Kapitel 20: halloween (como que traducir no da AHRE)

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Maratón 4/4 Es un capítulo doble, no quise cortarlo. Ustedes me dirán si hice bien.



Era un martes, soleado, como se acostumbraba a fines de octubre en Bahía Blanca. Ella y su novio habían disfrutado toda la tarde en Monte Hermoso, un balneario muy cercano y volvieron en colectivo como solían hacer. 

Pasearon de la mano por El Paseo de las Esculturas y se establecieron un rato en Plaza Rivadavia.

El atardecer no se hizo esperar y lo contemplaron juntos y abrazados.

Fueron al Museo de Arte Contemporáneo porque ella tenía muchísimas ganas de ir, a pesar de que Dani le dijo que era mejor volver a casa.

Ojalá le hubiera hecho caso.

Tardaron un poco más de la cuenta y a la salida, él recibe una llamada:

— ¡Hola!— su semblante cambió al escucar la voz del otro lado— ¡No me hinchés las pelotas!— elevó la voz de repente— ¡Me importa una mierda!— se lo notaba realmente enojado— ¡No me llamés más!— y con esto cortó.

Volvió a sonar el celular pero el chico de barba incipiente lo apagó.

Pero Flor ya sabía de quién se trataba...

***

Ya estaban a finales de octubre...¡Cómo pasa el tiempo! Y se venía la fecha predilecta para Cindi: ¡Halloween!

Siempre le había gustado disfrazarse, hacer bromas, contar cuentos de terror y todo lo que tenga relación con tener miedo o dar miedo.

Era algo así como la navidad o las pascuas para una nena chica... Sólo que era halloween y ella era grande.

Como sea, estaba particularmente contenta por esta fiesta, porque por fin había encontrado el lugar correcto: la mansión Boero en San Telmo.

Es que con 8 habitaciones, 5 baños, piscina, jardín, terraza y el espacio propicio para una pista de baile harían que explote. Era el lugar ideal para hacer la mayor fiesta de disfraces de la historia.

Invitaría a su gran amiga Lucía y a todas sus hermanas (porque sino sus amigos no la perdonarían nunca, aunque Rebe y Gero tienen sus reservas respecto a Miru y Car, pero como son buena onda las invitó igual), vendrían sus más cercanos amigos, los que conoció hace poco y la gente más loca de todo Buenos Aires: sus compañeros de trabajo.

Eran apenas las siete de la mañana y tenía a un montón de personal ambientando la que sería "la mansión embrujada" pero todavía le faltaba lo más importante: ¿De qué se disfrazaría?

* * *

Nano observaba a Tali, que estaba frente al espejo evaluando su disfraz de mujer maravilla, pero que no la convencía del todo.

  —  ¿Por qué no te ponés el traje de Rogue?— le dijo sacándola se su ensimismamiento— Así vamos emparejados, y se acercó a ella por detrás.

  — ¡Amor!—  le dijo dándose la vuelta para mirarlo— ¡Ah!— gritó asustada— ¿Qué te hiciste?

— Me afeité—  dijo el muchacho señalando lo obvio.  

— ¿La cabeza también?

— ¿Qué?¡No! Solo es el disfraz mirá— y se levantó la gorra especial color piel que cubría su cabello castaño oscuro.

— ¡Uff!¡Menos mal!— dijo su novia tomándose el pecho.

— ¿Que no me queda bien el look pelón?— dijo de manera jocosa.

BlomsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora