Sus pequeños pasitos se dirigían con ímpetu únicamente detrás de un objetivo, aquel pequeño balón que tenía la figura de su caricatura favorita.
Sonrió al ver a la pequeña empeñada en seguir el balón, claramente con la ayuda de su padre que se consideraba un futbolista profesional solo por ser el goleador de su equipo del trabajo.
La pequeña cancha improvisada que se había hecho en el patio había sido de mucha ayuda para que Sisi se animara a intentar caminar por su cuenta.
Y no había mejor cosa en el mundo que verla riendo por algo tan simple como un balón rodando.
Pero cuando por fin se acercaba a la meta, Hyungwon se emocionó y dio cortos aplausos de alegría mientras sonreía.
— ¡Dale bebé, métela! — animó llamando la atención de la bebé.
Pero desafortunadamente ella era muy pequeña para saber diferenciar entre un grito de ánimo y uno de regaño, así que en cuanto la persona que consideraba su mamá le gritó, pensó que la estaba regañando y comenzó a hacer pucheros que fueron notados rápidamente por la madre de Wonho.
— No, no, no... — su suegra se acercó a ella — no llores bebé...
Hyungwon la miró estupefacto.
— ¿Qué? — miró a Wonho — ¿ahora que me hice?
Ruby se acercó a él y le dio un golpe en la cabeza.
— ¡La asustaste pervertido! — Hyungwon la vio confuso — Haneul no sabe nada de meter cosas... Además ni que pudiera...
Wonho no soportó las ganas de reír y soltó una fuerte carcajada que terminó por hacer llorar a la bebé.
La madre de Wonho la tomó en brazos para consolarla.
— Por Dios mi niña... — la abrazó mientras la pequeña buscaba desconsoladamente los brazos de su abuela — ¿Cómo sobrevives en medio de esta familia?
Ruby bufó y se sentó en una silla cerca de la piscina.
— Uff lo mismo digo... — bebió de su cerveza ganándose una mirada molesta de parte de Hyungwon — ¿Qué? Yo no soy la pervertida, tú lo eres...
Simplemente se quedó viéndola.
No sabía si golpearla o darle un buen abrazo y un beso en la frente.
¿Qué sería de él sin esa mujer?
Soltó un largo suspiro y sintió como los brazos de Wonho lo envolvían por la cintura.
— Tranquilo Hyungwonnie... — le dio un beso en la mejilla — ella algún día lo entenderá, aunque por ahora... — ambos miraron a la pequeña que lloraba en los brazos de su abuela como si alguien la hubiera golpeado — creo que debemos reconquistarla... Quizá deberíamos comprarle un helado o un dulce...
Hyungwon asintió y luego después de varios segundo miró a Wonho con enfado.
— ¡Ni se te ocurra pensar en otro hijo! — le dio un suave golpe en el pecho.
Wonho se rió.
— Uy... — suspiró y se rascó el cuello — respecto a eso...
Hyungwon frunció el ceño con molestia.
— ¿Qué? — le dio otro suave golpe.
Wonho volvió a reír y lo besó.
— Solo quería decir que no estaría mal... — Hyungwon rodó los ojos y comenzó caminar — aunque si me lo preguntas, por los momentos prefiero una buena cena y una cerveza...
