Se puso de pie en medio de aquella enorme tienda, sin saber que más hacer aparte de ver su reloj o su celular.
Aunque debía admitir que era inevitable el hecho de dibujarse una sonrisa en el rostro al ver las miles de fotos que tenía de y con su pequeña.
Si no fuera por ella y por Hyungwon, quizá no estuviera en lugares como ese, pero lo soportaba aunque por momentos se sintiera un poco solo.
Guardó el celular en su bolsillo y se dispuso a silbar una pegajosa canción que apenas se escuchaba de fondo a través de los altoparlantes del lugar y comenzó a caminar muy despacio, haciendo círculos alrededor de la banca donde había estado minutos antes.
Definitivamente seguía odiando salir de compras.
— ¿Wonho? — la voz de Hyungwon salió de uno de los vestidores del lugar — ¿sigues ahí?
Wonho suspiró un poco feliz de recibir una señal de vida de parte de su amado, pues ya había pasado demasiados minutos en silencio allí adentro a solas con el enorme bulto de ropa que se había llevado consigo.
— Si, aquí estoy... — se acercó a la puerta — ¿saldrás pronto de allí? Estoy muy aburrido y aún no me has mostrado ningún atuendo...
Escuchó a Hyungwon suspirando frustrado.
— Es porque ninguno me queda bien, además... Paso la mayoría de mi día en el trabajo, el hecho de comprar ropa casual se me hace extraño porque casi siempre me toca estar formal y cubierto con una bata...
Wonho sonrió.
— Wow... — se acercó más a la puerta y susurró — Esa ropa casual debe ser increíble entonces, es privilegiada...
— ¿De qué hablas? — casi podía imaginar la cara de Hyungwon destilando confusión — ¿De qué se trata?
— No lo sé... — sonrió como un tonto mientras pegaba su espalda a la puerta, estando muy seguro de que Hyungwon también estaba haciendo lo mismo — solo digo que es lindo ser elegido por una persona tan bella, creo que esa ropa se siente tal como me siento yo...
Escuchó una risita de parte de Hyungwon.
— Eres un tonto... — él asintió con una sonrisa melancólica aún sabiendo que Hyungwon no vería su acción — mejor dime ¿donde está la bebé?
Suspiró un poco desanimado al saber que una charla indeseada se acercaba.
— Se la llevó Ruby a la sección para bebés — hizo una pausa para escuchar alguna reacción de parte de Hyungwon pero solo hubo silencio — ¿Hyungwon?
— Pensé que íbamos a buscar su atuendo nosotros... — Wonho sonrió al escuchar el tono de voz desanimado de su esposo.
— ¿No confías en Ruby? — en ese momento la molesta mujer llegó delante de él con la bebé.
— ¡Se non ti fidi di me è perché sei stupido! — Wonho se rió al escuchar a Ruby y su bendita manía de insultar en italiano cada vez que se molestaba.
— En realidad yo estaba... — se separó de la puerta y automáticamente su atención se posó en la pequeña y en el hermoso vestido que traía puesto — oh por Dios... Luce... Luce hermosa mi Wonhee...
Ruby arqueó una ceja.
— Pues claro que luce hermosa si yo lo elegí... Y ¿quien cojones es Wonhee? Ella se llama Juliette... — Wonho la miró con confusión.
— ¿No habías dicho Lía en tu elección de nombres? — se cruzó de brazos y ella rodó los ojos.
— Entonces Samay... — Wonho se rió y comenzó a mimar a la bebé — ¿Tú que opinas Hyungwon? — al escuchar ese nombre, Wonho volteó por instinto porque no se había enterado de que Hyungwon ya había salido del vestidor.
