Terminó su desayuno sin despegar su mirada del ocupado Wonho que se paseaba con la bebé por toda la casa.
Masticó con lentitud mientras intentaba adivinar el lugar al que Wonho había preparado salir los próximos días, pero llegaba a la conclusión que no tenía ni la mínima idea.
Apartó su plato y bebió su jugo dándose por vencido de querer adivinar la sorpresa.
— No luces muy emocionado por los días libres... — soltó una risita mientras llevaba un par de cosas de la bebé casi a la salida.
Hyungwon sonrió y se puso de pie.
— Es solo que me he quedado pensando en que planeas hacer y no se me viene nada a la cabeza... — bufó y le quitó a la pequeña de las manos para que pudiera hacer su trabajo con mayor facilidad — ¿no vas a decirme nada?
Wonho negó y le dio un beso en la nariz.
— Solo debes saber que planeo hacerte feliz todos los días... — tocó con la punta de su dedo la naricita de la bebé — y a ti también hermosa...
Ella se revolvió en los brazos de quien consideraba su madre, visiblemente emocionada por el halago de su querido padre.
Hyungwon sonrió viendo a la bebé y tomó asiento en el sofá.
— Bien... Ya que no quieres ayuda, entonces me quedaré aquí esperando hasta que estés preparado... — susurró con tono lastimero, esperando que eso convenciera a Wonho de decirle.
Pero no funcionó.
— Bien, quédate aquí entonces... Tengo algo que hacer aún... — se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras hacia el segundo piso.
Hyungwon bufó resignado por milésima vez, en ese momento la bebé comenzó a revolverse entre sus brazos, con ganas de ir directamente a la alfombra junto con los cachorros para jugar.
Sin más remedio que complacerla la puso con mucho cuidado en el suelo y automáticamente los juegos comenzaron.
La pequeña comenzó a gatear con toda la energía del mundo e incansablemente los pequeños la siguieron y las risas comenzaron.
El delgado sonrió viendo a su pequeña, pero luego miró las bolsas que Wonho había llevado hacia la sala y automáticamente la curiosidad lo invadió.
¿Qué había allí dentro?
Tan pronto como se hizo la pregunta, los pensamientos comenzaron a fluir como río.
Quizá habían tickets de viaje, pasajes de avión, reservaciones de hotel o algo parecido, no sabía pero necesitaba saberlo.
Se acercó a la bolsa de Wonho intentando parecer disimulado, entonces sin hacer mucho ruido abrió el cierre de uno de los bolsillos.
Acercó el maletín hacia él para poder husmear con más comodidad, pero no encontraba nada relevante aparte de papeles personales de ambos y de la bebé.
Bufó un poco molesto, hasta que algo llamó su atención.
Un pequeño papel blanco sobresalía un poco de su pasaporte y fue suficiente razón para querer sacarlo y saber de qué se trataba.
Sin hacer mucho desorden, comenzó a sacar el pasaporte de entremedio del resto de papeles.
— ¡Hyungwon! — se sobresaltó al escuchar su nombre dicho desde la parte de arriba — ¿Puedes ayudarme con algo?
Maldijo en voz baja y devolvió el pasaporte al maletín intentando dejarlo tal como Wonho lo había dejado, solo por precaución.
Se puso de pie y se dispuso a subir las escaleras, pero entonces recordó algo importante.
