Midnight in Seoul · KTH · |+18| · #1 Sorcery Saga

· C I N C O ·

- Jungkook, despierta - dije mientras le zarandeaba-. Jungkook.

-Mmmm - se removió entre las sábanas-. Cinco minutos más, mamá.

-Jungkook, joder, despierta de una puta vez - comencé a pegarle en el costado-.

-¡Tae! Déjame hostia.

-¡Que te levantes! Tengo hambre.

-¡Pues hazte el desayuno, pero a mí déjame dormir!- dijo y se dio la vuelta para seguir durmiendo-. ¿Qué coño te pasa hoy?

-¿A mí? - pregunté con una media sonrisa bordada en mi rostro-. A mi ya nada.

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El despertador comenzó a sonar y la misma melodía de siempre se incrustaba en mis oídos, forzándome a abrir los ojos.

Espera, la misma melodía de siempre.

Me volví hacia la mesita de noche y pude contemplar mi despertador, y mi cuarto y... ¡Mi cuerpo!

Mi cuerpo...  Desnudo.

 Maldito Kim.

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El timbre ya había sonado. Comencé a recoger mis cosas y meterlas en mi mochila para poder irme a casa.

Kim no había aparecido en todo el día. Supuse que el por qué era bastante obvio, ya había recuperado su cuerpo, así que no creo que le interesase seguir viniendo a clase. Aunque la verdad, es que me hubiese apetecido mucho ver la cara que se le quedó al despertar en su cuerpo.

-Chicos, acordaros de estudiar para el examen - nos dijo el profesor Choi, de biología, antes de que abandonásemos el aula-.

Ya estaba saliendo del edificio cuando vi a Kim afuera, así que me acerqué a él.

-Ey, ¿qué haces aquí? - le pregunté-.

-Te estaba esperando.

-¿Por qué no has venido a clase? 

- Pues porque tenía que ganar a Jungkook al Call Of Duty después de la paliza que me pegó ayer por la noche, ¿te suena de algo? - me sonrió-. Al parecer todo se ha arreglado solo - asentí-.

-Menos mal, ¿tuviste algún problema ayer?

-No, llegué y me encerré en tu cuarto.

-Kim, esta mañana me he despertado desnuda.

-Tenía calor.

-Mientes.

-Es verdad, estuve dos horas sobándote las tetas.

-¡Kim!- le pegué en el brazo-. ¡No puedes hacer eso! 

-¿Te la meneaste? - me preguntó de la nada-.

-¡No!

-Mientes - me imitó-.

-¡Que no! - suspiré-. Mira, me voy a mi casa, tengo mucho que hacer.

-Ya he visto tu Jaguar aparcado a dos manzanas, lo voy a echar tanto de menos... - bromeó-.

-Pues te fastidias, el Jaguar es mío - le saqué la lengua  y me fui corriendo-.

-Tss... Serás boba- susurró mientras veía cómo me alejaba-.

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Después de las clases de piano y el duro entrenamiento de tenis, se acercaba el campeonato, y tenía que concentrarme aún más, comencé a estudiar para el examen de biología hasta que se hizo de noche. 

Antes de acostarme a dormir, fui al baño a darme una ducha de agua caliente para calmar el estrés. Una vez en el agua me llevé las manos a mis senos, palpándolos.

La verdad es que no eran una gran cosa, ¿le habrían gustado a Kim? Negué con la cabeza y aparté ese pensamiento rápidamente. Kim se había comportado como un salido, pero eso ya no me tendría que importar más. A pesar de aquella locura de día, todo había terminado ya. Yo seguiría con mi vida y Kim con la suya.

Salí del agua y me puse mi suave albornoz, esperando a secarme. Sin embargo, acabé desnudándome delante del enorme espejo que decoraba una de las paredes de mi baño y me quedé varios minutos observándome.  Al rato resoplé y volví a vestirme, esta vez con el pijama.

De alguna manera u otra, Kim nunca me dijo nada malo de mi cuerpo, a pesar de haberlo estado toqueteando toda la tarde de ayer, y quizá eso me gustase.

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Otra vez sonaba aquel maldito despertador con aquella melodía que te chirriaba al oído. 

No quería levantarme, ayer me dormí tarde y quería seguir en la cama. Pero aquel despertador no paraba. Intenté encontrarlo a tientas, pero fue una tarde imposible. Entonces abrí los ojos:

Volvía a estar en la cama de la reina de Inglaterra.

-Mierda.