estaba claro que la de pasar desapercibido y no abrir la boca la cumpliría, más que nada por conveniencia propia. Pero... ¿Estudiar cinco horas al día? ¿Jugar a tenis? ¿Despertarme a las seis y media?

Ya, claro. No sé cómo lo estría pasando ahora en casa de Jungkook, pero yo me lo estaba pasando maravillosamente parado frente al espejo completamente desnudo. Bueno, más bien, desnuda.

No dejaba de mirarme el trasero y palparme las tetas, que no eran muchas, pero algo es algo. Era una sensación muy extraña estar atrapado en este cuerpo: me sentía mucho más ligero y a la vez frágil.

El cuerpo de Youra media uno sesenta aproximadamente, estaba delineado por unas curvas a la altura de las caderas y tenía una larga y negra cabellera que llegaba hasta estas. La verdad es que no era para tirar cohetes, pero era mona. Si a eso le sumábamos que estaba forrada, automáticamente se convertía en un partidazo.

Me tiré directo a la enorme y mullida cama de Youra, pues estaba cansado. Su cuarto era una especie de Suite Imperial del Hotel Ritz: todo decorado con muebles, jarrones y demás cachivaches con pinta de valer más que su Jaguar. Ya sólo aquella habitación era más grande que mi casa. 

La verdad, pensándolo bien, podría acostumbrarme a esto. Youra sufriría mucho, pero si no recuperase mi cuerpo tampoco sería tan malo, ¿no?

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- ¿Quieres beber?- me preguntó Jungkook pasándome una botella de soju mientras se concentraba en el videojuego al que estábamos jugando-.

-No, gracias, no me apetece...

-¿No, gracias, no me apetece?- pausó el juego-. Joder Tae, estás muy raro. No quieres fumar, no quieres beber, no  quieres jugar a las cartas y ni siquiera has matado a un puto zombie.

-Ya... Es que me encuentro mal - mentí intentando librarme de él-.

-Por eso mismo, el Tae que yo conozco hace todo eso cuando se encuentra mal. ¿Ha pasado algo? - negué con la cabeza-. ¿Te has vuelto a pelear con tu padre? - volví a negar-.

-Es sólo que estoy cansada.

-¿Cansada?

-¡Cansado! Cansado, quería decir cansado. ¿Ves? No sé ni lo que digo - reí nerviosamente-. Me voy a la cama, mañana tengo que madrugar para ir a clase-.

-¿Madrugar para...? ¿Pero qué te está pasando, Tae? 

-¡Buenas noches!

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Hacía rato que Jungkook dormía cuando yo todavía daba vueltas y vueltas en la cama. Jungkook había resultado un chico muy majo,  y aunque no compartiese algunos de sus hábitos, no podía negar que me hubiese sentido cómoda, dentro de lo que cabe estar con el amigo del cuerpo que ocupas. 

Pero por al menos una tarde en toda mi vida me había sentido libre. Normalmente tenía todo los días planificados: tenía que asistir a tal sitio, probarme tal vestido para tal fiesta, ir a clase de piano, entrenar, estudiar, acostarme pronto... Lo único que había hecho esta tarde había sido sentarme en un sofá y ver como Jungkook jugaba.

Y por alguna extraña razón y, a pesar de saber que había desperdiciado todo un día, me sentía bien. Me sentía relajada y tranquila, sin nadie que me dijese lo que tenía que hacer constantemente, sin nadie que me dijese que tendría que estudiar empresariales a pesar de que no ejercería nunca pues lo haría mi concertado esposo por mí. 

Entonces comencé a pensar que ser Kim Taehyung no estaba tan mal.