12.

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El silencio daba miedo cuando se trataba de esos dos, así que era suficiente razón para alarmarse después de volver del trabajo y no escuchar ni un solo ruido.

— ¿Wonho? — gritó por quinta vez — no estoy bromeando, es mejor que contestes ahora...

Pero nuevamente no hubo respuesta, ni siquiera los cachorros parecían estar allí.

Lanzó la bolsa de las jodidas compras y comenzó a subir las escaleras hacia las habitaciones a paso rápido, sintiendo que llevaba el corazón en la mano por el susto.

Abrió la puerta de su habitación pero no había nadie allí, así que apresurado aún más su paso se fue directo a la única habitación de la casa que no había revisado, la de la bebé.

Una extraña sensación de soledad se estaba haciendo presente, abrumandolo al instante al tener un deja vu con la situación del bichito.

¿Y si algo había pasado en su ausencia?

¿La bebé estaba bien?

¿Wonho estaba bien?

Sus manos se volvieron frías ante la incertidumbre pero en cuanto giró el pomo de la puerta y la abrió, un montón de pequeñas patitas ensuciaron sus polvosos zapatos y todos los pequeñines corrían hacia todos sitios como si Hyungwon los hubiera liberado de una cadena perpetua.

Entonces pudo escuchar una conocida risita de fondo que era provocada por los hiperactivos pequeñines.

Entonces su mirada se encontró con la del hombre que más amaba.

Allí estaban, sentados en el suelo jugando con muchos cojines en el piso, debajo de lo que parecía ser una tienda de campaña improvisada con una sábana.

Soltó un largo suspiro sintiendo su alma volver a su cuerpo y con paso lento avanzó hacia donde estaban.

— Por Dios... Te hablé muchas veces — le dio un pequeño golpe a Wonho y se sentó junto a él, encima de uno de los muchos cojines.

Wonho se rió y puso cara de inocencia mientras le daba un suave beso con sabor a "te extrañé".

— Sisi me dijo que guardara silencio... ¿Verdad mi amor? — la bebé no le prestó atención por estar riéndose del desorden de los cachorros.

Hyungwon sonrió al verla tan feliz, mostrando casi con orgullo sus primeros dientecitos.

Cada vez más quería detener el tiempo.

— Suponiendo que eso sea cierto ¿Por qué le haces caso a esta pequeña traviesa? — le tocó la mejilla a la preciosa niña que cada vez sonreía de manera más parecida a Wonho — se supone que tú eres el padre por lo tanto eres el que da las órdenes no ella...

Wonho se encogió de hombros y se acercó para darle un tierno beso en los labios.

— Queríamos darte una sorpresa... — Hyungwon sonrió sorprendido y Wonho alcanzó una pequeña caja y la extendió a Hyungwon — es una manera de pedir disculpas por no haber tenido un detalle especial contigo este 14 de febrero...

Hyungwon rodó los ojos.

— No tienes por qué disculparte... — tomó la cajita — pero estoy curioso de saber que hay aquí...

Entonces movió la la caja para intentar adivinar su contenido, pero al no poder hacerlo, la abrió dejando ver un hermoso brazalete plateado que tenía grabado las iniciales de los 3 por la parte de adentro.

Hyungwon miró el brazalete con mucho detenimiento y luego sonrió hacia su esposo.

— Es muy lindo... — susurró y luego lo colocó en su mano — muchas gracias... Ahora yo me siento mal de no haber traído nada para ti...

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