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Salem estaba corriendo tan rápido que por un momento JiMin lo perdió de vista. Se detuvo y examinó los alrededores en busca del gato, hasta que lo vió volver lentamente entre la neblina.

-Oh, ahí estás.- sonrió aliviado y cuando se dispuso a seguir el camino, una mano le sujetó de la muñeca causándole un terrible susto que le hizo gritar.

-JiMin.- TaeHyung lo llamó con una expresión de terror en el rostro.- ¿Q-Qué haces aquí solo?.

-Y-Yo...- comenzó a hablar completamente nervioso e hizo señas al gato para que se ocultara.

Los ojos de TaeHyung se abrieron de sobremanera y su agarre en la muñeca del menor se hizo más fuerte.

-Querías volver con la bruja.- le acusó como si aquello fuera el peor de los pecados.

-¡Ah!... M-Me estás lastimando.- dijo con voz temblorosa al sentir como los largos dedos del castaño se apretaban sobre su piel.

-¡¿Qué hubiera pasado si no te hubiera visto?! ¡¿Eh?! ¡¿Y si no te hubiera seguido?!.- exclamó restándole importancia al daño que le causaba, simplemente comenzó a arrastrarlo.

-¡Suéltame!.- exigió el rubio dando jalones a su brazo, pero el castaño tenía mucha más fuerza.

-¡No! Ya estamos más adentro del bosque, de lo que deberíamos.

Salem estaba por transformarse, pero JiMin se dió cuenta antes y negó con la cabeza. Si TaeHyung volvía con esa nueva noticia, no estaba seguro de qué exactamente pasaría. Podrían temer aún más o podrían cazarlo como a todos los lobos que se acercaban al pueblo. No estaba seguro y no quería averiguarlo.

Así que se dejó arrastrar por su novio hasta que llegaron de nuevo al pueblo y TaeHyung comenzó a gritar, logrando que los pueblerinos salieran de sus casas con un rostro de confusión absoluta.

-¡Está hechizado!.- gritó TaeHyung arrojandolo bruscamente contra el suelo.- Quería volver con la bruja, estoy seguro de eso.

Los murmullos no se hicieron esperar y cuando se dió cuenta, todo el pueblo yacía a su alrededor mirándole con ojos acusadores.

"No otra vez"

Ahí estaba de nuevo esa mirada llena de vergüenza y decepción, de rechazo.

-¡No podemos permitirlo!.- gritó un hombre alentando a todos los demás.- ¡El muchacho supo escapar de las garras de la bruja, no podemos dejarle ir!.

En sus cabezas veían a JiMin como un salvador. Pensaban que si la bruja volvía, él sería el único capaz de enfrentarla. Pero el muchacho de cabellos dorados ni siquiera tenía idea de cómo fue que volvió al pueblo.

-¡La bruja le teme! ¡Por eso quiere llevárselo de nuevo para que no sea una amenaza!.

Gritaron cosas sin ningún sentido por varios minutos y al final todos estuvieron de acuerdo en la última decisión.

...

El sol entró por la ventana de su habitación, pero JiMin no podía salir a disfrutar del hermoso día.

Dos semanas habían pasado desde que TaeHyung lo devolvió al pueblo y desde entonces no había vuelto a salir.

La ventana fue cubierta por barrotes que habían sido elaborados por el herrero del pueblo. Tan sólidos que sería imposible doblarlos.

En la puerta siempre se hallaba alguien cuidándole y únicamente abrían para dejarle una bandeja con alimento y bebida. Ir al baño se volvió incómodo, pues siempre había alguien que le acompañaba, incluso cuando tenía que lavar su cuerpo.

-Todo es por tu bien.- le dijo TaeHyung sosteniendo su mejilla.- La bruja te quiere asesinar, pero aquí estarás a salvo cariño.

JiMin no respondió, únicamente se puso de pie y caminó hacia aquellos barrotes que le tenían como si fuera un prisionero que había cometido algún delito imperdonable.

-Cielo.- el castaño suspiró y se colocó detrás de él.- Sabes que te amo, sólo quiero lo mejor para ti.

Pero JiMin seguía sin decir nada, su mirada estaba en el bosque, fuera de aquella cárcel en donde lo habían metido.

TaeHyung se rindió al no recibir una respuesta y salió de la habitación cerrando bruscamente la puerta y dejando a JiMin solo de nuevo, quien dejó escurrir al fin las lágrimas que estuvo reteniendo en sus ojos.

-No es justo.- sollozó y se deslizó por la pared hasta que quedó sentado en el suelo, con la espalda pegada a la dura superficie y sus brazos envolviendo fuertemente sus piernas.

Cerró los ojos sin poder parar de llorar, su cabeza cayó sobre sus rodillas y sin darse cuenta se quedó dormido hasta que la luna comenzó a reemplazar al sol y unos golpecitos en la ventana lo despertaron.

Sus ojos aún estaban hinchados y rojos, pero a pesar de estar aún adormilado, pudo percibir aquel sonido que le hizo ponerse de pie.

-¡Salem!.- exclamó bajito al ver al gato fuera de la ventana. Abrió las puertitas, pero debido a los barrotes, era imposible que el gato pudiera entrar.- Fui un estúpido.- Lloriqueo sacando su mano difícilmente para poder acariciar su pelaje.- Jamás saldré de aquí.

Las lágrimas seguían cayendo y al ver eso, el gato se alejó un poco y comenzó a cambiar. Su tamaño disminuyó rápidamente y pronto se convirtió en un pequeño ratón que se escabullo hasta poder entrar y aterrizar sobre el suelo.

-¡Salem!.- JiMin lo abrazó con fuerza ya en su forma original y el gato ronroneo ante el contacto de aquel muchacho. Él estaba decidido a ayudarlo a salir y a llevarlo nuevamente con JungKook y por lo que había observado ese día, no sería nada difícil.

...

Cuando el sol salió por la mañana, el brujo se encontraba guardando algunas cosas en una vieja maleta. Había decidido que era hora de marcharse a algún lugar lejano y nunca más volver.

Dejó escapar un largo suspiro y caminó hacia la cama, deteniéndose frente a ella.

JiMin durmió ahí. Era como si su aroma aún siguiera impregnado en las sábanas y la almohada. Pero eso únicamente le destrozaba más, así que dejó la cama como se encontraba y se alejó.

-¡Salem!.- le llamó, pero el gato no estaba por ninguna parte.- Supongo que es mejor así.- murmuró al creer que el animal se había marchado como muchas veces antes, sólo que ésta vez no volvería a verlo.

Y así sus cosas quedaron listas para el viaje que realizaría a algún lugar que aún no tenía fijo en su mente. Él sólo quería irse.

Salió con su maleta en las manos y la capucha sobre su cuerpo. Cerró la puerta y miró su hogar por última vez. Echaría de menos esa vieja cabaña y también su lugar secreto, pero lo que más extrañaría, sería a ese muchacho de cabellos dorados que había robado su corazón.

Y mientras JungKook iniciaba la larga caminata, JiMin junto con Salem estaban por poner en marcha el plan para poder escapar.

Quédate Conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora