Just Like Magic ➳ Benny Weir. . . 🇪🇸

uno

Atardecer. La película de vampiros con la que todos estaban obsesionados.

Lily no supo la razón de por qué la gente está tan obsesionada con eso, para ser honesta, pensó que era algo aburrido. Mientras bostezaba a través de la película  Atardecer que estaba viendo con Jane, la hermana pequeña de Ethan, que parecía estar disfrutando de la película, recordó por qué había aceptado verla con ella. Ethan y Benny habían empezado a hacer cosas de frikis. A pesar de que ella misma era un poco friki (vale, muy friki), los dos chicos lo eran demasiado. 

Levantó la vista cuando Benny entró en la habitación, luchando por cargar con todos los dulces que sostenía.

— Dios mío, ¿has asaltado un camión de helados o algo así? — preguntó Lily mientras se levantaba del sofá y se reunía con Ethan y Benny en la cocina. Benny le sonrió.

— Mañana nos uniremos oficialmente a la fraternidad del instituto. Somos hombres... y tú una mujer. Celebremos el momento.

— Prepararemos el helado de todos los helados — dijo Ethan. Lily comenzó a alejarse mientras discutían sobre cuántos malvaviscos cabían en sus bocas.

Jane la sacó de su ensueño, la niña estaba tratando de hablar con su hermano. 

— Eh, Ethan. ¿Has oído eso?

Lily se volvió para mirar a la joven, que estaba escuchando un sonido inusual. 

— No escucho nada, Jane, estoy segura de que no ha sido nada — le dijo ella, ya que Ethan claramente no estaba escuchando. Jane puso los ojos en blanco ante Ethan, y luego se alejó, murmurando algo acerca de adolescentes estúpidos.

Lily se volvió hacia los chicos y vio que sus bocas estaban llenas de malvaviscos. Sonrió ante lo estúpidos que podían ser a veces, nunca lo admitiría, pero ella echaba de menos esas tonterías. Cuando eran niños, ella solía participar en sus extrañas competiciones, obviamente todo era diferente ahora.

Su mente regresó al internado, pensó en decirles la verdad. No es como si les estuviera mintiendo, fue a un internado, pero no a uno normal. La escuela a la que asistió se especializó en magia. En realidad, fue la abuela de Benny, Evelyn, la que la ayudó a descubrir sus poderes. Explicó que necesitaba aprender a controlarlos, de lo contrario, podría terminar lastimando a las personas, por lo que Lily decidió seguir su consejo y fue al internado que su madre sugirió. Ella no quería terminar haciéndole daño a sus amigos.

Lily escuchó que la puerta de la casa de Ethan se abrió y se volvió para ver a Jane saliendo por ella. 

— Ethan, Jane acaba de irse, ¿no deberíamos ir a ver qué está haciendo? — preguntó, pero Ethan no estaba escuchando ya que Benny y él intentaban hablarse con malvaviscos en la boca. Ella suspiró y decidió seguir a Jane afuera.

Si llega a estar en peligro, siempre puedo usar un hechizo pensó ella mientras salía Lo único malo es que podría asustar a Jane.

Jane miró a la adolescente mientras salía, con una expresión de horror en su cara. 

Empezando a entrar en pánico, Lily corrió hacia la chica.

Sin embargo, apenas consiguió pronunciar palabras de consuelo porque la interrumpió un zapato que caía del cielo. Jane gritó y Lily la abrazó para tratar de calmarla, justo cuando aparecieron los padres de Ethan. Samantha, la madre de Ethan, se veía tan horrorizada como lo estaba Jane hace unos segundos. 

— ¿Cielo? Cielo, ¿qué pasa? ¿Te has hecho daño? ¿Qué hacen aquí fuera? ¡¿Ethan?! — gritó ella.

Ethan salió corriendo, con Benny siguiéndole por detrás, escupiendo algunos malvaviscos por el camino. Los dos chicos miraron a cualquier lado, excepto a los padres de Ethan, que los estaban mirando. Lily se encogió cuando la situación se puso muy incómoda.

— Hola, habéis vuelto temprano — Ethan se aclaró la garganta y Benny saludó lentamente a los padres de su mejor amigo, antes de frotarse torpemente la parte posterior de su cuello — ¿Qué tal la noche?