Quédate Conmigo.

[EPÍLOGO]

Años después, en un pequeño pueblo más alejado del bosque, un muchacho de cabellos rubios se mantenía cortando algo de leña mientras que su pareja cocinaba una rica sopa de verduras y algo de pollo.

—¡JiMin, la comida está lista!

Finalmente el muchacho limpió las gotas de sudor que resbalaban por su frente y caminó al interior de la pequeña casa siendo seguido por un gato negro.

—Muero de hambre.— dijo sentándose en una silla frente a la mesa y lamió sus labios.

—Ya te dije que no hagas ese tipo de cosas— le regañó mientras llevaba los platos a la mesa—. Yo me puedo encargar de eso sin ningún problema.

—Sé que eres muy fuerte JungKook, pero yo no soy un inútil— se quejó.— No puedes encargarte de todo tú solo.

—Claro que si— respondió divertido para después dejar un beso en su frente—. Pero sé que diga lo que diga, tú no vas a cambiar de opinión ¿Cierto?

—Que bien me conoces mi amor.

Ambos sonrieron y de pronto el sonido de la puerta siendo tocada alteró la tranquilidad del mayor, quien inmediatamente se puso alerta y con pasos firmes caminó hasta la puerta, encontrándose a una mujer al otro lado.

—¿Si?

—Hola— sonrió ella extendiéndole una canasta de fruta—. Pasé por aquí y les traje a los vecinos algunas cosas, así que me dije ¿Por qué no también les llevo algo a esos muchachos? Después de todo, llevan viviendo un par de años en nuestro pueblo y siempre me he preguntado porqué no hablan tanto con los demás.

La mujer siguió hablando y JungKook solamente la miró sin prestarte mucha atención a lo que decía, hasta que finalmente se despidió y el brujo agradeció por eso.

—¿Quién era?— preguntó JiMin asomándose.

—Una mujer... Nos trajo ésto— levantó la canasta de fruta y frunció el ceño—. Siempre me imagino que vienen a buscarnos para matarnos luego.

—Mi amor... Aquí nadie nos conoce, nadie sabe quién eres y las personas de mi antiguo pueblo, creen que moriste... No seas tan paranoico.

—Si lo sé— respondió avergonzado de que siempre estaba a la defensiva con cualquier persona que se acercaba— Aún así debemos cuidarnos.

—Lo sé— sonrió y caminó hasta el mayor para poderlo tomar de la mano y llevarlo nuevamente a la mesa— Pero tampoco podemos vivir aterrados para siempre... Esa idea no me gusta.

—Lo siento.

—No, yo sé por lo que pasaste Kookie, sé que esto debe ser difícil, pero al menos hay que intentar ser felices y vivir la vida lo mejor que podamos.

—Te prometo que lo voy a intentar.

JiMin asintió con una sonrisa y se inclinó para poder besar los labios de su pareja que se hallaba sentado sobre la silla.

—Estamos juntos JungKook, eso es lo que importa.

El mayor acarició las mejillas del rubio y le devolvió la sonrisa. JiMin se separó y caminó hacia su asiento para poder empezar a comer junto a la persona que tanto amaba.

—JiMin.— le miró fijamente JungKook captando su atención.

—¿Si?

—Gracias por quedarte conmigo.

Hola Chimis hermosxs. Oficialmente llegamos al final de la historia, espero que les halla gustado.
Les agradezco mucho el apoyo que le brindaron y también les agradezco el amor que le dieron a "Quédate conmigo".

Espero que nos leamos después en alguna otra historia. No olviden que lxs amo demasiado.

Lisa